Omar y Nenito cultivan sus pedacitos
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En la barriada de Punta Gorda y cerca del mar, vive Omar Monzón Espín, uno de los cienfuegueros vinculados al movimiento “Cultiva tu pedacito”, auspiciado por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), en coordinación con la agricultura urbana y suburbana.
Lo encontré en el “Patio del Guajiro”, como orgullosamente denomina a su espacio cultivado. “Yo nací en el campo, en Cartagena. Mi abuelo y mi papá fueron pequeños agricultores. Aunque hace 45 años que vivo en la ciudad de Cienfuegos, no he dejado de sentir amor por la tierra; donde quiera que he estado he sembrado una mata, porque es una tradición de campesino”.
“Ahora tengo sembrado mangos, guayabas, yerbabuena, tomates, caña, café, nescafé, bija, limón, limón francés, caña santa y caisimón, entre otros. También tengo una cría de gallinas y su correspondiente producción de huevos”.
Omar no se queda para sí todo lo que cosecha. “Comparto mis producciones con los abuelos de la casa, ubicada enfrente; también he contribuido con el comedor de la Empresa de Almacenes Universales. A la par comparto con la familia y con todos los que lo necesiten”, apunta.
Continúa buscando alternativas, a pesar de no disponer de tierra orgánica para mejorar los suelos duros por la cercanía al mar. Esa es una de las cuestiones que hoy no le permiten diversificar cultivos en su área, que no es un gran espacio, pero sí bien aprovechado. “Pudiéramos ponernos de acuerdo con la agricultura urbana y suburbana para darle solución a lo de la tierra orgánica”, dice Omar, y deja patentizada su decisión de continuar.
Nenito, del deporte a la agricultura
En las inmediaciones de la avenida 5 de Septiembre, en el consejo popular La Juanita, Ángel Luis Gil Matos (Nenito), decidió cambiar el panorama en las áreas frente al edificio donde vive.
Fue deportista por mucho tiempo y luego entró en vínculo con la agricultura hasta los días de hoy. “Durante un tiempo ayudé a un amigo a sembrar y cultivar allá por Palmira; pero luego me di cuenta de que también yo tenía la tierra cerca; así que decidí limpiar y picar la tierra, porque todo aquello parecía una selva.
“Poco a poco fue cambiando el panorama, y mantengo sembrado el mayor tiempo posible. Pepino, habichuela, quimbombó, son algunos de los cultivos a los que me dedico”, dice, y se muestra alegre de contribuir con los círculos infantiles de la zona con productos y también semillas para que mantengan sus huertos.
Omar y Nenito son solo dos de los muchos cienfuegueros que han decidido sembrar su pedacitoy hacer de cada área baldía, sitios donde florezcan los cultivos para contribuir a la soberanía alimentaria que tanto necesitamos.
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