Imilla: mujer emprendedora, como abeja de una colmena

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos

En solo tres años, desde que le regalaron la primera colmena en abril de 2022, Imilla Fajardo Serpa ha acumulado una gran experiencia en el cuidado y manejo de las abejas meliponas, lo cual le permitió crecer como mujer emprendedora, y manejar uno de sus mayores entretenimientos: las 12 colmenas de su meliponario en una de las zonas urbanas de la ciudad de Cienfuegos.

Tras el regalo de su tío Enrique Serpa Solís, y con la idea primaria de polinizar mediante las abejas sus plantas ornamentales –en especial su amplia colección de cactus— Imilla comenzó a crecer en número de colmenas, pero los pequeños animalitos prefirieron volar hasta otros árboles más frondosos como las plantas de guayaba, el mamoncillo o el aguacate del vecindario, donde no por casualidad se ha logrado en algunas variedades las mayores pariciones en los últimos tiempos.

Ella es graduada de Ingeniería en Mecanización Agrícola, en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, de donde le llega ese amor por las siembras, al punto que ha llenado su terraza y placa de la casa con cientos de ejemplares de plantas ornamentales, aromatizantes y medicinales, convirtiendo esos espacios en un remanso de paz y armonía.

Inquieta en todo, desde la búsqueda de conocimientos sobre sus abejas, hasta para establecer alianzas —que les reporten mejores prácticas en la actividad de la meliponicultura—, Imilla siempre está dispuesta a brindar todo cuanto conoce a quienes se interesen en el tema.

Uno de los aspectos que más le ha impresionado en el desarrollo de las meliponas es la capacidad que tienen estas de producir miel de diferentes colores, acorde con los tipos de flores donde pecorean; “por ejemplo, a veces extrae la miel de un pote de la colmena y el producto es blanco transparente, pero al lado puede tener rojo, y hasta verde.

Y es porque esa especie de abejas deposita en cada pote o toral el mismo tipo de néctar y el polen, otro de los recursos de los que se alimentan, lo almacenan en torrales independientes”.

Alza melaria, cámara de cría, disco de cría, división de colmenas, vuelo nupcial, princesas y reinas, son los conceptos que la ingeniera cienfueguera ha incluido en su vocabulario en los últimos años.
Usted puede escucharla por horas, contando todas las historias, avatares y vivencias de cuanto ocurre dentro de una colmena, y es como si te tomara de la mano e introdujera a través de la piquera, para adentrarte en el dulce mundo de las meliponas.

También te da referencias sobre las propiedades de una miel con dones medicinales, que puede curar afecciones cutáneas, heridas, y otros males, con consumirla pura o con otras combinaciones naturales. Incluso en infusiones mágicas elaboradas por Aurelia, la madre de nuestra entrevistada, que colabora con sus combinaciones de té de jengibre, limón y miel, para hacer más placentera la estancia junto al meliponario.

Imilla confiesa sentirse totalmente fascinada y enamorada con este emprendimiento. “Las observo y disfruto sus quehaceres, cómo organizan la vida de la colmena, las faenas de las abejas, las cuales realizan hasta labores de “trabajadoras comunales”,, pues las ves como salen de adentro de la colmena con basurita y te la dejan caer fuera, para mantener la limpieza de su espacio”.

Realmente, la labor no requiere de una atención diaria sobre este tipo de insectos, por cuanto es un proyecto que pueden acometer amas de casa y trabajadoras, adolescentes y jóvenes, en fin todo aquel que sienta interés en el tema, y que siempre le reportará buenos beneficios.

Ahí tendrá a mano una exquisita miel, y otros productos de la colmena, elaborados por la abeja de la tierra, considerada la abeja sagrada de los mayas, desde tiempos antiquísimos.

Visitas: 71

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *