Si preguntas en Cuba por marchas
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Por Yojan Barbosa*
Si preguntas en Cuba por marchas, sí o sí te hablarán de la marcha del Primero de Mayo, y también de la Marcha de las Antorchas. Han existido y existirán otras marchas, pero esas dos son las que siempre perduran. El cúmulo de pueblo, y las miles de anécdotas para contar. La marcha en sí son apenas unos minutos, lo que marca es el antes y el después, el recorrido y su significado. Marchas del pueblo, que ¨casualmente¨ tienen poca o ninguna relevancia a nivel internacional para muchos medios. Por el contrario, la propuesta de marcha del 15 de noviembre, así como los actos del pasado 11 de julio parecen estar entre lo más importante según los medios.
Resulta curioso, e incluso risible, si no fuera por lo lamentable, que estos hechos se clasifiquen de pacíficos y espontáneos. Es necesario analizar y pensar bien en estas dos palabras, su significado y si realmente se pueden usar en estos casos. Para tener una verdadera compresión es necesario ver y analizar las cosas de forma objetiva, revisando con lógica y sentido común, sin dejarse llevar por la emoción.
Si hablamos de espontaneo, nos referimos a: ¨que se produce sin intervención o estimulo¨ y algunos de sus sinónimos son: instintivo, automático, natural. Pacífico, por su parte viene de paz, y significa: ¨que no usa la violencia¨ y además, incluye ¨que no es propenso a fomentar conflictos¨. En este sentido, plantee esta situación, y saque sus conclusiones:
Un mismo día, en lugares distantes entre sí, a una misma hora ocurren manifestaciones, todas con el mismo modus operandi. La prensa internacional, se encuentra en el lugar especifico de cada evento, y las cadenas de noticias tienen artículos sobre lo ocurrido, los cuales, son publicados a minutos de iniciar los sucesos, artículos extensos y detallados, con fotos, entrevistas, etc. Se alega como causas el hambre y la falta de alimentos, y entonces se vandalizan tiendas de electrodomésticos, se sustraen los equipos, y en las de alimentos, se destruyen los productos. Se ataca un hospital, en el cual hay niños pequeños, se destruyen vehículos y propiedad estatal. Todo esto, de forma simultánea, sin ninguna coordinación supuestamente. Muy difícil de creer esa supuesta espontaneidad, de la misma forma que sus propias acciones, contradicen al termino pacífico por completo, en todas sus acepciones.
Muchos se hicieron eco de este supuesto grito de ¨ya no más¨, que los medios se empeñan en promocionar. Sin embargo, gran parte de ellos no viven ya en la isla. Algunos ciertamente son pagados, para atizar el conflicto; otros, sin embargo, que siguen el discurso, son ciertamente como dijo el presidente ¨confundidos¨. Estos confundidos, pueden por ejemplo comparar la situación de Cuba con la de otro país, en el que viven, han visitado, o simplemente visto por la tv, internet u otras vías. En este punto, deberían recordar y concientizar unos pequeños, pero significativos detalles. Cuba es un país del tercer mundo, independientemente de los logros que se han obtenido, no se puede olvidar ese punto. Es ridículo en todos los sentidos comparar a la isla con cualquier país del primer mundo. Que podamos contar con logros que rivalicen con los países desarrollados es una proeza digna de admirar, pero no debe ser motivo para creer que se está al mismo nivel económico y de adquisición que ellos. El que emigra, no lo hace para un país tercermundista, y en la mayoría de los casos, ni siquiera a un país de América Latina. Obviamente se trasladan a un país con mayor desarrollo, de la misma forma que cualquier emigrante del mundo, y por consiguiente tendrá otras condiciones que en la isla no son posibles. Esta situación, se podría definir, con un simple ejemplo hipotético:
¨Un emigrante llega a otro país, y va a la playa por primera vez en su vida. Extasiado, se pone a criticar a su país y gobierno, porque el nunca antes pudo disfrutar de la belleza del mar y tenía que conformarse con míseros laguitos. Muchos lo escuchan, se compadecen de él, e incluso lo secundan en su protesta, sin ponerse a pensar que el país del hombre es un estado sin litoral¨
Igual que el hombre y los que lo secundan, muchos se dejan llevar por críticas que, fuera del contexto, o con solo una vista parcializada parecen justas y hasta nobles, pero cuyo significado desaparece al comprobar la situación desde todos los puntos.
Cuando se escucha a los llamados actores de cambio y demás activistas que de forma ¨espontánea¨, ¨pacífica¨ e ¨independiente¨ proponen e incentivan acciones con su supuesto objetivo de mejorar a Cuba, salta un detalle muy particular. Problemas tenemos, y muchos, tenemos que enfocarnos en resolverlos, es tarea de impacto. Sin embargo, casualmente todos estos personajes, entre un discurso y otro, plantean la única misma solución. No proponen medidas o sugieren estrategias a seguir. Su finalidad son siempre dos puntos clave, independientemente de las vueltas que le den. En primer lugar, disolver el gobierno, bajo la premisa de elecciones libres, con el detalle que nunca pasan de ese punto, solo plantean la caída del gobierno, y entonces ¿Qué pasaría, quién gobernaría el país, quienes son los que asumen el mando y participan en las elecciones, ellos? El segundo elemento, y que puede sonar a conspiración, al más clásico estilo de película, es la presencia de EEUU. No piden un modelo capitalista cualquiera, debe ser el norteamericano y la ¨ayuda¨ para ello tiene que ser de ese mismo país, cualquier intervención extranjera solo es valida si esta encabezada por los EEUU. El socialismo es satanizado por el imperialismo, y como tal estos activistas adoptan la misma retórica.
Es curioso también el caso de los artistas, convertidos en carne de cañón de este supuesto cambio necesario. Hay muchos casos que dan para un reportaje cada uno; sin embargo, todos tienen un patrón en común demasiado claro. El artista que hace vida en Miami principalmente debe cumplir una condición imprescindible: hablar mal de Cuba, presentándose como una persona sufrida que no ha tenido mas que problemas en la isla, y donde su desarrollo artístico no ha sido gracias a su país, si no a pesar de este. Aquellos que siguen esta línea, tan esquemática y lineal que peca de falta de originalidad y creatividad que le resta credibilidad, gozan de trabajos en su medio, y mientras mas reaccionarios, mas es su fama, influencia y mayor su trabajo e ingresos, incluso pueden hasta ganar premios, independientemente de la calidad de su trabajo. A esto se agarran muchos, que, diciéndose artistas, no tienen mas obra que la dedicada a la difamación y muchas veces carente por completo de verdadero talento, o aquellos cuyas carreras ya venidas a menos, ven en esta vía la forma de regresar a la fama, convirtiéndose en estandartes de campañas malsanas. Aquellos que, manteniendo su dignidad, no se prestan a estos juegos, siguiendo el principio de que el arte es para unir, no para dividir, se ven intimidados y excluidos del ámbito cultural, donde al parecer su obra, por muy buena que seano es lo ¨políticamente aceptable¨ en ese ambiente.
Culminando en la pretendida marcha del 15, sin extender en las razones, evidencias y demás detalles que salen a la luz a diario, algo sí salta a la vista: su total falta de autenticidad. Basta con ver el hecho de que es un esquema demasiado común a nivel internacional y muy anacrónico en Cuba. No es novedad ver noticias de marchas, protestas, manifestaciones, represión policial, etc., que ocurren en diversos países de todo el mundo, sin embargo, nunca se dieron estas situaciones en nuestro país después del triunfo de la revolución. Existieron sí, situaciones críticas, algunas incluso llegando a verdaderos enfrentamientos, como la lucha contra bandidos, por citar un ejemplo. Sin embargo, algo que distingue al cubano natural es su divergencia, su carácter único. Tantas características únicas, culturales, sociales, históricas, que conforman la cubanía. Es demasiado ingenuo suponer que, en este contexto, ocurran hechos ¨espontáneos¨ cuya composición es idéntica a la de otros lugares del mundo. Es, tomando un poco de jerga informática, un Ctr+C, Crt+V (copiar y pegar) de otros conflictos, carentes de originalidad. Esto es apreciable cuando se ve las incongruencias en que caen organizadores y promotores, copiando situaciones que no se adecuan a nuestra realidad. Una solicitud de permiso para la marcha, amparada en la constitución que la propia marcha desea derogar. Amenazas con sanciones si la policía actúa contra los manifestantes, que incurren en un hecho ilícito, cuando es de echo el papel de las fuerzas del orden, juntamente mantener el orden y hacer cumplir las leyes. Basta ver las noticias de cada marcha y manifestación en el mundo, cuya repercusión no pasa muchas veces de una nota en los grandes medios, mientras la del 15 es el tema del año en todos ellos. Si se habla de represión policial, enseguida se califica el actuar de la policía cubana de represión. Si se habla de manifestación pacífica reprimida, ya se toma el termino para la que se planifica, independistamente de que tanto se adapta a la palabra. Es en resumen un show mediático, al mas puro estilo de un reality show, con actores que escenifican sus papeles estudiados, fingiendo originalidad, naturalidad y espontaneidad, para arrastrar a aquellos que caen en la manipulación.
Es válido recordar que 6 millones 816 mil 169 votaron afirmativamente por la Constitución de la República el 24 de febrero de 2019 en su referéndum, cifra que representa el 78.30 por ciento del total de las personas con derecho a ejercer el voto y el 86.85 por ciento de las personas que lo ejercieron, entonces negar lo que nos dice el articulo 4 de nuestra Carta Magna, que plantea la irrevocabilidad de nuestro sistema socialista, es una violación a lo que muchos decidimos.
Tenemos problemas, necesidades y deficiencias, somos un país bloqueado, por más de 62 años, aunque muchos se empeñen en negarlo, carente de grandes recursos económicos, golpeado por la pandemia, y aún con muchas cosas por corregir en nuestro sistema social, independientemente de nuestras victorias. Pero nos corresponde a nosotros y solo a nosotros continuar creando el país que soñamos, sin injerencias, sin amenazas, desde el diálogo, la paz y el respeto, por y para Cuba.
*Estudiante de Derecho y cantautor. Tiene 28 años, vive en La Habana.
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