Complejo autoservicio Lavatín de Cienfuegos: Cada día una proeza

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Para muchos, 2020 que ya casi se despide, ha sido un año tenso e intenso. ¿Las razones? ¡Más que conocidas!: la pandemia del nuevo coronavirus y su enfermedad asociada Covid-19, varios fenómenos meteorológicos cuyas afectaciones se han hecho sentir y el reforzamiento del bloqueo genocida del gobierno de los Estados Unidos.

En medio de todas esas adversidades, se ha impuesto la voluntad de seguir adelante y cumplir el cometido que a cada uno corresponde.

Bajo esa premisa, los trabajadores del Complejo autoservicio Lavatín de Cienfuegos, asumieron una importantísima labor que les ha valido el certificado de Proeza Laboral otorgado por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

“Fue un momento muy difícil, nos cogió de sorpresa. En esos momentos iniciales éramos la única lavandería que podía activarse con el servicio de lavado y secado de toda la ropa de los centros de aislamiento; luego se sumaron otras de algunas instituciones hospitalarias”.

Así rememora Carmen Rosa Hermida Alfonso, administradora del Lavatín, quien no olvida que “los horarios se extendieron para poder lavar una cantidad descomunal de ropa que nunca habíamos lavado. Debimos trabajar en muchas oportunidades hasta las once de la noche ininterrumpidamente; las veces que más temprano salíamos eran sobre las nueve.

“Hubo un momento en que nos quedamos prácticamente solas (la económica y ella), porque muchos debieron permanecer en casa para protegerse por padecer disimiles enfermedades, sobrepasar los 60 años o ser madres de niños pequeños”.

Pero, aunque la fuerza resultó pequeña por algún tiempo, no se incumplió la tarea encomendada.

La administradora del Lavatín reconoce el apoyo recibido de no pocos trabajadores: “(…) tenemos un arrendado con el servicio de peluquería que por la pandemia debió cerrar y se incorporó al servicio como un trabajador más; de igual manera se vinculó personal del parque de diversiones Amanecer feliz, el Coppelia y el Turismo, quienes hicieron una tarea titánica. Se incorporaron a nosotros con la mejor voluntad y el mayor esfuerzo; se adaptaron a nuestras tareas, muy distintas a las suyas.

“No puedo dejar de mencionar a las compañeras del punto de lavado de La Gigante”, ubicado en la calle de Argüelles, quienes hicieron su proeza, pues asumieron el lavado y secado del vestuario de los compañeros del Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias, bajo condiciones no tan buenas pues su equipamiento es mucho menor”.

Aunque ya la unidad volvió a la normalidad, María Elena (con nasobuco rojo) colabora en las labores del Lavatín. /Foto: Tay Toscano
PROTAGONISTAS DE LA PROEZA

Ella es la económica del Lavatín, pero no dudó en asumir las funciones de lavandera cuando la etapa más intensa de la pandemia en Cienfuegos demandó de sus esfuerzos.

Su nombre es María Elena Díaz: es alta, delgada, mulata, con una conversación fluida, pero cuando uno de nuestros equipos se le coloca delante, se pone muy nerviosa; no obstante, compartió sus vivencias.

“Fueron momentos muy difíciles, porque no pensamos nunca que la Covid-19 llegara a Cuba y mucho menos a Cienfuegos, y que yo iba a tener que desempeñarme en medio de esas circunstancias; pero lamentablemente no fue así.

“Prácticamente nos quedamos la administradora y yo, y debimos asumir las tareas de lavar y secar la ropa de tres centros de aislamiento; no podíamos fallar, porque esa ropa era muy necesaria, y pude cumplir. Me siento muy orgullosa. En ningún momento dejé de ocuparme de las informaciones económicas.

“Mi mamá y mi esposo me ayudaron mucho.  Cada día al salir de casa me pedían que me cuidara, porque también nos enfrentábamos a algo que no se ve; pero por fortuna y porque nos cuidamos mucho, todo salió bien.

EN LA ACTUALIDAD…  
Los usuarios muestran satisfacción con el servicio del Lavatín. /Foto: Tay Toscano

“Ya empezamos a prestarle servicios a la población”, me dice la administradora del Lavatín. “De martes a sábados laboramos de ocho de la mañana a dos de la tarde; los domingos es hasta el mediodía. No podemos extendernos en el horario por la contingencia energética, para así también contribuir con el país. Pueden venir temprano, dejar su ropa y  recogerla luego. Ofrecemos también servicio de secado, de manera que las prendas salen listas. Lamentablemente, no podemos ofertar el planchando, pues el equipo está roto, pero procuramos que los clientes salgan satisfechos. Cada día hacemos un promedio de unos 35 lavados y secados, además contamos con la materia prima para garantizarlos servicios”.

Martha Abreus Morales es lavandera, lleva 25 años en el Lavatín y se siente satisfecha de contribuir con tan importante servicio a la población. “Cada día recibimos mucha ropa, los cienfuegueros acuden bastante, y nosotros ponemos nuestro mejor empeño para que todo salga bien. Los clientes salen satisfechos y eso es muy importante para nosotros, porque los ayudamos a todos, especialmente a los adultos mayores”.

Aunque un poco más joven Yanisley Álvarez Bonilla es también lavandera:

“Trabajamos en equipo y los servicios oscilan según la cantidad de personas que vengan; nuestro compromiso es hacerlo todo bien”.

¿QUÉ OPINAN LOS CLIENTES?

 David Israel Díaz Rivero se considera un cliente “más que fijo” del Lavatín de la calle de San Carlos  Para él “el servicio es muy bueno, no tengo quejas; yo vengo muy seguido y traigo la ropa de toda la familia y me voy muy complacido. Sí creo que se debieran incrementar los equipos para que puedan atender a mayor cantidad de personas”.

“Es una ayuda contar con el servicio del Lavatín. Todo fluye bien, es rápido y hacen un buen trabajo, el precio es asequible,” dicen Xiomara Pérez Miranda y Jorge Luis Estrada, quienes aguardaban para recoger sus prendas.

Aunque el certificado de Proeza Laboral, lo mereció el colectivo del Complejo autoservicio Lavatín de Cienfuegos por su destacado quehacer durante el momento más álgido de la Covid-19, para ellos cada día es una proeza; así lo ratifica su administradora: “estamos muy orgullosos, muy emocionados: no  esperábamos que esa condición llegara a nosotros, porque hay muchos colectivos similares al nuestro que en todo el país tuvieron un gran desempeño durante la etapa de la Covid.  Es un honor y un compromiso”.

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Equipos profesionales y domésticos complementan la tecnología para el desempeño en el Lavatín de la calle de San Carlos./Foto: Tay Toscano

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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