Cuidemos también el entorno en Modo Verano
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Las merecidas vacaciones, luego de un largo período lectivo, convidan a las familias a disfrutar de las actividades culturales y deportivas planificadas en parques, playas, comunidades e instituciones.
Grandes y chicos tienen a su alcance numerosas propuestas para el esparcimiento, desde: talleres de danza, música, teatro; recorridos de ciudad o hacia zonas rurales, juegos activos y pasivos, entre otros.
Sin embargo, el pleno disfrute no depende solo de esas opciones recreativas, sino que requiere además, de la protección del medio ambiente. Al activar el “Modo Verano” debemos velar, asimismo, por el cuidado del entorno.
Por mencionar un ejemplo, ¿cuántas veces hemos visto a algunas personas inescrupulosas arrojar papeles en las calles, incluso teniendo cerca un recipiente para ese fin, como los cestos colocados hace apenas unos meses en el Paseo del Prado?
Si bien es cierto que existe una responsabilidad institucional, específicamente de la Empresa de Comunales, para la recogida de la basura, NO podemos voltear el rostro ante comportamientos semejantes porque la educación ambiental comienza desde el hogar: aprovechemos también los meses de julio y agosto para guiar a los niños e instruirlos en el cuidado del planeta.
NO basta solo con spots televisivos y radiales, ni con el diseño e implementación de estrategias como la Tarea Vida para la mitigación y adaptación al cambio climático. Tampoco alcanza únicamente con el rol de las escuelas en la conservación del entorno si en casa los adultos no brindamos la guía certera, fomentamos la disciplina e inculcamos el amor por la naturaleza.
Hagamos nuestra parte. Podemos comenzar con pequeñas acciones: enseñemos a botar los papeles en los cestos, a reutilizar y reciclar, ahorrar agua y apagar las luces. Estos constituyen pequeños pasos, pero la responsabilidad de cuidar nuestro planeta es de toda la familia.
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