Urgencias para los que amamos la Perla
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La escena se repite semana tras semana, cada siete días. La Feria de La Calzada es una visita imprescindible para quienes ajustamos el presupuesto mensual. La familia suele turnarse para hacer las compras, y, por supuesto, antes de cada jornada, se organiza cuidadosamente la economía para aprovechar al máximo la salida.
Los sábados en Cienfuegos tienen un carácter diferente, allí nos abatecemos de alimentos, viandas y víveres que se supone nos duren aproximadamente 15 días o incluso un mes. Aunque no puedo precisar exactamente cuántas personas concurren semanalmente, a simple vista descubro cientos de ellas, provenientes no solo de la capital provincial, sino también de municipios cercanos como Palmira, Rodas y Cruces, dispuestas a enfrentarse a los desafíos del transporte para conseguir aquí esos alimentos que no encuentran en sus localidades, ni siquiera a precios elevados. Sin embargo, los precios siguen siendo un tema pendiente, especialmente si consideramos que el salario medio de un jubilado es de unos 1500 pesos. Después de pagar los servicios básicos, pregunto: ¿qué les queda para su alimentación? Este será un tema que abordaremos próximamente. Pero, ahora, vuelvo al principio.
Es interesante cómo la escena en La Calzada de Dolores se repite cada sábado, es casi una imagen fija en la mente de cada uno de nosotros, especialmente si eres de los que da “una vueltecita para ver qué aparece”. Entonces, los productores agrícolas llenan la Avenida 64 y la zona de Castillo y Medio, con mercancías como helados, ajo, cebolla, ajíes, chucherías, picadillo y otros cárnicos; útiles para el hogar, ropa, condimentos y un sinnúmero de opciones.
Durante buena parte de la mañana todo transcurre con normalidad en un ambiente de efervescencia comercial. Sin embargo, al llegar la tarde, el espacio deja ver claramente las huellas de la actividad: cajas, desechos y envases sucios quedan dispersos en varias áreas de ese mercado al aire libre. Es un reflejo de cómo cada semana, los vendedores o proveedores dejan su marca en el entorno.

Hago un paréntesis para que se entienda mi punto, soy de las asiduas a La Calzada porque buena parte de lo que consumo en casa lo adquiero allí; por tanto, mi opinión no va contra su celebración, la Feria constituye un espacio consolidado en el afán de concentrar mercancías y comercializar productos y es poco probable que alguien marche a casa con las manos vacías. Lo que aquí cuestiono es el panorama de un Cienfuegos sucio, luego de una jornada de venta.
Cierto es que Comunales, entidad encargada de la recolección de desechos sólidos tiene un rol importante en la limpieza de la zona, pero ¿y los vendedores agrícolas? ¿las medianas y pequeñas empresas? ¿los intermediarios? Hablo de responsabilidad con el entorno donde vendo, con mi espacio, si cada uno se ocupara de higienizar su área, la imagen de los residuos esparcidos por el viento o por el trasiego de vehículos, personas, incluso animales, sería otra mucho más agradable.
Cajas, nylons, envases de plásticos, desechos de mercancías rematan el retrato de cada esquina, incluso se les ve en zonas distantes de las áreas de venta cual excursionistas que “descubren” la ciudad.
¿Acaso existe alguna disposición donde explicite que deben hacerse cargo de sus basuras? La suciedad no solo afecta la estética del Cienfuegos limpio y ordenado que guardamos en nuestros recuerdos, sino que pone en riesgo además la salud pública de quienes habitamos esta urbe.
Allí, en la esquina, queda todo apilado. En la fachada de una casa, en un contén, en medio de la calle, y sí, son espacios públicos, de todos, donde viven familias, infantes, personas mayores, que muchas veces asumen la limpieza porque defienden el derecho de disfrutar de un entorno saludable.

Camine la ciudad cualquier otro día de la semana, es mi invitación, a veces giramos la cara para no ver la cotidianidad. Un calco de la imagen del sábado la encontrará entonces en arterias tan concurridas como Prado y San Fernando, o Santa Clara e Industrias. Mucho más acá en la calle Gloria, o frente a la tienda Imago, también en 57 y Avenida 5 de Septiembre…
Igualmente convido en mi recorrido a los profesionales del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CEPHEM), a ellos les corresponde igualmente un pedacito de este gran pastel que es la casa de todos; lo mismo a las autoridades del Gobierno y el Partido.
No deseo caer en el romanticismo de que “antes se hacía esto o aquello”, pero recuerdo una época en la que los vecinos solíamos sacar la basura 10 o 15 minutos antes de la recogida de desechos. El trasiego ocurría en horario nocturno y en la mañana nadie veía vestigios de tal recolección.
No desconozco el déficit de combustible, de carros y de personal. Pero a veces ha de generarse un orden y ello se hace imponiendo multas (no de un monto irrisorio que puedan pagar con una jornada de trabajo). El escarmiento debe pesar en sus bolsillos, solo así lograremos organizar mejor la higiene de la ciudad.
Cienfuegos es conocida como la Perla del Sur y a estas alturas reconozco tal denominación, porque la ciudad resplandece gracias al empeño de muchos por preservar las instalaciones emblemáticas y el entorno. Las urgencias por las crisis electroenergéticas o alimentarias no nos puede hacer perder de vista algo tan sensible como la higiene medioambiental de la linda Ciudad del Mar.

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Gran trabajo de la autora. Felicidades a ella y al periodico de Cienfuegos, que ha seguido esta línea durante muchos años.
Bueno eso en la feria; y que decir de os vertederos en todo cienfuegos
que basura se amontona en todas las calles; pues ese abandono es total
pero como nadie exige, se ha hecho muy común tirar la basura en la calle.
Parte de lo que ocurre tiene que ver con la responsabilidad individual, la basura que se genere en nuestro entorno tiene que ver con cada uno de nosotros. Menciono varios de esos lugares donde la basura es un problema y lo es, en parte, por la vecindad, que no exige el cuidado del entorno. No obstante, las multas también son necesarias para encaminar ese orden.
A tiempo se puede rectificar este desorden de los “Sábados de Feria”. Convocar a todos los actores in situ y exigir el orden y limpieza. Se puede con voluntad y educación colectiva.
Muy buena su sugerencias. Gracias por leer y comentar. La autora.
Muy cerca de allí en la intersección de Santa Elena y Gloria existe un hueco de alcantarilla sin tapa el cual al estar tupido existe un inmenso lago que impide la adecuada circulacion tanto de vehículos como de personas. Lo mas penoso es que se encuentra a la entrada de dos escuelas primarias y los estudiantes deben bordear todo este charco para acceder a los centros.
Magnífico trabajo, como acostumbra el 5
Gracias por leer y comentar. La autora
La solución no está en otro. Cada vendedor debe responsabilizarse con su área con carácter de obligatoriedad, ah, hacen falta inspectores en abundancia y multas dolorosas a los infractores
Gracias por su comentario. Faltan multas dolorosas. Cada vendedor debe responsabilizarse con su área y los desechos, solo así tendremos una ciudad limpia. Gracias por leer y comentar. La autora.
Este trabajo periodístico es muy necesario. Gracias
Estas cosas suceden por que como decimos en buen cubano esto no le duele a nadie, si se le exigiera a todos los que concurren a vender que no pueden dejar toda esta basura cuando terminan las ventas o inspectores que los multen, seguro que comunales no tendria tanto trabajo que otros les crean y la ciudad no se encontrara en la situacion de tiradero que es lo que se ha creado.
Suscribo todo lo que escribe en su comentario. Gracias por leer y dejar su parecer. La autora.
Yo tengo la opinión porque lo veo cada sábado en la feria cual es la razón que impide que los mismo vendedores no puedan recoger los desechos, las cajas si es que ellos vienen en transporte casi siempre camiones lo que hay que exigir que eso se cumpla para así seguir teniendo nuestra ciudad limpia no solo alli hacerlo extensivo por todos nuestros barrios.
Me pasa lo mismo, cada sábado voy a la feria y me duele ver cómo no se responsabilizan con su espacio. Faltan más inspectores, más organismos implicados en que se cumpla lo establecido. Gracias por leer y comentar. La autora