Un superalimento llamado amaranto

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Le llamábamos rabo de gato a aquella planta que mi abuela cuidaba con tanto esmero en el jardín de la casa. Muchos años después conocí que se trataba del amaranto o Amaranthus, un género de herbáceas anuales perteneciente a la familia Amaranthaceae. El nombre significa ‘flor que no se marchita’, refiriéndose a las brácteas de la inflorescencia.

Existen varias especies del arbusto, algunas de ellas son cultivadas en el Centro de Sudamérica para aprovechar sus semillas o sus hojas como alimento, y otras variedades se utilizan como ornamentación.

Alimento y más

La variedad de Amatanthus llamada coime fue una vegetación muy importante en los pueblos precolombinos, en especial para los mayas y aztecas. Las semillas de la hierba son similares a las de la quinoa, pero más pequeñas y de alto contenido nutricional. Una de sus características es que no contiene gluten. Además, fue considerada como el mejor alimento de origen vegetal debido a sus importantes propiedades.

En el sitio web cuerpomente.com un artículo publicado sobre este regalo de la naturaleza refiere que dicha planta cuenta con un alto contenido de hierro y proteínas, tiene 8 de los 9 aminoácidos esenciales. Contiene el doble de calcio que la leche y es rica en magnesio. Es fuente de vitaminas A, B, C, B1, B2, B3, D y K, además de los minerales que posee.

Por otro lado el ácido fólico también se hace presente entre sus beneficios. El amaranto es una gran fuente de fibra, por lo que entre las ventajas de consumir esta hierba ayuda a controlar las enfermedades gastrointestinales, regula el tránsito intestinal, cuida la flora intestinal y favorece al sistema inmunitario.

En tanto, el consumo dela hierba constituye un óptimo coayuvante en enfermedades como la osteoporosis, diabetes, obesidad, estreñimiento, insuficiencia renal y la celiaquía. En cuanto al sistema cardiovascular, regula los niveles de colesterol malo en sangre e impide la reabsorción del colesterol que produce la bilis, entre otras utilidades.

Los estudiosos del tema enumeran entre los muchos beneficios del Amaranthus los relacionados al aumento del rendimiento físico y mental; por otro lado, su bajo índice glucémico lo convierte en un buen alimento para el cerebro, comoquiera que los hidratos de carbono complejos, la fibra vegetal y sus proteínas contribuyen, en conjunto, a facilitar un suministro constante de glucosa a las neuronas.

Además, posee compuestos fenólicos, de efecto antioxidante, y betasitosterol, que contribuye a disminuir el colesterol. Estos compuestos también son útiles en casos de hiperplasia benigna de la próstata. Señalan, también, que la combinación de calcio, magnesio y fósforo fortalece el sistema óseo y contribuye a proteger frente a la osteoporosis.

El componente principal de esta semilla son los hidratos de carbono (59%), la gran mayoría de los cuales se encuentran en forma de almidón. Y no vienen acompañados de gluten como ocurre en otros cereales. Como el índice glucémico es bajo también lo pueden tomar los diabéticos.

La planta de amaranto se puede consumir de distintas formas, ya sea  germinado, como harina, tostado o hervido. Es válido para recetas dulces y saladas. Suele incorporarse en sopas, jugos, guisos, ensaladas, salsas, entre otras preparaciones.

Si prefieres utilizar las hojas debes cocinarlas de forma similar a las espinacas. En este caso resulta muy saludables para la visión. Mientras, en granos. por lo general se añade a las sopas, para fabricar pan u otras recetas. Si se cuece, es necesario primero lavar bien esas semillas y luego poner el doble de agua con sal a fuego lento durante unos 8 minutos aproximadamente, para luego añadirlo a legumbres o arroz.

En tanto, si te inclinas por su uso como harina es aconsejable añadirla a panes, bizcochos y galletas, ya sean dulces o salados. Por su lado, en copos sirve  principalmente para agregar en yogures o en la leche para desayunos y meriendas.

Una forma muy práctica de preparar el amaranto es en forma de palomitas. Son fáciles de improvisar, de sabor suave y textura agradable, idóneas para el aperitivo o para incluir en mueslis, ensaladas, sopas o rellenos de verduras.

La receta consiste en poner una cazuela de fondo grueso al fuego sin añadir grasa, y cuando esté caliente –no demasiado– se añaden una o dos cucharadas de semillas, que deben saltar sin chamuscarse. Se tapa y, fuera del fuego, se agita hasta que se abran las palomitas.

Como dato curioso he de agregar que la planta de marras es un pseudocereal muy saludable y uno de los cultivos más antiguos de América y, probablemente, de la humanidad, pues se han hallado vestigios arqueológicos en tumbas de la región andina que se remontan al año 4000 A.C.

Mayas, incas y aztecas dedicaron amplios territorios a su fomento y desarrollo. En sus ceremonias sagradas, los pueblos prehispánicos mezclaban el amaranto con miel y formaban figuras de deidades. Esta práctica despertó el recelo de los primeros conquistadores, que llegaron por ello a prohibir el empleo de esta especie vegetal.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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