Entre un paréntesis de agua vive el poeta guajiro Raúl Jiménez

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Llegué a la vida me dijo, no por San Antonio de los Baños como Silvio Rodríguez, sino por Rodas, la tierra de Gerónimo Suárez, El Damujino; de Guillermo Portavales, el creador de la Guajira de Salón; del compositor Rey Díaz Calvet; de Cipriano García Aday, Ciprianito; cuando él ya había escrito su controversia, muy famosa por cierto, con la muerto de Fabiola, su hija, poetisa también, la tierra de Dignora Sánchez, otra mujer increíble en el arte de las letras. Ahora hay voces nuevas como Polito Ibáñez, Maribel Monzón, Arián López, en fin, que esta es una tierra fértil, bueno fíjate que parió a un hombre especial como José Ramón Calatayud y otros que tú debes saber. ¿El Damují qué es para usted? Entonces suelta al aire las diez palomas de una ´decima: Damují por tus orillas / me distraigo algunos ratos / mirando nadar los patos / junto a frágiles barquillas. / Las silvestres florecillas / que crecen cerca de ti / las que me inspiran a mi / al contemplar sus destellos / y extasiarme ante los bellos / paisajes del Damují.

Conversar con Raúl Jiménez Alonso es como beber de un surtidor de conocimientos y adentrarse en la sensibilidad de este hombre humilde. La guayabera blanca que lleva puesta y el sombrero le dan la pose de un patriarca guajiro en el umbral de un guateque. Entonces, desgrana como mazorcas poéticas, décimas y recuerda un pie forzado que hace varios años contestó en un Festival Provincial de tradiciones campesinas celebrado en el antiguo central Primero de Mayo… “De una caña cristalina”: El sombrero parece que levita para que la décima salga como fue improvisada hace años, con la dulzura misma de la caña: De esa caña en realidad / no hay en los cañaverales / y ahora muelen los centrales / cañas de otra variedad. / Hoy busco en mi ancianidad / a mi niñez campesina / y en mi mente predomina / aquel tiempo que se fue / y el guarapo que tomé / de una caña cristalina.

Nacido el 5 de agosto de 1935, próximo a cumplir sus 88 años, este hombre de honda raigambre popular, reafirma poéticamente su condición de guajiro en el mejor idioma de los campos cubanos: la décima. Guajiro yo, que nací / en el campo tierra adentro / y de ese campo en el centro / quedan recuerdos de mi. / Trechos que por él corrí / bordeando cañaverales / y en las tardes otoñales / allá en las faldas del monte / oí trinar el sinsonte / en las viejas palmas reales. // La décima me fascina / la llevo en el corazón / y aún tengo la convicción / de mi vida campesina. / En mi mente predomina / y puedo decirlo así / como se lo afirmo aquí y con firmeza juré / que jamás olvidaré la tierra donde nací. 

Controversias, diálogos, disertaciones, serenatas, festivales y talleres literarios firman parte de la memoria afectiva de este hombre, que, con los bolsillos de su guayabera llenos de décimas, nos reafirman que nuestra Estrofa Nacional sigue ahí, burlándose del tiempo, mientras él la mantiene en alto, como una bandera de identidad, donde el Jabacoa y el Damují la protegen entre paréntesis de agua.

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Alberto Vega Falcón

Poeta, narrador, periodista y humorista cubano. Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2020.

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