El recurso más valioso para generar energía

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Hace menos de un mes, la Unidad No. 3 de la Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes salió del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) producto de una afectación en el condensador. Reportó la salida de servicio un día a las ocho de la mañana; poco más de 24 horas después volvía a estar reconectada.

“Aunque nuestros bloques no son de los que más salen del Sistema”, explica el ingeniero Yeranis Zurita García, director de la industria, “hemos tenido esos problemas debido a que no intervenimos en tiempo con los mantenimientos planificados y alargar los períodos de operación provoca fallos y defectos”.

Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, la más estable y eficiente de Cuba. /Foto: Del autor

De hecho, la Unidad No. 3 continúa limitada. Una avería en la cámara térmica frontal de la caldera trae consigo un significativo escape de gases del interior del horno, cuando la generación tiende a subir por encima de 145 MW.  En tales condiciones “se afecta la salud de los trabajadores y no se puede trabajar”, destaca Zurita García.

La solución del problema demanda “una salida con enfriamiento”, sin conexión con el SEN, de más de cinco días.

Para la Unidad No. 4, el límite está en los 110 MW por problemas de vacío y ensuciamiento en la caldera. Se necesitan doce días, fuera del Sistema, para limpiarla completamente y restituir la carga a alrededor de 145 MW, asegura el director de Mantenimiento de la entidad, Yunior Alfredo Estrada Zambrano.

De acuerdo con los especialistas, es preciso un cambio tecnológico para completar el trabajo. Y aunque estaba programado para marzo de 2022, las contingencias que han afrontado otras unidades del SEN obligaron a posponerlo hasta los meses de septiembre, octubre y noviembre.

“Se trata de una intervención general a la caldera, durante aproximadamente 90 días, para sustituir los sobrecalentadores secundarios y el recalentador, que en este momento están desalineados. Esto causa el incremento de la presión en el horno, que tiene un valor límite durante la operación y es por eso que no puede alcanzar más de 145 MW”, aclara Estrada Zambrano.

Sin embargo, en un contexto nacional donde cada vez se dificulta más cumplir con el cronograma de mantenimientos de las unidades generadoras de electricidad, lo que se revierte en averías y en las cada vez más frecuentes salidas de emergencia, la “Carlos Manuel de Céspedes” sigue considerada como la más estable y la más eficiente de Cuba.

Y es que la disciplina tecnológica encuentra aquí un sitio preponderante en el actuar cotidiano de obreros y directivos. “Hay veces que tenemos una salida de emergencia del sistema, pero en la propia salida aprovechamos y ejecutamos otras reparaciones y acciones para que, cuando entremos, la unidad lo haga en una mejor condición técnica”, afirma el director general de la Termoeléctrica.

“El fin de semana antes pasado intervinimos el filtro de la sección A del condensador de agua de mar”, complementa el director de Mantenimiento, “y aprovechamos para ejecutar varias tareas: se limpiaron enfriadores, las dos secciones del condensador, se intervino el filtro. También acometimos un trabajo en la pared lateral derecha de la caldera y como resultado se aumentó la generación de electricidad. La máquina alcanzó 145 MW”.

La presión del bloqueo

Pero mantener los indicadores de generación se torna aún más complejo porque depende en gran medida de proveedores internacionales de la tecnología Hitachi, constantemente presionados por el bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos impone a la Isla.

“Encontramos piezas y componentes que ellos suministran para los sistemas auxiliares a los cuales hay que acceder a través de terceros o “cuartos” intermediarios porque tienen más del diez por ciento de componentes de productos estadounidenses y no están disponibles para Cuba. No todos los oferentes se arriesgan a la comercialización con la Isla y quienes lo hacen incrementan el precio. Los que necesitamos hoy no están en oferta para nuestro país. Esta tecnología data de los años ´70 y es fabricada solo por General Electric e Hitachi”, afirma el ingeniero Zurita García.

La situación se ha agudizado a partir del recrudecimiento de la política estadounidense durante el mandato de Donald Trump. En los últimos tres años no se han recibido repuestos de importación; se ha operado sin recambios de piezas.

A esto se suman las consecuencias negativas para el equipamiento que resultan de “quemar” crudo como combustible. El valor calórico del crudo es inferior al del fuel, por lo que se precisa mayor volumen del primero. Esto, a su vez, acarrea mayor ensuciamiento y, a la larga, más corrosión de las estructuras interiores de la caldera y de los conductos de gases, producida por superiores concentraciones de ácido sulfúrico.

Como parte del colectivo laboral y además líder del movimiento sindical en la industria cienfueguera Carlos Rafael Quintero Cabera asevera que “pese a cualquier dificultad, estamos prestos para resolver los problemas que podamos. El bloqueo existe, las limitaciones están, pero lo que no podemos es limitarnos en el pensamiento y los deseos de querer resolver los problemas cuando la solución está en nuestras manos”.

El bastión de los innovadores

Corrobora sus palabras la constante actividad innovadora por parte de los integrantes de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores y las Brigadas Técnicas Juveniles, como respuesta a las carencias y vacíos que provoca el bloqueo. Miembros de una y otra organización se enfocan en la búsqueda de alternativas a partir del banco de problemas identificado por la dirección de la empresa.

“A nosotros nos distingue el sacrificio y el sentido de pertenencia. Tenemos una hora de entrada, pero no de salida porque si hay que enfrentar una avería y regresar más tarde a la casa, lo hacemos. Quienes llevan más tiempo en la planta nos han transmitido eso a los jóvenes, el deseo de permanecer y la convicción de que en la solución de los problemas está el beneficio colectivo”, enfatiza Quintero Cabrera.

Foto: Cortesía de la Termoeléctrica

En la “Carlos Manuel de Céspedes” se trabaja en cuatro turnos de operaciones. Doce horas permanecen normalmente los trabajadores en sus puestos. “En los momentos más difíciles han tenido que doblar turnos y lo han hecho a conciencia de lo que significa la generación eléctrica para el pueblo y para la economía”, dice.

Precisamente, la estabilidad y el compromiso de la fuerza laboral posibilitan que, “a pesar de los pesares”, la planta cienfueguera opere con una disponibilidad técnica por encima del 85 por cento, la más alta del país, 30 por ciento por encima de la media en la Isla.

Haber obtenido la condición de Vanguardia Nacional en 42 ocasiones, durante 44 años de funcionamiento, avala la afirmación de hombres y mujeres que constituyen aquí el recurso más valioso.

“Entre nosotros existe un gran proyecto: preparar a los jóvenes que entran, compartir con ellos nuestros conocimientos y valores para que sean mucho mejores que nosotros”, comenta Oria Jiménez Silva, especialista de Diagnóstico y una de las líderes de la “vital” presencia femenina. Y es esa garantía de continuidad, la que le permite hablar tranquilamente del momento de la jubilación que se aproxima.

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