¿Pregones de la desesperanza? (+Multimedia y enlaces a trabajos relacionados)
El cloro, el cloro! Suena una voz aguda y ronca a la vez, pero que se escucha en TODA mi torre de 18 plantas, desde el primer piso hasta el 17. Pero no resulta melódico y mucho menos cadencioso el anuncio, sino por el contrario, además de molesto, llega a los oídos como un grito imperioso de que le compren el producto.
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