Café en manos infantiles para aprender temprano

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Un  novedoso círculo de interés funciona en el intrincado asentamiento de El Mamey con la máxima de: “para mostrar cómo es que se recoge el café, porque estamos en una zona montañosa y el objeto social de aquí es su cultivo”, al decir de Yahima Sierra Sierra, maestra de la escuela primaria Lidia Doce, de este asentamiento, y con quien se puede constatar que la ruralidad, allí no es un frío concepto.

“En la escuela atiendo al grupo multigrado de quinto y sexto. Todo comenzó cuando la técnica de cultivo de la comunidad se acercó con la idea de crear un círculo de interés sobre Agronomía con los niños; enseguida le dije que sí, y desde entonces, los niños muestran emoción en cada encuentro. Hasta yo he aprendido”, dice risueña, al tiempo que refiere que, “en varias ocasiones los acompaño para ver qué están haciendo mis niños, porque soy su maestra, y una especie de madre protectora, pues están casi más tiempo conmigo que en sus casas”.

Por su parte, Ismaray González Salgado, técnica integral de montaña de la Empresa Procesadora de Café Eladio Machín, de Cumanayagua, territorio montañoso de Cienfuegos, explicó que por su encargo de atender la comunidad de El Mamey, pretendía constituir ese grupo escolar hasta lograrlo: “son seis los niños que van aprendiendo muchos detalles sobre la atención cultural de las plantaciones de cafeto”.

Diego Mesa Ibargollín tiene 11 años y aprendió a recolectar café con técnica: “también a ayudar a las demás personas y debo tener cuidado para recoger solamente el café que está maduro”. De igual manera se expresa Amanda María García, quien reitera que, “los frutos deben estar maduritos, no podemos partirle los gajos a las matas y así, el próximo año puede parir lo mismo”.

Sin interrumpir su proceso docente, cada fin de semana Diego, Amanda y otros niños del círculo de interés acuden a los cafetales para aportar con sus pequeñas manos una contribución a la economía. Y, poco a poco, aplican las enseñanzas “de la profe Ismaray”, pues “hay que recoger grano a grano, siempre el más maduro, dejando el pedúnculo en la plantación y no se deben ‘ordeñar’ las ramas (como decimos popularmente)”, afirman los muchachos.

“Hoy, con más rigor, se sostiene esa teoría porque el país enfrenta una difícil situación en la producción cafetalera, al no contar con los insumos que lleva este cultivo para nutrirlo, y entonces, con más razón debemos cuidar la planta”, concluyó  la especialista González Salgado.

 

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