Arándano, más que sabor y color

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Considerada por algunos como la fruta del siglo XXI, sin embargo subestimada por otros, el arándano ha acaparado en los últimos años la atención de investigadores y botánicos, pero sobre todo de nutricionistas por el aporte de la planta a la salud y el funcionamiento del organismo humano.

En un artículo publicado en el sitio web lavanguardia.com, la especialista en la materia, Patricia Cardoso, señala: “entre las múltiples propiedades de las pequeñas bayas de color azul oscuro o rojo que han conquistado el mundo, debe estimarse su alto contenido en antioxidantes, unas sustancias que previenen el envejecimiento celular y aportan múltiples beneficios, puesto que neutralizan los radicales libres”.

En el propio análisis la autora agrega que “De hecho, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos lo incluye como el alimento de mayor poder antioxidante entre 40 vegetales analizados, gracias a la acción combinada de sus ácidos orgánicos y las quince antocianinas que les confieren su peculiar color (entre las que destacan la mirtilina, la cianidina, la definidina, la malvidina, la peonidina y la petunidida).

Planta por conocer

Las cualidades de los arándanos son extraordinarias. Se considera una baya típica de Norteamérica y los países nórdicos europeos. Sin embargo, no solo en esas latitudes podemos encontrarlas. Los niños del norte de la península Ibérica, por ejemplo, tienen su primer contacto con esta fruta, de sorprendente color azul oscuro y delicioso sabor dulce con un punto ácido, en sus paseos veraniegos por la montaña.

En definitiva se trata de un frutal de aspecto arbustivo, perteneciente a la familia botánica de las ericáceas, dentro de la cual se encuentran también importantes especies ornamentales, como las azaleas y los rododendros.

La mayor extensión cubierta por estas especies corresponde al arándano bajo, que crece silvestre en regiones frías de Norteamérica, de donde es originario. En tanto, el alto y el llamado ojo de conejo se cultivan comercialmente.

Por su parte, el arándano silvestre posee un sabor y textura superiores, a pesar de ser de menor tamaño que los que se ofrecen en los mercados.

Respecto al uso dado a estos frutos, el 95 por ciento de ellos se procesan en productos como zumos, salsas, mermeladas, o se secan y azucaran para su consumo. El cinco por ciento restante se vende fresco para su ingestión directa. Las variedades rojas destinadas a ser procesadas se suelen congelar poco después de la cosecha.

Los arándanos ofrecen importantes beneficios para la salud, al contar con menos de 80 calorías por taza, elevados niveles de antioxidantes y de vitamina C. Una porción está en el orden de los catorce milígramos, casi el 25 por ciento de las necesidades diarias de esta vitamina. También son una buena fuente de fibra y proporcionan gran cantidad de manganeso, polifenoles, ácido benzoico y componente de vitamina B.

De acuerdo con los estudios realizados, el hábito de consumir arándanos de cualquier variedad o color puede proteger el corazón, disminuye los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes, como la acumulación de grasa abdominal.

Otras investigaciones apuntan a que posee acción anti inflamatoria, dado su contenido de antioxidante. Además previene la diabetes, como se ha dicho anteriormente, gracias a la acción de uno de sus componentes, el pterostilbeno, que regula los niveles de azúcar en sangre.

Otros resultados investigativos le atribuyen poder para mejorar la memoria, efecto al que responsabilizan a la antocianina, uno de sus nutrientes presentes en la fruta y que representa un poderoso revitalizador de la memoria y puede revertir su pérdida. En otro orden, el zumo de arándano rojo también contiene una sustancia química que bloquea los agentes patógenos que provocan las caries.

A la lista de beneficios para la salud se suma el hecho de que resulta adecuado ante las infecciones de orina. La abundancia de ácidos orgánicos aumenta la acidez de la excreción urinaria e impide la proliferación de bacterias, mientras, agregan, tiene incidencia sobre la visión, toda vez que mejora la pigmentación de la retina y la visión nocturna.

Y para los que se preocupan por el estado físico de su cuerpo, la apariencia y la figura estética, los nutricionistas califican de perfecto el consumo de arándanos para dietas de adelgazamiento. “Su bajo contenido calórico y en carbohidratos, sostienen, los convierten en un alimento ideal para perder peso”.

Varios estudios realizados en Estados Unidos, Israel y China han demostrado que los componentes del arándano combaten los virus que causan afecciones digestivas, e impiden que bacterias como la Helicobacter pylori se fijen a las paredes del estómago y causen úlcera e incluso cáncer.

Curiosidades históricas

El arándano rojo ha formado parte de la dieta de los pueblos árticos durante milenios, y sigue siendo un fruto muy popular en Escandinavia y Rusia. En Escocia las bayas eran recolectadas en arbustos silvestres, pero la pérdida de hábitats adecuados ha hecho las plantas tan escasas que ya no se encuentran.

En el este de Norteamérica los amerindios utilizaban los frutos del Vaccinium macrocarpon como alimento, por lo que constituye uno de los ingredientes principales del alimento de supervivencia llamado pemmican. Se sabe que se los enseñaron a los famélicos colonos ingleses en Massachusetts alrededor de 1620, por lo que fue incorporado a la tradicional fiesta del Día de Acción de Gracias.

Es también un cultivo típico de la isla neerlandesa de Terschelling, a donde llegó en el siglo XIX. Cuentan que un barril, tal vez resto de algún naufragio, cargado de frutos llegó a la costa de esa ínsula donde fue abierto por los habitantes. Al no encontrar nada de valor en el recipiente, supuestamente arrojaron los frutos por tierra. Pero, caprichos de la naturaleza: el arándano rojo encontró un hábitat idóneo y ahora abunda en esas tierras, en donde ya es tradicional la fabricación de licores, mermeladas y muchos otros productos con él.

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