De Cienfuegos, una bancaria por vocación
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 2 segundos
Ella sostiene que por la disciplina, fidelidad y consagración, el bancario es un militar vestido de civil. Tales preceptos han acompañado a Cecilia Nancy Alomá Tarrío a lo largo de cuatro décadas, desde que comenzó en 1976 como simple empleada en el pueblo de Abreus hasta asumir la dirección provincial del Banco de Crédito y Comercio (Bandec), trece años atrás.
¿Por qué tanto apego a lo que hace?
“Hablamos de un trabajo apasionante, digo yo; pero a la vez riguroso, exacto, exigente con uno mismo y disciplinado. Al menos en teoría nuestra ocupación no admite errores. Se requiere de total confiabilidad, pues debe seguirse el secreto bancario al pie de la letra.
“Y si de complejidad hablamos, es imprescindible referirse a la exactitud de contabilidad con un cuadre diario, el área crediticia y el departamento de auditoría responsable de las nueve sucursales existentes, una en cada municipio y dos en la cabecera provincial.
“En lo personal me atrae mucho la disciplina y la ética observadas en nuestro trabajo. De ahí la cuidadosa selección del personal, hombres y mujeres que reúnan esos requisitos y posean los valores afines con la labor desempeñada en el día a día”.
¿Qué diferencia a Bandec del resto de las entidades bancarias?
“Prestamos todo tipo de servicio de banca comercial, créditos a empresas estatales, UBPC, a personas jurídicas y naturales, incluyendo cuentas de ahorro y depósitos. En los últimos años la novedad está en la incorporación del sector no estatal, los conocidos como trabajadores por cuenta propia. A este segmento le facilitamos créditos y aperturas de cuentas corrientes. Asimismo, los subsidiados tienen que acudir a nuestras oficinas a tramitar sus cheques. Otras facilidades están asociadas a la compra y venta de viviendas.
“En fin, a tono con el modelo económico y la aplicación de los Lineamientos del Partido, desempeñamos un rol preponderante, a tenor de la prestación de créditos y el control de la gestión financiera para la empresa socialista, pero también para el resto de las modalidades del sector estatal y no estatal”.
Además de la alta responsabilidad existen múltiples obligaciones domésticas y sociales, ¿cómo conjugar el tiempo?
“Por supuesto, requiere de mucho apoyo familiar, sobre todo de mi esposo, que resulta un pilar fundamental e incondicional a la hora de compartir cualquier tarea dentro y fuera del hogar. Similar respaldo recibo de mis compañeros de trabajo.
“Muchas veces llegamos a deshora a la casa, ya por una reunión, ya por un balance u otras urgencias propias de la labor. Por otro lado, las funciones inherentes al cargo obligan a estar alejados del hogar, fuera de la provincia, en ocasiones por días. Sin la cabal compresión de los míos, sería prácticamente imposible cumplir con todas esas tareas”.
¿Qué sentimientos experimentó al recibir el diploma de reconocimiento por cuatro décadas como bancaria?
“Sentí el orgullo de haber entregado la mayor parte de mi vida a esta difícil, pero hermosa profesión. Pensé también en la manera de arribar al final de mi trayectoria laboral, llegado el momento, con la misma entrega y devoción experimentadas por 40 años de labor.
“También en ese acto hice un breve recuento de mi existencia. Recordé mi procedencia campesina y vino a mi memoria aquel humilde bohío donde pasé los primeros años de la infancia en la finca Charco Largo, a unos kilómetros de San Fernando de Camarones. Entonces, no pude sustraerme del agradecimiento a Fidel y a la Revolución por lo que hoy soy”.
Visitas: 139