Estampas del Primero de Mayo: Un desfile de razones y símbolos
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El silencio de los últimos dos años terminó por romperse en la Plaza de la Ciudad cuando este Primero de Mayo el pueblo de Cienfuegos volvió a abarrotarla para celebrar así el Día Internacional de los Trabajadores.
Lució otra vez sus mejores galas, con banderolas blancas, azules y rojas que colgaban de los postes de las luminarias, y una tribuna escoltada por la enseña nacional y la bandera insigne del Movimiento 26 de Julio casi empinándose al cielo.
Tras vivir los momentos más duros de la pandemia de COVID-19, los trabajadores de la Salud Pública lideraron el desfile, cual héroes de una epopeya por la vida que demandó sacrificios, dejó rastros de dolor por la pérdida de coterráneos, y exigió mayor entrega cuando las circunstancias se tornaron aciagas. Nadie, como ellos, para enarbolar las razones de un país sobreviviente.
La marcha del resto de los sindicatos se dibujó a colores entre el jolgorio de una multitud que portaba carteles con imágenes de Martí, Fidel, Raúl y Díaz-Canel, como evidencia de esa continuidad histórica del proceso revolucionario cubano, raíz de la Cuba del presente y el futuro.
Cada paso de los obreros guardaba también sus motivos. Por compromiso y respaldo a la Revolución y sus dirigentes. Por merecimiento propio después de tantas angustias. Por la oportunidad de compartir y reencontrarse con amigos. O simplemente por disfrute y placer.
-Vengo al desfile porque me gusta, es una fiesta, y celebro mi día, opinó una maestra, acompañada por su hija, quien ondeaba una pequeña bandera cubana, tan bella en sus manos de niña como la izada en la Plaza.
El cierre de la peregrinación, a cargo de los jóvenes, fue la apuesta simbólica por ese mañana que habrá de conquistarse sin vender las esencias de la nación que hoy somos.
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