Leonard en transición a la lucidez
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 14 segundos
Desde el 2019 la Academia de Artes Plásticas de la Escuela de Arte Benny Moré impulsa la visibilización de sus pupilos y pedagogos; toda vez que se abandonan los muros grises de la institución para desbordar las galerías más notorias de la ciudad de Cienfuegos. En los últimos siete años se gestaron 39 exposiciones colectivas y 13 personales (descontando los insertos en casi todos los salones convocados por el Consejo Provincial de las Artes Plásticas), en muchas de las cuales se concertó la presencia de los discípulos con sus educadores. Entre los más entusiastas del gremio estudiantil, figura el joven Leonard, uno de los ganadores del Premio Académica 2024 y entre los muchos que participarán en la XV Bienal de La Habana, con subsede en esta urbe, en esta ocasión como parte del performance In (comunicándonos).

A todas luces, Leonard Santana Rumbaut (Cienfuegos, 26 de julio de 2005) es una inspiración para sus colegas de la Academia de Artes Plásticas de Cienfuegos; no solo por su calidez y humanismo, sino también por su tenacidad y sed de crecimiento. Tiene bien claro cuáles son sus extenuaciones y brega por enmendar las grisuras. Con este designio, asume la estrategia de aventurarse en toda plaza que le permita socializar sus creaciones (iniciáticas, pues aún se encuentra en proceso de formación y tesis de grado) y retroalimentarse con los públicos más inquietos. Transiciones, su primera muestra personal y oficial, a suceder en la Delegación Provincial de Cienfuegos, trasluce ese periplo de mutaciones, cambios hacia un estilo que está condicionado por los afectos hacia el abstractivismo.

Leonard ha esquivado el tratamiento de la pintura figurativa, la representación concreta del universo visible, en pos de un arte elevado a través de formas, colores, gestos, texturas y líneas. Sigue un poco el decurso de su institutor, Raúl Cué Echemendía. Ha tomado la abstracción como fleje expresivo de sus más latentes preocupaciones estéticas, si bien su paleta es mucho más poliédrica en el colorido o tonalidad y posee menos complejidad en relación a las estructuras. En este rutero, las indagaciones cromáticas resultan emancipadas y la ordenación de los componentes expresivos jerarquiza las manchas yuxtapuestas y la ascendente geometría.

En la pluralidad de la muestra se aprecia una oscilación entre el abstractivismo lírico (colmado por la emoción pictórica del artista) y de modalidad geométrica (domeñada por representaciones geométricas simples y composiciones subjetivas sobre espacios imaginarios). En pocos casos, aúna zonas abstractas con entibos conceptualistas, especialmente por el uso de suplementos verbales y referentes visuales. Empero, en sus fábulas prevalecen el gesto, la capacidad de intuición y libertad del color (aun cuando algunas figuras sean precisadas a través de líneas gruesas), no los conexos ni la narratividad.
El joven artista, que en 2019 participara en la XIII Bienal de La Habana, a través de la intervención Señales, se esfuerza para lograr una mayor experticia compositiva, el pulimiento de las gradaciones cromáticas y los planos narrativos; va camino a conseguirlo. Sus destrezas en el manejo de los efectos lumínicos y las mixturas de colores, el rico imaginario abstractivista y la sugestiva ambigüedad de sus intitulados (unas veces deícticos, otros poetizados) nos permiten avistar a un futuro hacedor con estilo privativo y potencialidades para seducirnos a través de la tendencia abstraccionista.

Visitas: 24