José Martí: anales de un periodismo militante
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Alrededor de 1869 soplaban en la isla de Cuba, aires con olores abrasadores. Estaba aún latente el fuego de la incendiada Bayamo y vivo el temor a posteriores contiendas, fueron esos los factores incidentes en renovadoras medidas políticas, como la libertad de imprenta y surgieron ediciones como El diablo cojuelo.
La publicación era editada por Fermín Valdés Domínguez y José Martí, entonces con sólo quince años de edad.
El 19 de enero de 1869 Martí escribió en sus páginas: “ (…) Esa dichosa libertad de imprenta, que por lo esperada y negada y ahora concedida, llueve sobre mojado, permite que hable usted por los codos de cuanto se le antoje, menos de lo que pica; pero también permite que vaya usted al Juzgado o a la Fiscalía, y de la Fiscalía al Juzgado, lo zambullan a usted en el Morro, por lo que dijo o quiso decir (…)”.
En esos tiempos turbulentos el joven José Martí supo aquilatar el alma de la nación cubana y luchó por su reflejo en las letras. Fijó la mirada en figuras como Juan Gualberto Gómez, quien fundó los periódicos La Fraternidad, en 1879, y La Igualdad, en 1884, además, se incorporó a las redacciones de varias publicaciones de La Habana, entre ellas La Discusión, fundada en 1889.
Con esa energía de organizador, nuestro Héroe Nacional gestó desde sus anales un periodismo militante y comprometido con la libertad de Cuba.
José Martí es el periodista más sobresaliente de todo este período y fundó el periódico Patria el 14 de marzo de 1892, que es la obra periodística cubana de mayor relieve y alcance del siglo XIX.
De los 26 tomos de que constan las obras completas del Apóstol, la absoluta mayoría está compuesta por sus trabajos publicados en la prensa. Comenzó escribiendo para El Diablo Cojuelo y Patria Libre, luego seguiría colaborando en órganos de España, México, Estados Unidos, Venezuela, Honduras, Colombia, Uruguay y Argentina, entre otros países, hasta llegar a su obra cumbre, el periódico Patria.
Editado en Nueva York durante su destierro, era Patria el espíritu de Martí pintado de cuerpo entero, su prosa, su oficio y sus propósitos liberadores. En sus números está condensado el pensamiento del Maestro en los últimos tres años de su vida.
Al ocurrir la guerra civil en México se pronuncia contra el poder de Porfirio Díaz.
Va para Guatemala, ya en 1878 colabora con la Revista guatemalteca, se va del país y lleva trabajos inéditos.
El día de entrada de Martí en la contienda cubana, llega su muerte y sobre la tabla de pino, que servía de mesa, en la redacción de Patria, quedó inconclusa su última carta a Manuel Mercado.
De El cubano libre a Patria, transitó el periodismo cubano por una etapa de consolidación de ideales y el Héroe Nacional fue la brújula en esos afanes.
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