Reeditan senda por el 5 de Septiembre en Cienfuegos
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La tradicional senda de recordación por las once tarjas que perpetúan sitios históricos vinculados al levantamiento popular del 5 de Septiembre de 1957, en Cienfuegos, culminó con un acto frente al obelisco del parque que lleva el nombre de la gesta, en la barriada de Reina de esta ciudad.
En el encuentro, uno de los protagonistas de la acción, el entonces marino de la guardia militar Juan José Murga Cristo, recordó algunos de los pasajes que involucró a compañeros de armas del Distrito Naval del Sur, en apoyo al Movimiento 26 de Julio, máximo responsable del alzamiento, al que a la postre se sumó el pueblo cienfueguero en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista.
“De esta misma barriada, contó Murga, fue el marinero José Prado Díaz (Joseito), quien -jubilado días antes- no dudó en responder a la convocatoria del alférez Dionisio San Román para presentarse en el Distrito e incorporarse al levantamiento. Su participación resultó de gran ayuda, al frente de una ametralladora calibre 50.
“Por derroteros del destino, tuve la suerte de estar ese día de guardia, ajeno a la conspiración que se fraguaba desde tiempo antes. La toma del enclave naval por miembros del 26 de Julio, y las palabras de San Román me hicieron comprender la justeza de la causa, así que mi hermano y yo no vacilamos, y fuimos de los últimos en dejar el Colegio San Lorenzo, postrero reducto del levantamiento”, rememora quien, además, cunplió tres misiones internacionalistas en tierras africanas.
Al decir de Diomisley Llerena Suárez, miembro del Buró Municipal del Partido en Cienfuegos, encuentros como estos, organizados por la Unión de Jóvenes Comunistas, mantienen viva la historia entre las nuevas generaciones. A propósito de la senda por tarjas y monumentos permite reeditar lo ocurrido, en espacios claves de reuniones previas o almacenes de las armas que utilizarían en la gesta.
La dirigente política ejemplificó que sostuvieron un intercambio con alumnos y profesores de la Escuela de Autismo Vilma Espín, el otrora inmueble donde se recibiera la orden del alzamiento, envíada aquí de parte de Julio Camacho Aguilera, principal jefe de la acción. Además, la casona perteneciente a la antigua Asociación de carretoneros, cuyos miembros estaban comprometidos con el alzamiento.
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