Inician labores recuperativas en barriadas granmenses
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Apenas aclaró, el bayamés Humberto Quezada tomó machete y azada y podó árboles, desobstruyó cañadas y colocó techos. Como él, pobladores de esa provincia oriental, azotada por el huracán Melissa, higienizan, limpian, extraen escombros y organizan casas y entidades, tareas que se interrumpen cuando retorna el deterioro de las condiciones climáticas.
De acuerdo con expertos, ese será el panorama hoy en el Oriente cubano: calma y retorno de ráfagas de vientos y precipitaciones a intervalos.
Por su parte, en la Sierra Maestra el campesino Daniel Ricardo se alegró de que el «vendaval se perdiera» y sacó sus animales a pastar, pero escogió las áreas no inundadas entre las muchas que rodean a su asentamiento.
Aún no ha cesado el peligro, insisten las autoridades granmenses, porque cuando no haya riesgos visibles, brigadas especializadas lo repararán todo. A más disciplina y responsabilidad, debemos llamar todos.

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