Gente del campo: Caridad Águila Abreus

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A Cary, como le conocen de manera afectuosa allá por en vuelta de Las Brisas, en Cumanayagua, municipio montañoso de la provincia de Cienfuegos, no la sorprende el cantío de los gallos en la cama, qué va, ella es mujer de campo, y cuando amanece ya hace rato que coló el buchito de café y va camino al Hidropónico, donde se gana el sustento.

“Tengo 57 años, bueno, los cumplo pronto que es casi como tenerlos ya. Vivo en el caserío de la Cooperativa, se refiere a la CPA Mártires de Cumanayagua, y tengo una hija, de 29 años y dos nietos”.

¿Siempre ha laborado aquí?

“No, qué va, yo trabajaba en el Envasadero de cítricos, pero desde el 2005 estoy en este hidropónico, y desde entonces estoy aquí. Ahora mismo estoy conduciendo las plantas de tomates, porque son de enredadera. Parece un trabajo sencillo, pero en la tarde, al llegar a la casa me lo siento; y a esa hora me espera la cocina, para mi y para mi esposo, él es jubilado”.

Cary me cuenta que a veces almuerza en el comedor obrero, cuando el menú es más agradable; y en otras va a la casa a recalentar lo que quedó de la comida, pero regresa al laboreo en la tarde.

“¿Qué si es suficiente el sueldo?, no, qué va, yo creo que podrían pagarnos un poquito más”, responde a mi pregunta, con otra, y me dice que gana unos 2 mil 500, según a cómo salga el promedio.

El oficio parece sencillo, pero no lo es, a mi se me antojan unas arañitas tejiendo la red en la que luego se enredan los tomates, ese codiciado vegetal que por el precio parece cosechado entre las nubes.

“Todo el tiempo duro de la Covid lo pasamos trabajando, aquí no había peligro, estábamos al aire libre y bastante lejos unos de otros, había que producir, que la cosa estaba mala, en la casa sentados no hacíamos nada”.

¿Está consciente de la importancia de su labor, al cosechar para llenar los platos del cubano común?

“Pues claro que sí mujer, no se puede pensar en uno solamente, hay que pensar en los demás y en esos tomaticos que alegrarán la comida de la gente”, me dice con una amplia sonrisa de mujer plena. Allí mismo en el cantero del hidropónico que pertenece al único de su tipo en Cienfuegos y quizá en Cuba.

La hidroponía es una técnica para cultivar en la ciudad, de la que se obtienen nutrientes de soluciones líquidas, se considera una respuesta para garantizar alimento a las poblaciones, que ofrecen mejoras en el aprovechamiento del espacio y de todos los recursos. Pero esa explicación sobre el hidropónico de Cary no basta para el amor que ella le profesa a su trabajo, al que, “no falto por nada del mundo, vengo llueva, relampaguée o truene”.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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