Mariana Grajales: alma y corazón de la mujer cubana
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Por Yudeimy Rodríguez González*
Cada 12 de julio, cuando recordamos el nacimiento de Mariana Grajales, sentimos el latir profundo de una mujer que se convirtió en el alma indomable de Cuba. Madre de la Patria, su vida fue un canto valiente de amor, sacrificio y entrega absoluta. En medio de la manigua, con el corazón en la mano y la esperanza en el alma, Mariana no solo dio vida a sus hijos, sino también a la lucha por la libertad que ellos abrazaron con pasión y coraje.
Ella juró junto a sus hijos liberar la Patria o morir en el intento. Ese juramento no fue solo unas palabras, fue el fuego que encendió el espíritu de todas las mujeres cubanas. Mariana es la fuerza que nos impulsa a seguir adelante, el ejemplo eterno de que la mujer cubana es capaz de todo por su tierra y su pueblo.
A 65 años de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas, su legado vive más fuerte que nunca. La FMC es la voz colectiva de todas esas mujeres que, como Mariana, sueñan, luchan y construyen un futuro mejor. Cada mujer cubana que se levanta con valentía, que trabaja con amor, que defiende sus derechos y los de su Patria, lleva en su corazón la luz que Mariana encendió aquel 12 de julio.
Este aniversario no es solo una fecha en el calendario, es un llamado a honrar la memoria de Mariana Grajales y a renovar nuestro compromiso con la justicia, la igualdad y la libertad. Es recordar que la historia de Cuba está escrita con el sacrificio de mujeres valientes, y que ese legado es la fuerza que nos sostiene hoy y siempre.
Mariana Grajales es más que un nombre; es un símbolo vivo de esperanza y resistencia. Su espíritu nos abraza, nos inspira y nos guía para que ninguna mujer cubana olvide jamás que lleva en sus venas la sangre de una madre que entregó todo por la Patria que amó con todo su ser.
*Miembro del Secretariado Provincial de la FMC.
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