“Caminen pa’ arriba del perro”

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Mucho se habla de la llegada de Julio Romero a la manada de Elefantes. El otrora estelar lanzador de equipos pinareños y cubanos, hoy experimentado entrenador, se encuentra enrolado en la preparación de los lanzadores sureños, con el objetivo de que obtengan un loable desempeño en la ya cercana Serie Nacional de Béisbol.

En plena faena en la grama del estadio 5 de Septiembre conversamos con el jovial y muy conversador técnico, quien no dudó, en el inicio, en evaluar a priori el grupo de serpentineros de casa.

“Es un staff que posee algunas figuras que pueden ayudar. Pero al revisar las estadísticas, de verdad no son nada halagüeñas. Por ejemplo, el año anterior, entre los ocho novatos, perdieron 17 juegos y no lograron ganar ni salvar desafíos. El resto de los lanzadores ganaron 21 juegos en total, y solamente Hermes González sumó diez, lo que indica que el trabajo no estaba bien distribuido”.

El cuerpo de dirección coincide en que usted ha logrado motivar a los muchachos.

“Es muy importante que la gente se crea las cosas, que crean que sí se puede y que pueden ayudar. No es lo mismo no tener temor a lanzar, que hacerlo sin que te importe lo que ocurra. Tú tienes que salir siempre con la idea de ganar, avanzar, aportar, vencer. No con conformismo de que somos el último lugar y lo que se haga está bien. Si pensamos así entonces no se avanza. Por eso les inculcamos desde el primer día el pensamiento positivo.

‘Caminen pa’ arriba del perro’. No se puede tener miedo”. /Foto: del autor

“A los más jóvenes lanzadores ya les hemos enseñado cosas, y afianzándolas en los más veteranos, que tienen la responsabilidad de ‘halar este tren’. En sentido general existe material para trabajar, pero tienen que creérselo. Yo nunca he visto un contrario con tres pies ni tres brazos. Son igual que nosotros. Y fíjate que digo nosotros, porque ya estoy metido en este problema y creo que puedo ayudar.

“Aclaro que no soy mago, sino simplemente un entrenador más, con cierta experiencia y un poco de conocimientos. Lo que las tareas hay que emprenderlas y no podemos tener miedo. Los serpentineros de aquí tienen la velocidad promedio del pitcheo en Cuba, y poseen las condiciones físicas. Solo tienen que incorporar la confianza en la victoria”.

¿Qué representa vestir el traje de los Elefantes?

“Cuando uno va a trabajar a un equipo tiene que sentirse parte de él y del territorio. Aquí me han dado una buena acogida y me tratan muy bien. Cienfuegos siempre me ha gustado mucho como provincia y me siento como en casa. Pidieron mi ayuda y aquí estoy, dispuesto a ‘coger el toro por los tarros’”.

¿Algunas novedades en el trabajo con los serpentineros?

“Los muchachos están motivados y están trabajando fuerte. Se enfrentan a cosas nuevas, que no conocían, y las asumen con entusiasmo e interés especial por mejorar. Yo les pongo ejercicios que aparentemente son muy sencillos, pero tienen tremendo peso. Les pregunté si estaban fuertes de piernas. Todos respondieron que sí, pues hacían pesas en el gimnasio. Y eso no basta. Hay que sumar y multiplicar. Por eso incorporamos estos ejercicios que dependen solo del peso corporal. ¿Cuántas veces un lanzador tiene que levantar la pierna cuando pitchea? Supongamos que si permiten 120 lanzamientos sean esas las oficiales. A ello agregamos los calentamientos inicial e intermedios, más todas las jugadas que pueden darse con la participación del lanzador. Entonces son muchas más. Sin embargo, en el entrenamiento ese ejercicio lo realizan 20 o 30 veces. Y eso es insuficiente. Para que existan resultados en cualquier deporte la correlación debe ser de tres a uno. Practicar en tres ocasiones lo que harás una vez en el juego. Por ello estamos fortaleciendo los músculos que intervienen en la acción de lanzar, para evitar, primero la fatiga, y luego la lesión”.

Una verdadera lección de pitcheo nos ofreció el pinareño, que abordó temas muy interesantes.

“Otro aspecto es el repertorio. Todos tiran recta, curva, y dicen que tiran slider y cambio, pero son lanzamientos muy nobles, lo que provoca que son bateados con facilidad. Eso hace que pierdan la confianza en sí mismos. Tenemos que lograr que nuestros lanzamientos sean agresivos, que le cueste al bateador hacer un buen contacto. Yo les digo que el pitcher tiene siempre cuatro ventajas sobre el bateador: no sabe qué le vas a tirar, a qué velocidad viene la bola, la zona donde va a caer y el efecto que podrá tener el lanzamiento. El lanzador es el que ataca, mientras el bateador se defiende. Lamentablemente en la pelota nuestra se han invertido los papeles.

“Yo tengo un lema que se ha hecho popular en los equipos donde he trabajado: ‘Caminen pa’ arriba del perro’. No se puede tener miedo. Hay tres palabras para mí que son mágicas: concentración, relajamiento y confianza.

“No solo con preparación física los lanzadores ganan. Hay una tendencia en Cuba a trabajar mucho las capacidades condicionales del individuo. Fuerza, resistencia, velocidad… Pero el pitcheo es un arte que depende de dos cosas importantes: tirar bolas que parezcan strikes y strikes que parezcan bolas”.

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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