Cuba 2030: Desarrollo alineado con metas globales ONU
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Los ejes estratégicos del Programa Nacional de Desarrollo Económico Social Cuba 2030 (PNDES 2030) se encuentran alineados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que contemplan la Agenda 2030, y así se ha hecho explícito tanto en el Informe Nacional sobre la implementación de la Agenda 2030 como en el Diagnóstico Nacional para el Cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible realizado por la Contraloría General de la República.
En el PNDES se establecen seis ejes estratégicos, diseñados bajo un enfoque sistémico, que articulan la propuesta de desarrollo económico y social hasta el 2030 y contribuyen, desde su área de influencia, a la consecución de ese propósito a largo plazo. Dichos ejes estratégicos se expresan en macroprogramas, articulados con los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible.
Los Objetivos de la Agenda de Desarrollo se articulan perfectamente con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 y con la Estrategia Económico y Social para el impulso a la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la Covid-19.
La campaña Cuba avanza con Paso 2030 se articula también con el actual ordenamiento monetario, la eliminación de trabas para impulsar los cambios en la productividad y la eficiencia en la producción, en particular la de alimentos, así como la ampliación del trabajo por cuenta propia y el estímulo a las exportaciones.
Significa impulsar y avanzar en los propósitos del PNDES 2030, para elevar la calidad de vida de la población y sin dejar a nadie atrás, con la combinación de la planificación a corto plazo y la más estratégica con visión de transformación futura.
Conviene subrayar, que es una práctica común de la Revolución Cubana, desde sus inicios, consultar a las masas las decisiones. En particular, desde 1994 se ha sometido de forma sistemática a los colectivos de base casi todos los cambios importantes que fue necesario introducir en la economía a partir de la desaparición de la Unión Soviética.
Los dos documentos –tanto la Agenda 2030, como el PNDES– parten del principio de preservar y perfeccionar las conquistas sociales de la Revolución, incluyendo el derecho al trabajo, a la educación pública, gratuita y universal; a la salud, a la seguridad social, a la práctica del deporte y a una vivienda digna. Se destaca el derecho y “sagrado” deber de defender la Patria de la agresión externa en un documento de tono antimperialista e internacionalista que conceptúa al bloqueo y al hegemonismo de Estados Unidos como graves obstáculos al desarrollo.
Al revés de lo que ocurre en Cuba, el concepto de democracia predominante en el mundo occidental no incluye consultar al pueblo sobre decisiones cruciales para su futuro. En Estados Unidos, la UE y América Latina las políticas neoliberales y sus “reformas estructurales”, que han hecho miserable –o más miserable– la vida de la mayoría, han sido impuestas mediante la fuerza o el engaño.
La permanencia durante más de seis décadas y el actual recrudecimiento de la política de bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos hacia Cuba se identificó como una barrera que limita las posibilidades del país de beneficiarse, en igualdad de condiciones, de las ventajas del comercio mundial y el acceso a financiamiento internacional; afectando a todos los sectores de la sociedad y a la economía nacional, lo que constituye abiertamente un obstáculo a su desarrollo y a la implementación de la Agenda 2030 en el país.
En Cuba, el análisis del progreso de la Agenda Global destaca resultados positivos en muchos de los objetivos. Las principales fortalezas con las que cuenta el país se derivan del énfasis de la política gubernamental y la asignación de recursos durante muchas décadas a la esfera social y la política nacional de no dejar a nadie desamparado con una cobertura universal a los servicios públicos.
El cumplimiento de las metas más relacionadas con la dimensión económica enfrenta desafíos estructurales internos asociados al modelo de gestión y la obsolescencia tecnológica productiva, así como las restricciones externas impuestas por el bloqueo impuesto al país.
En correspondencia con estos esfuerzos, con la campaña de comunicación se pretende visibilizar los avances, iniciativas, acciones y los desafíos concretos del país en sus metas de desarrollo, y apoyar la articulación de actores institucionales clave en torno al PNDES 2030 y la Agenda 2030.
Estimular un movimiento que integre a todos los actores de la sociedad (universidades, sectores estatal y no estatal, sociedad civil, entre otros), para impulsar el cumplimiento de las metas y objetivos de esas estrategias nacional e internacional, es otro de los propósitos de Cuba con la campaña de Comunicación ‘Con Paso 2030’.
Tres ejes guían la acción: Movimiento, motor de la transformación nacional; Identidad, cimiento de nuestros principios; y Articulación, clave para sumar voluntades y lograr una apropiación colectiva de las metas.
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