¿Es un capricho apostar al predominio de la propiedad social en la economía cubana?
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En coautoría con Doctor Carlos Miguel García Valdés y Yanni Yanet Pérez Seisdedos.
En cualquier sistema económico las relaciones de propiedad constituyen la base más importante en que se sustenta el proceso de producción y reproducción de las condiciones materiales y espirituales de las personas, grupos sociales y de la población en su conjunto, en tanto el hombre antes de hacer política, ciencia, filosofía y arte debe comer, vestirse, calzarse y tener donde vivir. Desde luego que ello contribuye al logro de su bienestar y hacerle la vida más placentera.
En este sentido, siempre que hablemos de propiedad en las condiciones actuales, están representadas al menos tres situaciones: una persona o familia tiene medios de producción, trabaja con ellos y se apropia de lo que produce .En este caso se trata de una propiedad privada, pero no capitalista,de ellos tenemos hoy una importante parte de la economía cubana representados en los trabajadores por cuenta propia y otros nuevos actores económicos surgidos en Cuba en los últimos años, aunque no todos son una cuestión tan novedosa.
Por otra parte, si los medios de producción son de una persona o grupo de estas y se utilizan para explotar el trabajo asalariado de otras y suelen apropiarse de la mayor parte de los beneficios de la producción, entonces estamos en presencia de la propiedad privada capitalista. ¿Se manifiesta este tipo en Cuba? Dejo el análisis para más adelante…
Por último, si los medios de producción son apropiados por el conjunto de los trabajadores organizados y representados por una institución determinada, capacitada para ello y los resultados de la producción se emplean en provecho de todos los miembros de la sociedad, estamos en presencia de la propiedad social.
De ellos se deduce que la propiedad no es, no puede ser la relación del hombre con respecto a las cosas al margen de la producción y de sus vínculos con una sociedad determinada, independientemente de que en el orden jurídico aparezca en la superficie como tal.
La economía cubana apuesta por relaciones, ante todo, del predominio de los medios fundamentales de producción, por tanto, ella es condicionante del desarrollo económico y social.
Entonces, cuando se dice predominio no quiere decir que absolutamente todo se convierte en propiedad social.
De hecho, la conceptualización del modelo económico y social cubano reconoce seis tipos de propiedad sobre los medios de producción, pero la social debe ser la gran responsable de la aplicación de la distribución en correspondencia con la cantidad y calidad de trabajo, que aunque no es la más justa, es la única posible en las condiciones de la Cuba de hoy y es la base del desarrollo en que se encuentra nuestra sociedad.
Claro, un régimen basado en la propiedad social, en especial de todo el pueblo, la estatal, puede y tiene que dedicar diversos recursos a satisfacer las necesidades básicas de todos, sin tener en cuenta el aporte laboral individual, incluso el no aporte en algunos casos (en tal situación se encuentran los estudiantes, jubilados, incapacitados para el trabajo, etcétera.)
Para nuestra sociedad es consustancial la propiedad social que presupone que si los trabajadores son dueños asociados a los medios fundamentales de producción, no debe haber un por ciento de ellos desocupados. La política cubana de pleno empleo hace justicia a la naturaleza de su sistema de propiedad, no obstante, las presiones a que está sometido el país y también a las distorsiones que son necesarias superar, a las cuales se hace referencia en todos los cónclaves más importantes del país y que, a mi juicio, no marchan a los ritmos esperados.
En resumen, la propiedad social no es toda la economía porque hay muchas cosas materiales que desbordan sus límites, entre las que se encuentran la conciencia moral, la vergüenza, el ejemplo, la voluntad, los principios y la verdad, que son las fuerzas intangibles pero sociales.
Es la base fundamental de la economía la que puede alcanzar promesas en el campo de la educación, la salud, el deporte, el enfrentamiento a los desastres naturales y de todo tipo, pero sin olvidar los resortes espirituales del ser humano.
En conclusión, algunas de las ventajas del predominio y de la propiedad social en Cuba demostradas a través de la historia de la Revolución son: el haber eliminado la explotación del hombre por el hombre, dándole un carácter distinto al trabajo, aún con las dificultades que en la distribución se presentan, constituye la principal fuente de empleo del país, permite el desarrollo planificado de la economía y la ciencia, el deporte la cultura y otras actividades sociales.
Es, al mismo tiempo, la base para la distribución más justa de los bienes y servicios, el fundamento del desarrollo económico y social del país y expresa, en síntesis, el poder real de los trabajadores. De ahí que el conocimiento del tema de referencia por la población es fundamental en la educación económica, para alcanzar la visión de la nueva sociedad que se pretende construir.
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