Los alimentos, tan importantes como los cañones

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Dicen que el buen ejemplo comienza por casa. De un tiempo acá tal máxima forma parte del día a día en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en lo tocante a la producción de alimentos. Ya desde que el General de Ejército Raúl Castro Ruz sentenciara en 2008 que “los frijoles eran tan o más importantes que los cañones” nuestros combatientes de verde olivo han hecho suya esa práctica cotidiana.

Desde entonces el objetivo estuvo bien definido: liberar poco a poco a la economía nacional de un alto porcentaje de productos alimenticios destinados a la tropa a través del autoabastecimiento y con ello contribuir a una mayor disponibilidad de los mismos para la canasta familiar normada y el consumo social.

Las formas de hacer parir a la tierra a partir de la aplicación de la ciencia, la técnica e innovación se han ido perfeccionando a través de diferentes vías. Recientemente un Taller Agroalimentario en la Región Militar (RM) Cienfuegos posibilitó reunir a jefes, oficiales y productores del Ejército Central para intercambiar experiencias sobre el tema.

De acuerdo con el teniente coronel Miguel Ángel Caldas Véliz, jefe de la Sección Política de la RM, justo el alcance del encuentro estuvo encaminado a continuar por el camino de satisfacer la demanda de hortalizas, vegetales, viandas, granos, frutas y cárnicos de las unidades militares, e incluso, precisó, beneficiar a segmentos vulnerables de la población como, en nuestro caso, lo es la atención a un círculo infantil en Caunao y la Casa de niños sin amparo familiar.

El oficial recordó que a nivel del Ejército Central se repiten similares ejemplos del impacto y mencionó de manera especial el suministro de esos alimentos a hospitales militares, donde se atiende, además de combatientes de las FAR, a civiles residentes en los lugares donde están enclavadas esas instituciones asistenciales.

Por su lado, el coronel Gustavo Álvarez Llanes, jefe de la Unidad Militar 2020, consideró entre los principales aportes de la cita el conocimiento científico que se llevan de los métodos y maneras de producir eficientemente con pocos recursos, en función de los rendimientos agrícolas, y mencionó el empleo de la agroecología mediante productos como los microorganismos eficientes, la miel de purga y otros con igual efectividad.

En la finca Punta las Cuevas, Emilio Bermúdez Cuellar apuesta por el empleo de la agroecología con los bioproductos./ Foto: cortesía de la Región Militar Cienfuegos.
En la finca Punta las Cuevas, Emilio Bermúdez Cuellar apuesta por el empleo de la agroecología con los bioproductos./ Foto: Cortesía de la Región Militar Cienfuegos.

“En lo personal, comentó Álvarez Llanes, me impresionó mucho la participación de científicos, académicos y agricultores de aquí que, de manera incondicional, abordaron diferentes temáticas de mucho interés en cuanto a la preparación de los suelos, el uso de productos orgánicos en los cultivos, desde la misma siembra y posteriores atenciones culturales de renglones como la yuca, el boniato, la caña de azúcar y las hortalizas”.

Por decirlo de alguna forma, el principal escenario para ilustrar una muestra de cuánto puede lograrse en ese empeño de producir alimentos lo encontraron los participantes del Taller Agroalimentario en la finca Punta las Cuevas. Aquí su anfitrión, el campesino Emilio Bermúdez Cuellar ofreció una verdadera clase magistral a pie de surco, matizada por la sapiencia acumulada por los años de bregar con la tierra.

“Constituimos una unidad docente de la Universidad de Cienfuegos y como tal desarrollamos varios proyectos de investigaciones vinculados a organismos internacionales, con una excelente sinergia entre ellos. Actualmente estamos inmersos en la línea de bioproductos, específicamente una fitohormona, a través de un proceso de deshidratación osmótica del bambú, a fin de obtener una auxina de muy buenos resultados en los sembradíos”, detalló el experimentado agricultor.

Agregó el también socio de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Dionisio San Román, del municipio de Cienfuegos, que con la ceniza residual de la cocción de alimentos en las cocinas de la Región Militar elaboran una lejía, considerada biofertilizante, herbicida y fungicida al mismo tiempo.

“La lejía de cenizas es un magnífico biofertilizante, pero también con efectos fungicida e insecticida”, precisa Emilio.
“La lejía de cenizas es un magnífico biofertilizante, pero también con efectos fungicida e insecticida”, precisa Emilio./ Foto: Cortesía Región Militar Cienfuegos.

Acerca del intercambio con la participación de representantes de las cinco provincias que integran el Ejército Central Emilio lo califica de un espacio ideal para trasmitir vivencias, conocimientos y mañas en el aprovechamiento de ese recurso natural que es la tierra.

“Estimo mucho, señala, el interés que todos ellos han mostrado y la avidez por pertrecharse y aprovechar nuestra experiencia, tanto teórica como práctica, porque el Taller sobresalió por la profesionalidad de los conferencistas de prestigiosas instituciones científicas, todos ellos de un alto nivel en la materia, de manera particular en torno a la agroecología.

“Luego, el objetivo de los especialistas, profesores universitarios y campesinos consistió en enseñar una agricultura sin químicos, y, además, hacerla de espaldas al barco y de recursos importados. Precisamente eso es lo que pretende el jefe del Ejército y así lo ha indicado: atemperarse a las condiciones biológicas y naturales de cada territorio”.

Por supuesto, la selección de “Punta las Cuevas” como parte esencial del Taller, no solo responde al estrecho vínculo con el mando de la RM Cienfuegos, sino, también, a los magníficos resultados atesorados por años con el universo académico y agrario de Cienfuegos.

Como unidad docente de la Universidad de Cienfuegos, la finca permite elevar el nivel científico a partir de la vinculación de la teoría con la práctica./ Foto: Cortesía de la Región Militar Cienfuegos.
Como unidad docente de la Universidad de Cienfuegos, la finca permite elevar el nivel científico a partir de la vinculación de la teoría con la práctica./ Foto: Cortesía de la Región Militar Cienfuegos.

“Por nuestra aula de capacitación han pasado cientos de personas entre cooperativistas, agricultores y los propios soldados de la RM, casi todos de origen campesino, para conocer de técnicas de agroecología. Esos combatientes jóvenes aprenden del arte militar y también de cultivar con medios biológicos. Son los mismos que una vez desmovilizados del Servicio pueden optar por trabajar la tierra en usufructo”, abundó Bermúdez Cuellar.

La fuerza femenina está presente en esta unidad productora perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Dionisio San Román./ Foto: Cortesía Región Militar Cienfuegos.
La fuerza femenina está presente en esta unidad productora perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Dionisio San Román./ Foto: Cortesía Región Militar Cienfuegos.

 La fuerza femenina está presente en esta unidad productora perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Dionisio San Román./ Foto: Cortesía Región Militar Cienfuegos.El paso por la finca de la “Dionisio San Román” representó para los participantes del Taller Agroalimentario una verdadera escuela de conocimientos y a la vez fuente de motivación e inspiración para nuevos emprendimientos en sus lugares de origen. Por otro lado, pudo reafirmarse, una vez más, la convicción del líder histórico de la Revolución, General de Ejército Raúl Castro, de afianzar la producción de alimentos para la tropa y el pueblo, como otra invaluable trinchera de combate.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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