Drogas: el infierno en dos hojas de un cuaderno escolar

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 29 segundos

(I)

Como muchas veces, él regresaba de La Habana. Había ido a buscar la mercancía con la que la lucraba ya desde hacía tiempo. Las ganancias del negocio le permitían ciertos lujos como ostentar prendas de oro y frecuentar bares. El daño a terceros no constituía un factor a tener en cuenta.

Esta vez venía en un taxi y aprovechó un descuido del chofer para romper el forro de la puerta y esconder allí su carga. Él no lo sabía, pero en algún lugar del camino, le estaban esperando.

(II)

Cuando se habla de la droga conocida como “papelito”, correspondiente al cannbinoides sintético, dos hojas de un cuaderno escolar pueden representar mucho: el inicio y el refuerzo de una adicción; los trastornos de la conducta; violencia; daños a la salud; el fin de la familia e incluso de la vida.

Dos hojas de un cuaderno escolar, amarillentas, aparentemente inofensivas, pero que rociadas de 5-FLUORO ADB –como certificó el peritaje criminalístico- se convierten en miles de dosis con una carga letal, dispuestas a afianzar en muy poco tiempo un mal que destruye individuos, grupos y sociedades enteras.

(III)

Precisamente en busca de las hojas del cuaderno escolar y del ciudadano que las transportaba andaba un equipo multilineal del Ministerio del Interior en Cienfuegos el día en que él retornaba con ellas de la capital.

Desde entonces, una investigación criminal que aún no termina ha establecido una cadena delictiva de hasta ahora seis imputados. Se les acusa por los delitos relacionados con las drogas o sustancias de efectos similares, previsto en el artículo 235.1a del Código Penal vigente.

Asegura la primer teniente Ana Diasmyn Díaz Hernández, instructora penal de la Unidad Provincial de Investigaciones Criminales, que cuatro de ellos son integrantes de una familia: dos hombres y dos mujeres y una apenas alcanza los 16 años. Vendían la droga en su propia casa y también en la calle. Ellos mismos no consumían, pero inducían a otros a hacerlo para llevarse las ganancias de un negocio que destruye la vida humana.

Por su causa, alrededor de 20 jóvenes, entre ellos un menor de 15 años, uno de 16, y dos de 17 se volvieron consumidores de drogas y ahora mismo atraviesan por las consecuencias físicas, sicológicas y sociales de ese mal. De todos los involucrados, la gran mayoría posee menos de 25 años, han abandonado los estudios y carecen de vínculo laboral.

(IV)

El peritaje criminalístico de las dos hojas de cuaderno certifica que el cannabinoides sintético que en ellas se impregnó “puede provocar convulsiones, ataque cardiaco, lesión renal aguda, edema pulmonar, accidente cerebrovascular, delirio, psicosis, pérdida rápida del conocimiento, vómitos e insuficiencia orgánica múltiple; además de dependencia psíquica y tolerancia”.

(V)

Con alrededor de diez años de experiencia en el enfrentamiento a las drogas, la mayor Annia María Gil Rodríguez integra el equipo de especialistas del Ministerio del Interior que investiga este caso. Por lo apreciado en este, refuerza su visión del importante papel que la familia desempeña en la prevención de tales conductas. Aquí, familiares de los consumidores tenían conocimiento o sospechaban de la actividad a la que se dedicaban, pero no actuaron eficazmente para impedirlo.

“Por lo general deambulaban hasta altas horas de la noche en la vía pública, consumían en grupo y poseían hábitos de sustancias porteras como el cigarro y el alcohol.

“Han manifestado que empezaban con una dosis, pero se ‘enganchaban’ con mucha rapidez. Los más jóvenes llegaban a consumir en una noche 3 o 4 dosis y los de mayor edad aún más, pues les creó un nivel de dependencia fuerte. En sus propios testimonios manifiestan que no consumir les ocasionaba temblores en las manos e irritabilidad. Para comprar droga empeñaron y vendieron objetos como cadenas, bicicletas y efectos electrodomésticos”.

Afirma la oficial que, entre los mayores peligros para los consumidores, está que pueden convertirse en traficantes, al volverse procuradores o expendedores con la finalidad de obtener ellos la droga a menor precio.

(VI)

Consejos populares como Centro Histórico, La Juanita, La Gloria y San Lázaro tuvieron incidencia en este caso que ha afectado a no pocos cienfuegueros.

Según lo que establece la ley, sus responsables serán juzgados y bajo la política de tolerancia cero que propugna el país para estos delitos, continuará el enfrentamiento contra quienes pretendan hacer de la droga su modo de vivir y lucrar.

Se sabe, de sobra, que el infierno puede estar en dos hojas de cuardernos escolares.

Visitas: 10

Marian Cabrera Ruiz

Periodista graduada en la UCLV Marta Abreu, de Las Villas. Capitana del Ministerio del Interior.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *