La zarzuela en Cuba (Final)

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La zarzuela María La O conmocionó al público habanero. Debido a su éxito, los herederos de Cirilo Villaverde se arrepintieron de no haber autorizado a Lecuona y Sánchez Galarraga para llevar Cecilia Valdés al género chico.

Al reconsiderar su decisión, los Villaverde apostaron por Gonzalo Roig, otro grande del pentagrama lírico cubano, quien ya erareconocido como gran compositor. En 1917 había escrito la canción Quiéreme mucho con letra de Ramón Gollury y Agustín Rodríguez,que era parte del sainete El servicio militar obligatorio.

Agustín Rodríguez —apuntador y escritor teatral— y el acaudalado comerciante Manuel Suárez olfatearon el gran momento y alquilaron el Teatro Martí. Finalmente entregaron la batuta a Roig para que en el plano musical aprovechase al máximo el conflicto amoroso que subyacía en la novela Cecilia Valdés o La loma del Ángel, algo logrado a partir del libreto del propio Agustín Rodríguez y del español José Sánchez Arcilla. De esa forma vio la luz la zarzuela cubana más pasional, fatalista y melodramática, centrada en elementos culturales cercanosa los espectadores, como el mestizaje y la influencia de la afrocubanía criolla.

Cuando sus hacedores concluyeron los toques finales, la zarzuela Cecilia Valdés se estrenó el 26 de marzo de 1932 en el teatro Martí para convertirse de inmediato en un clásico del género. No demoraron las adaptaciones, así como los reconocimientos para sus tres autores, incluida la Medalla de Oro de la Ciudad de La Habana.

Roig incorporó adaptaciones posteriores a la presentación de1958, y en diciembre de 1961 dio a conocer una versión definitiva que la acercaba mucho más al argumento de la novela. Esa última es la que forma parte del repertorio del Teatro Lírico Nacional de Cuba, creado en 1962. Una tercera obraigualmente notablees Amalia Batista, debida al compositor sagüero Rodrigo Prats. A él le correspondió la gloria deculminar la trilogía de zarzuelas cubanas del siglo XX, y lo hizo con una visión más consecuente de los aspectos dramático y musical dentro del teatro costumbrista cubano.

A Prats se deben canciones líricas antológicas como Una rosa de Francia y Miedo al desengaño. Antes de su zarzuela Amalia Batista, Prats había escrito otras, entre ellas La Perla del Caribe, María Belén Chacón, La Habana que vuelve, Guamá y Soledad.

Amalia Batistaes un sainete lírico en dos actos estrenado en el teatro Martí el 21 de agosto de 1936. Su libreto lo escribió Agustín Rodríguez—el mismoautor del libreto de Cecilia Valdés— ,y se considera la zarzuela más completa de Rodrigo Prats.

Amalia Batista es una mujer hermosa codiciada por muchos habaneros de buena posición. El argumento se basa en la vieja y común historia de la mulata criolla mantenida por hombres blancos ricos que se disputan sus favores, y que son despreciados por ellas tan pronto saciaban sus deseos o aparecía en su vida otro que despertara su pasión. Amalia, ya cansada de fingir caricias, percibe la llegada del amor y cuando su amante la abandona por una prometida de la alta sociedad, sufre en carne propia las angustias que ella misma había provocado en otros.

María La O, Cecilia Valdés y Amalia Batista, las tres grandes zarzuelas cubanas del siglo XX, poseen elementos en común desde los puntos de vista dramatúrgico y musical, además de reflejar la discriminación racial y las marginaciones imperantes hasta entonces. Revelan exuberancia, sensualidad y la pasión del trópico en amores ocultos de mestizas con hombres blancos para exponer conflictosrepletos de ilusiones, esperanzas, pasiones, desdichas y venganzas. En distintos momentos de estas obras, tanto el texto como la música destacan aspectos de la belleza sensual propia de la mujer cubana, de la naturaleza y el paisaje, para ofrecer una estampa cubana y costumbrista en toda su magnitud.

Casi un siglo después, la zarzuela en Cuba diouna nueva señal de vida; esta vez desde el mismo teatro, cuando la obra Santa Camila de La Habana Vieja (1962), de José Ramón Brene, fue llevada al género chico y se presentó el pasado 25 de febrero en el teatro Nacional. La música pertenece a la compositora y pianista Eralys Fernández; el libreto es de la dramaturga Isabela Pérez de Morales Monné y la dirección musical corrió a cargo del maestro Miguel Patterson, mientras la dirección artística está a cargo del productor radial Helson Hernández.

Obra imprescindible del teatro cubano, Santa Camila de La Habana Vieja expone los conflictos humanos en una Cuba posterior al triunfo revolucionario de 1959, cuando sus personajes se adecuan a una realidad nueva y tratan de transformarse, mientras otros se resisten; desde esas contradicciones aparecen los antagonismos. Es una obra en que el amor evidencia condicionamientos sociales, y donde coexisten una mentalidad nueva y otra que pertenece al pasado. Es la vida de la gente de a pie en su solar y en su barrio, asumiendo la realidad desde la ficción del autor.

Desde la perspectiva de la zarzuela, essigno optimista sobre el posible renacer del género a partir de obras del teatro y la literatura cubanos. En nuestro teatro lírico (escritores, directores, compositores, actores y actrices y otros) abunda el suficiente potencial para que la zarzuela cubana se renueve y perdure. Esperemos que así sea.

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