El tocororo, nuestro quetzal resplandeciente (+Fotos y Video)
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos
No tendrá un canto melodioso como otras aves endémicas de Cuba, pero sí destaca por su bello plumaje signado por tres colores principales: rojo y blanco en la región ventral, y un azul oscuro con bandas verdosas iridiscentes por el lomo y las alas. El tocororo, apodado también con la voz aborigen de Guatiní (Priotelus temnurus) es el ave nacional, y fue justamente seleccionada así por la prevalencia de esos matices, que caracterizan de igual modo la bandera del país. Agrupado en la familia Trogonidae −en la cual están incluidas otras aves símbolos nacionales de las Américas y el Caribe, como el caso del quetzal (Pharomachrus mocinno) de Guatemala, y el Priotelus roseigaster, de Haití−, es muy común en toda Cuba. Múltiples observaciones en la plataforma de eBird denotan la buena salud de sus poblaciones, razón dada principalmente por su resistencia a una vida en cautiverio, durante la cual pierde su plumaje llamativo y muere.
Presente en diversos ecosistemas boscosos, se alimenta de insectos y frutas pequeñas, tomando de estas últimas la parte carnosa, y regurgita luego las semillas, ayudando así a la dispersión y repoblamiento de los árboles.
Los ornitólogos han señalado su resistencia a volar grandes distancias, rasgo que define a la mayoría de los ejemplares que integran esta familia, de modo que no emigran, a menos que haya escasez de alimentos.
A su carácter sosegado, hay que añadirle un aspecto curioso pero útil cuando se trata de detectar posibles depredadores, y es que se le puede observar girando sus cabezas 180 grados, como hacen muchas rapaces nocturnas.
Visitas: 57