Mujeres en Cienfuegos, flores de verde olivo

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Si bien fueron varias las ofertas de carreras una vez conluidos los estudios en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos (EMCC), de esta ciudad de Cienfuegos, Amanda León Morejón estuvo indecisa.

“Había entrado a los ‘Camilitos’ con la idea fija de obtener una carrera en el Instituto Técnico Militar (ITM), pero el escalafón no me dio y hasta pensé desistir de formarme como oficial de las Fuerzas Amadas Revolucionarias (FAR)”, cuenta la hoy la Teniente de navío y Jefa de navegación de una pequeña unidad de la Marina de Guerra Revolucionaria.

Empero, la insistencia de los allegados, sobre todo los consejos de la madre enferma le hizo levantar la frente y reorientar su vocación. “No fueron muchas las opciones de mi preferencia que quedaban, recuerda, pero una tía me embulló o más bien despertó en mi el interés por una carrera naval”.

Tras egresar de la Academia Naval Granma, Amanda fue designada para el Ejército Central, en particular destacada en la Región Militar Cienfuegos. Cuando se presentó en la unidad, muchos la vieron como un bicho raro entre tantos marineros, poco después eran tres las combatientes de similar especialidad allí.

“Es verdad que no abundan las oficiales mujeres en la MGR; sin embargo, las ‘atrevidas’ —como nos llamaban— fuimos ganando un puesto en la tropa, pues a pesar de la retrógrada creencia de que somos el sexo débil por algunas limitaciones físicas, jamás dejamos de cumplir con cualquier misión, por difícil que esta fuera.  Y poco a poco hemos merecido el respecto y la admiración de jefes y subordinados”, comenta con cierto aire de satisfacción y orgullo al mismo tiempo.

“Por supuesto, confiesa la oficial, para nada resulta fácil un cargo de tanta  responsabilidad y un cúmulo importante de deberes funcionales. Y a ello súmale las tareas de la casa, pero de seguro ha oído decir por ahí que las cubanas sabemos multiplicarnos. Cierto, cuento con el apoyo familiar, valoran y aprecian el resultado de la profesión. Ahora bien, consideración aparte, asumo los quehaceres del hogar, incluyendo la atención a mi pequeña de cinco años de edad”.

Claro, como joven al fin, Amanda trata de buscar el espacio para el disfrute personal con su esposo e hija. De vez en cuando aprovechan los fines de semana para la recreación en familia. “Me encanta bailar y hacer vida social con mis amistades en fiestas u otros espacios”, asegura.

De retrotraernos en el tiempo y tener la posibilidad de ingresar en el ITM, ¿cuál sería esta vez tu posición?

“¡No dudaría ni un instante en volver por el mismo camino recorrido hasta aquí! Las ciencias navales me atraparon y de qué forma… sería, sin discusión alguna, marinera de nuevo!, afirma con una suspicaz sonrisa dibujada en el rostro.

Otros fueron los derroteros de Dunia Tartabul González. No obstante, un mismo vaso comunicante acerca a estas dos herederas de Mariana Grajales y Celia Sánchez: su formación como Camilitas. Defensora acérrima y convencida de su condición genética, la cumanayagüense no pierde oportunidad para la defensa a ultranza del género femenino.

Las mujeres cubanas tenemos una voluntad de acero y una energía increíble que nos acompaña. Por otro lado, poseemos la capacidad de crecernos ante las dificultades, ese ha sido mi caso en lo particular, y es que con todo el empeño, amor y sacrificio he podido salir adelante, por encima de las vicisitudes.

“Le digo a mis hijos que hay que leer, estudiar y ser reflexivos antes los avatares de la vida, y al mismo tiempo desarrollar el poder de la crítica y autocrítica y, sobre todo, saber empinarnos ante los problemas. Les reitero que únicamente creciendo y amando somos mejores personas”.

Dunia dice ser heredera de una rica ascendencia pedagógica, de la cual no ha puedo desprenderse aunque quisiera. “Desde niña siempre aposté por la vocación de maestra, acota, y ahí están las raíces. Me gusta enseñar, el olor a tiza y a pizarrón, el espacio único del aula, el calor y las empatías con mis alumnos. Disfruto mucho cuando asisto de una graduación y otra, y otra…. Y disfruto también el después, cuando ya no están en las clases”.

La actual subdirectora docente de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos reitera su  convicción en sentirse muy últil al trasmitir conocimientos, en tanto fomenta habilidades y destrezas e inculca valores en los educandos… en fin, enseñar para ella es parte de su existencia y razón de ser de la misma.

Para Dunia Tartabul la Escuela Militar Camilo Cienfuegos ha estado estrechamente a su vida personal y profesional/Foto: Juan Carlos Dorado.

“He tenido la oportunidad de dirigir claustros y procesos docentes desde mi responsabilidad, y me invade una enorme satisfacción compartir experiencias, y el hecho de que los colegas comprendan cuánto hay de alegrías y tristezas detrás de cada lección impartida, me hace crecer como educador de educadores”, reflexiona.

¿Qué significa para usted la EMCC?

“Primero decir que las Fuerzas Armadas Revolucionarias son sinónimo de disciplina, orden, respeto…, esta institución no solo es el símbolo romántico del verde olivo, si no, además, la fragua donde se forja constantemente la herencia mambisa y rebelde, y que nos ha traído hasta aquí.

“Pienso que, entre otras motivaciones, ese amor por las FAR fue la causante de convertirme un día en Camilita. Esa condición estudiantil posibilitó darle riendas sueltas a mis sueños, a acercarme a  la ciencia, la literatura y el arte en general…estando aquí encontré el amor…

“Esta institución me dio la oportunidad de hacerme profesional y después de varios años de licenciada en Pedagogía, me abrió las puertas para revertir en ella toda la gratitud que llevaba dentro. Hoy, entre otras retribuciones me permite conducir y encaminar a los profesores más jóvenes en esta sacrificada pero hermosa tarea”.

En caso del consejo oportuno y tenderle la mano amiga a tus compañeras…

“Todo el tiempo estoy dispuesta; soy de las que piensan que para las mujeres no hay límite, ni pretexto, ni barrera… todas, y en especial las cubanas, tenemos las reservas suficiente para vencer murallas y avanzar”.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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