La responsabilidad de preservar, desde la Ciencia, nuestro patrimonio natural

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Mucho antes de matricular en la Universidad Central Marta Abreu, de las Villas, Amanda Lucía Vitlloch Ramos había decidido su camino. Y cuando la nueva bióloga, máster en Biología de la Conservación, llegó al Jardín Botánico de Cienfuegos (JBC), la habitaba ya esa enorme responsabilidad hacia la preservación de un patrimonio que heredamos y habremos de legar al futuro.

“La investigación con la que me gradué y fue reconocida este año se titula Estructura poblacional y biología de la polinización de Agave Grisea: implicaciones para su conservación”, explica.

Agave Grisea, endémica estricta local de la zona del Castillo-Perché-Caletón de Bruno. /Foto: globetrotters.ch

Endémica estricta local de Cienfuegos, es esta planta. Significa que, de todos los sitios del Planeta, solo en la zona de Castillo-Perché-Caletón de Bruno puede ser encontrada la única población de esta especie amenazada y en peligro crítico de extinción.

Especialistas de la flora en la Isla han establecido proyectos y programas que tributan a un gran compendio titulado Lista Roja de la Flora de Cuba. En el texto se citan, por prioridades, las especies según las categorías de amenazas, desde las que se encuentran en peligro de extinción, hasta las casi amenazadas en sus hábitats naturales.

La joven investigadora, Premio Provincial a la Investigación Científica en 2022, confiesa que “a partir de esa Lista Roja… comenzamos a desarrollar un proyecto en el Jardín, donde nos ocupamos de la categorización y evaluación in situ de especies endémicas amenazadas del municipio de Cienfuegos, o al menos, de la región centro sur del país. Particularizamos en las más amenazadas, aquellas que tienen riesgo de extinción extremo en estado de vida silvestre y así llegamos a esta especie”.

La única aproximación a la Agave Grisea data de 1913, cuando fue descrita por primera vez su existencia en el Archipiélago. “La investigación permitió conocer que la población tiene un tamaño muy reducido”, precisa la experta, “teniendo en cuenta a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICM), las especies en peligro de extinción tienen áreas de ocupación y extensiones de presencia y distribución menores a los diez kilómetros cuadrados. Esta no llega siquiera al kilómetro cuadrado.

Por el impacto de su investigación, Amanda Lucía Vitlloch Ramos mereció el Premio Provincial a la Investigación Científica en 2022. /Foto: del autor

“Pudimos conocer que está formada por poco más de 2 mil individuos y de estos, solo 18 son reproductores. La supervivencia de una población con tan reducido número de adultos resulta crítica. Eso es casi una extinción segura a corto plazo”.

El estudio también arrojó que la Agave Grisea tiene un único evento de floración a lo largo de su vida. “Estos individuos acumulan reservas de energía durante diez años, para florecer en el onceno. Entonces, el aprovechamiento máximo de este único evento de floración es crucial para su continuidad en el tiempo, mantenerse y preservarse. Por eso profundizamos en el estudio de la biología floral”.

Lamentablemente, la joven investigadora determinó que a pesar del amplio número de polinizadores que frecuentan la especie, solo las abejas tienen éxito. “Los únicos polinizadores que tuvieron éxito fueron las abejas, y en este lugar las abejas están muy menguadas, quizás porque no hay plantas con floración constante, ya que estamos hablando de un ecosistema costero frágil espinoso. No hay tampoco abundantes murciélagos, y las especies del género Agave son polinizadas por murciélagos. Pudimos documentar ratas comiendo las flores. Es algo que se ve por primera vez en este género de planta y que tiene un impacto negativo, porque la rata de monte es una especie exótica invasora y pudimos comprobar que está afectando los botones florales”, alerta la bióloga cienfueguera.

El estudio no solamente pone a los expertos en mejores condiciones para desarrollar estrategias de conservación y manejo que alarguen la permanencia de la Agave Grisea en su entorno natural; su metodología se aplica a “otras especies en situaciones muy similares”.

Vitlloch Ramos destaca que de esta manera “hemos podido relocalizar especies que se encontraron en un momento y luego se perdieron; determinamos características poblacionales muy específicas de algunas y esto a su vez, ha posibilitado diagnosticar qué está amenazando los entornos naturales; si se trata de actividades antropogénicas o si realmente tienen ellas limitaciones biológicas propias. Es muy importante porque podemos tributar a la categorización de todas las especies de las cuales somos responsables”.

Y cuenta Amanda Lucía que su pasión por esta ciencia se remonta a la etapa del preuniversitario. “Tenía una profesora que me enamoró de la Biología”. Y aunque en la Universidad prefería el trabajo de laboratorio, una vez que se enfrentó al trabajo de campo, a la ecología, “eso me apasionó definitivamente”.

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Un Comentario en “La responsabilidad de preservar, desde la Ciencia, nuestro patrimonio natural

  • el 26 mayo, 2022 a las 11:11 am
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    Orgullo para los cienfuegueros, y para el periódico CINCO de septiembre, Amanda realza por sus propios méritos de joven científica, pero en la Redacción de este periódico estuvo hace muchos años, su abuelo Román Vitlloch, periodista y crítico de cine, de modo que Amanduchi también es de los nuestros, enhorabuena, quién dijo que todo está perdido?

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