Mejora el suelo de tu huerta

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Un suelo fértil es aquel que su consistencia y profundidad permiten un buen desarrollo y fijación de las raíces, contiene los nutrientes que la vegetación necesita y es capaz de absorber y retener el agua, conservándola disponible para que las plantas la utilicen. Cuando ha perdido alguna de esas cualidades, entonces necesita recurrir a acciones adicionales acorde con la desproporción.

Son tres los factores básicos para determinar la fertilidad: físico, químico y biológico; todos igual de importantes para obtener el nivel deseado. Un manejo adecuado de las técnicas para la feracidad de la tierra es uno de los grandes objetivos de cualquier agricultor, pues sus cosechas crecerán adecuadamente y no verá mermado el rendimiento de estas ni las ganancias.

EL CARBÓN VEGETAL, BUEN ALIADO

Por supuesto, resulta bien compleja la combinación de todos los componentes que hacen fértil al suelo; sin embargo, muchas veces tienes a la mano algunos de los recursos que pueden ayudar a lograr dicho propósito de enriquecer varios de los nutrientes básicos que necesitan los terrenos de tu huerta, jardín, parcela o cualquier otro de los predios de cultivo.

El uso del carbón vegetalen nuestro huerto, por ejemplo, nos aporta múltiples beneficios, y uno de los más interesantes consiste en estimular y potenciar la vida en las superficies cultivables. Los microorganismos (bacterias, hongos, nematodos, etc…) son la base de la fertilidad natural y si queremos disfrutar de plantaciones sanas y productivas, nuestra prioridad debe ser tratar de crear el ambiente adecuado para que estos puedan vivir y multiplicarse.

Al aplicar biochar estamos caminando en esa dirección, creando las condiciones ideales en las cuales los microorganismos prosperaran y hacen su trabajo, entre otras causas porque encuentran un hábitat que les proporciona elementos claves para su supervivencia como son el oxígeno y la humedad. Gracias a ese mineral vamos a conseguir un suelo vivo, donde los microrganismos potenciarán el reciclado de los nutrientes y, en consecuencia, nuestras plantas crecerán más, darán mejores frutos y disfrutarán de un sistema inmunológico mejor preparado para defenderse ante plagas y enfermedades.

La aplicación del carbón en canteros, jardineras y macetas mejora la estructura del sustrato o, dicho de otro modo, creamos un suelo esponjoso y mullido en el que las raíces de las plantas se desarrollan mejor. Luego, un terreno bien estructurado hará que sea más fértil y, consecuentemente, la vegetación crecerá más y mejor, porque podrán captar todos los elementos que necesitan para su correcto desarrollo, principalmente nutrientes, agua y oxígeno.

Ahora bien, tanto si hacemos nuestro propio biochar, como si lo compramos, debemos tener en cuenta que antes de aplicarlo es fundamental activarlo o cargarlo con nutrientes. El producto tal y como sale del horno está como una esponja que, si la pusiésemos directamente en el suelo, atraparía los nutrientes que hay alrededor y necesitan nuestras plantas para su alimentación. Para evitar esta situación, que podría afectar negativamente al desarrollo de nuestros cultivos, nos tenemos que asegurar de que el biochar esté bien cargado de nutrientes antes de ponerlo en nuestro huerto.

El consejo más oportuno tiene que ver con la mezcla de tu carbón con compost o humus de lombriz en una proporción de uno a uno . Cuando lo tengas bien combinado, deberás dejarlo reposar un mínimo de catorce días. Durante ese tiempo es importante que voltees bien ese compuesto al menos dos veces y añadas agua para mantener la humedad, sin que exista encharcamiento. Tambiéncon igual propósito te sirve el estiércol o gallinácea, pero en tal caso,conuna correspondencia de cuatro a uno, e igual proceder.

A la hora de plantar los vegetales lo más recomendable es depositar un puñado de la mezcla en el fondo del hoyo en el que va a depositar la semilla, esqueje o postura, comoquiera que, por una parte, vamos a facilitar una reserva extra de agua justo donde más la necesita la planta debajo de la raices, al tiempo de proporcionarle determinada cantidad de nutrientes. Eso sí, resulta importante aplicar un muy buen riego posteriormente.

NO HAY POR QUÉ DESECHAR LAS CÁSCARAS DE HUEVO

Casi todos los residuos de nuestra cocina y huerta tienen una segunda utilidad y uso en nuestro huerto. Parece mentira que donde muchos ven basura nosotros podemos llegar a apreciar un aporte extra de nutrientes o simplemente un acolchado que nos ayudará a dar estructura a nuestro suelo.

La cáscara de huevo es de los residuos de alimentoscon múltiples usos en la tierra. Está compuesta por un 98 por ciento de carbonato de calcio, un nutriente mineral muy importante que interviene en el desarrollo celular de las plantas. Además, algunos vegetales como tomates, pimientos y berenjenas son susceptibles a la pudrición apical, que es causada por la deficiencia de calcio. Por otro lado, contienen en menor medida magnesio, fósforo y potasio.

Aunque no suele ser común la falta de calcio en las plantas, se puede añadir esa parte de la postura de la gallinabien triturada. Estas se irán degradando poco a poco en la tierra y liberando un alto contenido del mineral. Aunque sea un proceso un poco lento, en cultivos como el tomate o la berenjena, nos ayudará a prevenir la podredumbre. También favorece a plantas del jardín, entre ellas los rosales.

Se puede realizar té con la cáscara de huevo para usarlo como fertilizante líquido para nuestros riegos. Para hacerlo, hervir seis de esas envolturas en dos litros de agua, y lo tendremos listo para regar. Una forma muy sencilla de agregar calcio, magnesio, potasio y algo de fósforo a nuestras plantaciones.

Por otro lado, dependiendo de las necesidades de ciertas matas, necesitaremos mejorar los suelos. Para ayudar a controlar su acidez, podemos agregar a la mezcla de nuestros sustratos la cascarilla bien molida. Para ello, vamos a necesitar bastante cantidad, aunque siempre podemos ir agregando de a poco.

Agregar que otro de los usos que pueden tener esos pequeños recipientes, a veces a falta de otros, es para preparar pequeños semilleros que luego plantaremos en su lugar definitivo. En tal opción, debemos quitar la parte superior y realizar un pequeño orificio en el lado inferior para que drene el agua.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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