Prevención de riesgos desde la Comunicación

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Cada día abundan más los fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, tormentas intensas, inundaciones, y otros que son provocados por el hombre. El riesgo de estos eventos es un tema de creciente preocupación mundial, pues las pérdidas aumentan, lo que genera importantes consecuencias en la vida de la población y en el desarrollo alcanzado por los países. Por esta razón es deber del estado y de los organismos responsabilizados con la prevención de los riesgos, preparar a la comunidad para actuar con eficacia en caso de que estos ocurran.

Cuba es un ejemplo en el enfrentamiento a las diferentes situaciones de desastres, ya sean naturales o los inducidos en ocasiones por el actuar irracional de las personas. En este empeño los colectivos de los medios de comunicación, por ejemplo, realizan coberturas especiales, minuto a minuto, con el objetivo de informar a los pobladores.

Vale destacar la tarea titánica asumida ante la emergencia ocasionada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 causante de la Covid-19 a nivel global. En esa colosal batalla la radio ha sido aliada para que médicos, especialistas y los respectivos ministerios hablen del tema, respondan a las interrogantes de los oyentes y contribuyan de esta manera a generar calma en la población.

Otros pasajes los vimos en las explosiones del Hotel Saratoga en La Habana y los Supertanqueros en Matanzas, escenario donde los periodistas compartieron las noticias en contexto y con sagacidad e inmediatez divulgaron los pormenores de tan lamentables sucesos.

El enfrentamiento a estas realidades exige de una comunidad organizada, por ello resulta significativo un cambio de actitud en el pueblo a la hora de establecer de manera sostenible las nuevas estrategias y el accionar social inspirado en la máxima de mitigar las consecuencias o secuelas generadas por cualquier evento.

Se trata entonces de que los gremios de reporteros investiguen y busquen explicaciones antes de que ocurran los hechos y de esta manera, empoderar a las audiencias para la toma de decisiones certeras. Es menester una educación sobre estos tópicos encaminada a fortalecer la sostenibilidad del proceso y contribuir a la creación de una cultura de seguridad y resiliencia a todos los niveles.

Considero que lo más importante es pensar en un mensaje simple y concreto que pueda adaptarse a distintos canales, formatos y públicos, pero que respete siempre la misma idea y persiga de forma constante el objetivo de generar una cultura de prevención con la que se logre un cambio en el modo de pensar y actuar.

Los temas científicos requieren incesante búsqueda y preparación, así lo reafirma la periodista Diana Rosa Schlachter Piñón, en su observatorio científico: “Acercarse a estos tópicos requiere conciencia, mirada crítica y comprensión de la ciencia y la tecnología como procesos sociales. No es un asunto noble, lindo y suave, sino para retarse. Por lo general son temas polémicos, controvertidos, porque están mediados por factores económicos y políticos. Es preciso entender el universo científico en su complejidad”.

Es por eso que debemos abogar por la preparación de los profesionales de la prensa en los temas científicos para poder intensificar esta cultura en la población. En la medida que los seres humanos adquieran más conocimiento en materia de peligros estarán en condiciones de renovar su conciencia y por lo tanto participar con mejores propuestas.

Hoy en día con el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones las coberturas noticiosas posibilitan que sean los propios protagonistas quienes compartan sus anécdotas y experiencias, y estas logren un mayor alcance en los ámbitos municipal, nacional y extranjero.

Es por ello indispensable tener en cuenta que los internautas demandan informes concisos con un lenguaje claro y sencillo, y más ante fenómenos catastróficos cuando la población se mantiene alerta a la espera de la nota actualizada. Esta manera de hacer resulta primordial, no materializarla es contribuir al status en cuanto a la carencia de políticas que buscan evitar o disminuir la posibilidad de que una amenaza se convierta en devastación.

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Barbara M. Cortellan Conesa

Máster en Ciencias de la Comunicación. Ingeniera Química por la Universidad de Camagüey. Periodista-Editora del diario 5 de Septiembre. Miembro de la Unión de Periodistas de Cuba.

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