“Siempre lucharemos por Palestina, sin importar el precio”

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El 7 de octubre, Hamás lanzó desde la Franja de Gaza una inédita operación militar contra Israel, que tomó totalmente desprevenidos al ejército e inteligencia sionistas. En consecuencia, el gobierno de Benjamín Netanyahu desató una intensa campaña de bombardeos sobre ese territorio palestino, la cual se ha cobrado hasta la fecha la vida de cerca de diez mil personas, más de la mitad de ellas mujeres y niños. Israel, además, reforzó su bloqueo total sobre Gaza, cortándole el acceso a los servicios más básicos, e impidiendo en gran medida la entrada de ayuda humanitaria. 

De todas partes del planeta, millones de seres humanos alzan sus voces para impugnar el genocidio allí cometido. Cuba, desde el primer momento en el que se reavivó el conflicto, denunció el agravamiento de una situación ya de por sí infernal en Gaza. A lo largo del país, cada semana ocurren muestras de solidaridad con Palestina. En Cienfuegos, ya son varios los encuentros desarrollados en tal sentido, algunos de los cuales contaron con la participación de Yousef Abual Rob, único estudiante de esa nación en la provincia, quien cursa el sexto año de la carrera de Medicina en la Universidad de Ciencias Médicas Raúl Dorticós Torrado.

Yousef tiene 24 años, proviene de Cisjordania, y gracias al proyecto de la Escuela Latinoamericana de Medicina, cumple el sueño suyo y de su familia de convertirse en doctor. Él le concedió una entrevista a 5 de Septiembre, para transmitirle al mundo lo que significa crecer en un país oprimido como ningún otro, y dar su valoración sobre los hechos en curso.

Al hablar consigo, uno se da cuenta de su dominio del español, de sus dotes para la oratoria, del conocimiento profundo que posee sobre la historia de Palestina y el conflicto que la tortura. La conversación también descubre a alguien a quien lo carcome la impotencia de no poder hacer nada al ver a sus compatriotas morir día tras día. Su mayor deseo es terminar la carrera y regresar a la tierra que lo vio nacer para, desde su trabajo como galeno, contribuir a la resistencia de su pueblo ante la agresión israelí.

Yousef, descríbenos el proceso emocional por el que has pasado a partir del 7 de octubre.

“Las horas iniciales fueron emocionantes para todos los palestinos. Nosotros tenemos la costumbre de ser siempre los primeros en ser atacados, no ser los atacantes. Por lo tanto, lo ocurrido ese día fue algo nuevo que nadie estaba esperando.

“Luego la emoción pasó a mezclarse con el miedo. Ver que se hizo algo para enfrentar al sionismo y que la resistencia avanzó un poco te motiva. Pero sabes que las represalias de Israel van a ser terribles y desproporcionadas. Hasta ahora, según informes, los bombardeos sufridos por Gaza equivalen a más de un cuarto de bomba nuclear.

“Cuando veo las imágenes y los videos de la destrucción que asola a Palestina en la actualidad, aparte de la impotencia (palabra sobre la que Yousef vuelve una y otra vez) siento mucha tristeza. He llorado demasiado”.

¿Qué sientes al estar lejos de tu familia en momento semejante?

“En una situación así de terrible uno siempre quiere estar con su familia. Estoy preocupado por su seguridad, por lo que le pueda pasar. Cisjordania también atraviesa una situación complicada; no tanto como Gaza, pero sigue siendo muy duro lo vivido ahí. En ninguno de los dos territorios los palestinos tenemos los derechos y la libertad que un ser humano merece. Salir a protestar pacíficamente puede significar tu muerte”.

Como le ocurrió a tu primo Ahmad.

“Exacto. Él salió a participar en unas protestas pacíficas en contra de los bombardeos a Gaza y soldados israelíes lo asesinaron a balazos. Tenía 24 años (Yousef, anteriormente, ya había perdido a su tío, por la falta de atención médica en las cárceles israelíes)”.

¿De qué forma definirías el genocidio que comete Israel contra tu pueblo, con el apoyo total de EE.UU.?

“Nosotros, a lo largo de la historia, hemos sido un pueblo que ha sufrido muchas injusticias; aunque nada como lo que está haciendo Israel ahora: eso no tiene palabras con qué describirlo. Estados Unidos se llena la boca hablando de derechos humanos, de paz. Se consideran la policía del mundo; y a Israel, su dique de contención árabe en Oriente Medio, le dejan hacer cuanto les venga en gana. Los israelitas han infringido todas las leyes internacionales proclamadas, y los norteamericanos lo único que hacen es apoyarlos militar, económica y diplomáticamente”.

¿Cómo valoras la solidaridad de Cuba con Palestina?

“La solidaridad de Cuba para con Palestina siempre ha existido. Y ahora, ante este escenario tan atroz que nos tocó vivir, se evidencia más que nunca. El apoyo a nuestra causa va desde el Presidente hasta los pioneros.

“En mi caso, no puedo estar más agradecido con todo el respaldo recibido por parte de los cubanos. En cada actividad que he estado, y en mi vida normal, lo noto siempre. Siempre he dicho que Cuba es mi segundo país, y esta empatía con Palestina solo lo reafirma”.

La Franja de Gaza es, según organizaciones internacionales, “una cárcel al aire libre”. Antes de los nuevos bombardeos ya la situación era inhumana (tasas de desempleo por encima del 40 %; más del 65 % de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza, más del 63 % en inseguridad alimentaria; solo tres horas de electricidad al día en la mayoría de las casas; escasez de agua; un sistema de salud precario, etc.), luego de estos resulta indescriptible. Como señalaste anteriormente, la vida en Cisjordania, si bien no llega al nivel de sufrimiento de Gaza, sigue constituyendo una experiencia infausta. Explícanos cómo es crecer en esta parte de Palestina, sobre la cual quizás el lector no entendido en el tema desconozca su existencia.

“El pueblo donde nací está al lado de una base aérea de Israel y hace frontera con asentamientos de colonos del país agresor. Recuerdo siempre convivir con el sonido de los aviones de guerra, con los soldados entrando armados en el lugar, metiéndose en las casas. Y a unos pocos kilómetros los colonos. Ellos tienen el derecho a portar armas y cuentan con el respaldo de los militares. Nos pueden hacer lo que quieran, sin temor a las consecuencias.

“En Cisjordania, además, las provincias están divididas por muros de separación y puestos de control. Un viaje de una hora en un lugar normal ahí toma el doble o el triple, debido a que puedes llegar al puesto y encontrarte con que tienen cerrado el paso, lo cual obliga a la persona a dar media vuelta e intentarlo por otro. En estos lugares siempre corres el riesgo de ser detenido, interrogado, o en el peor de los casos, te pueden meter preso o quitarte la vida.

“También carecemos de cosas tan básicas como un banco central, una moneda, puertos o aeropuerto. Ni andar por la calle a la hora que deseas está permitido. Mi pueblo lleva más de un mes y medio con toque de queda a las ocho de la noche. Es venir al mundo en Palestina y comenzar a lidiar con la falta alarmante de los derechos más elementales, con la muerte, la opresión, la violencia…”

¿Habrá algún día paz entre Israel y Palestina?

“Lo dudo mucho. Uno de los ejemplos más sencillos para entender cuanto ocurre entre las dos partes es el siguiente: Yo entro en tu casa, me quedo con ella y te dejo solo a ti la mitad de un cuarto. Tú vas a querer recuperar la casa completa, no solo la otra mitad del cuarto (una de las reliquias más preciadas conservadas por muchas familias palestinas son las llaves de las casas de las que fueron expulsados hace 75 años y a las que nunca pudieron regresar).

“El pueblo no olvida lo que le quitaron; queremos recuperar toda nuestra tierra. Por eso es que desde el 7 de octubre estamos en la calle apoyando la resistencia ante el sionismo.

“Algo que me gustaría aclarar, porque a veces las personas creen que esa es la causa, es que este conflicto no es por un problema de religión. Es un problema provocado a partir del genocidio y la limpieza étnica que el sionismo ejecuta sobre nuestro pueblo. Palestina, históricamente, siempre fue un país en el que coincidieron personas que profesaban distintas religiones: la mayoría eran musulmanes, al ser una nación árabe; pero también existían cristianos y judíos. El enemigo no es la fe judía, sino el sionismo”.

Palestina es un país que cada día que pasa se hace más pequeño. ¿Es tu mayor miedo no tener una patria a la que regresar?

“Siempre tendré una patria a la que regresar. Nosotros nunca vamos a salir de ahí. Y creo que el mundo no puede quedarse callado y permitir el exterminio de casi siete millones de personas. Sé que mis hijos no van a crecer en ningún otro lugar que no sea Palestina, su país”.

Un mensaje para tu pueblo, y otro para el resto del mundo.

“Para mi pueblo, solo decirle que la resistencia es un deber, y más cuando uno lo que está reclamando es el derecho a vivir como un ser humano. Para el mundo, que abra sus ojos y busque las fuentes reales de información. Olviden cualquier prejuicio que puedan albergar y miren cuánto está pasando el pueblo palestino desde hace casi cien años, y todos los días”.

¿La victoria final será de Palestina?

“Con lo cabeza dura que somos, sí. ¿Qué es lo peor que le puede pasar a una persona? ¿La muerte? Aquí en Cuba creen que estoy loco cuando digo que esa es la última preocupación de nosotros. Siempre lucharemos por nuestros derechos, por nuestra vida, por nuestra tierra, sin importar el precio. No existe una sola familia en Palestina a la cual el sionismo no le haya arrebatado algún miembro. Eso nos da fuerzas para seguir resistiendo”.

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