El Humanismo en el corazón de la Ciencia cubana

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Si una institución científica, que no la única, merece las palmas de todos, ese es el Instituto Finlay de Vacunas (IFV). Tanto sus investigadores, como el personal de apoyo al trabajo científico y los directivos, cosechan el éxito y la gratitud en la Isla y fuera de ella, después de mucho esfuerzo y grandes logros.

Como parte de las celebraciones por el Día de la Ciencia Cubana, la Academia de Ciencias de Cuba otorgó al “Finlay” un reconocimiento por los resultados en el enfrentamiento a la COVID-19. La sociedad Económica Amigos del País le confirió el Premio Pro Patria, por sus relevantes aportes.

En esta provincia, una de las investigadoras líderes de las vacunas soberanas recibió, en representación de su colectivo, el reconocimiento de Cienfuegos por haber acompañado el proceso de vacunación y los ensayos clínicos en el territorio.

Yanet Climens Arias figura en el IFV como la jefa de los proyectos Soberana 01 y Soberana Plus. “Realmente (2021) ha sido un año complejo”, dijo en diálogo con el “5”, “ha sido un tremendo compromiso, porque hemos tenido que desarrollar en corto período, candidatos vacunales que después han podido convertirse en vacunas”.

El IFV ha desarrollado tres candidatos vacunales. Dos de ellos obtuvieron la categoría de vacunas y el tercero está en ese camino. “Llegar a las vacunas es algo que me ha sorprendido, no todo científico tiene la posibilidad de ver, en el tiempo de su vida, candidatos vacunales que se convierten en vacunas”.

Las vacunas cubanas han demostrado respuesta inmunológica y alto nivel de seguridad. Actualmente, el 90 por ciento de la población cubana está vacunada con Soberana 02, Soberana Plus o Abdala.

La doctora Yanet Climens también se refirió a la experiencia vivida en territorio cienfueguero. “En Cienfuegos ha sido lindísimo, porque tuvimos aquí el acompañamiento de la población, de todas las organizaciones, de la Dirección Provincial de Salud y también del Partido y del Gobierno”, enfatizó.

Durante meses los municipios de Palmira y Cruces acogieron el estudio clínico para el desarrollo de los candidatos vacunales Soberana 01 y Soberana 02.

En cuanto a las líneas de trabajo del “Finlay” para el futuro inmediato, la experta adelantó que, desde este momento, laboran “para aumentar la inmunidad de la población cubana” y continúan el estudio de seguimiento de las variantes del SARS CoV-2 que puedan ir surgiendo.

Afirmó que existe hoy, internacionalmente, reconocimiento a las vacunas cubanas y a los esquemas aplicados en el país para el manejo de la pandemia. “Estamos trabajando de conjunto con numerosos países, y en muchos de estos las vacunas cubanas han sido aplicadas tanto en adultos convalecientes como en niños. Nuestro instituto está dispuesto a apoyar a todos los países que necesiten la vacunación”.

Poblaciones en edades pediátricas en naciones como Nicaragua y Venezuela han recibido ya las vacunas cubanas. En el mes de enero, Cuba donó a Siria un cargamento de Soberana Plus.

De ahí que el prestigio de la industria biotecnológica nacional siga creciendo. Helen Yaffe, conferencista en Historia Económica y Social para la Universidad de Glasgow, en Escocia, aseguró en entrevista de prensa no estar sorprendida con lo alcanzado en Cuba. “Estos resultados —planteó— son el producto de una política gubernamental consciente de inversión estatal en el sector, tanto en salud pública como en la ciencia médica”. Para la experta “está claro que muchos países y poblaciones del Sur globalizado depositan en las vacunas cubanas su mayor esperanza para ser vacunados hacia 2025”.

John Kirk, profesor de mérito para el Programa de América Latina de la Universidad de Dalhousie en Nueva Escocia, Canadá, considera que “la aprobación de las vacunas cubanas por parte de la Organización Mundial de Salud traería enormes beneficios para los países en desarrollo y de bajos ingresos”, y destacó a la Cadena CNBC que “el objetivo de Cuba no es hacer dinero, a diferencia de las compañías farmacéuticas multinacionales, sino mantener saludable el Planeta”.

Recientemente, el Banco Centroamericano de Integración Económica aprobó el primer financiamiento de 46,7 millones de euros para Cuba, destinado a fortalecer las capacidades en el desarrollo y la producción de vacunas anticovid-19.

Con la sencillez que engrandece el mérito, la joven investigadora del IFV, Climens Arias, resumió más de un año de quehacer científico. “Hemos dedicado la vida” a alcanzar la única meta porque la vida de 11 millones de cubanos y las de muchos más en el mundo lo necesitan. “Hemos sacrificado familia, tiempo y bienestar por tratar de llegar al objetivo final que era obtener las vacunas”.

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