A propósito del Ballet

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Cuba está inmersa en el XXVII Festival Internacional de Ballet Alicia Alonso, que comenzó el 20 de octubre y se extiende hasta el 13 de noviembre. El evento rinde homenaje a  los 75 años del Ballet Nacional de Cuba y es fiesta del buen gusto, la elegancia y la excelencia.

Los medios de prensa nos mantienen informados sobre sus participantes y sedes, entre las que se encuentra la Perla del Sur, y es ocasión propicia para comentar acerca de este arte universal que posee en Cuba connotación especial.

La historia da fe de que sus comienzos en Europa datan de los siglos medievales XV y XVI cuando irrumpía el Renacimiento. En verdad se trató de un nuevo estadio en su evolución a partir del cual muchos elementos, recursos y otros elementos se pusieron en función suya.

El origen intrínseco del ballet subyace en épocas más remotas, y su gestación no se circunscribe solo a la cultura europea. Países como la India, China  y Japón aportaron de sí a susformas.

El ballet es hijo natural de la danza. Esta surgió en la comunidad primitiva y desde allí emprendió un camino de evolución.

En su necesidad de explicarse el mundo y su fenomenología, los primeros grupos humanos intentaron relacionarse mediante gestos entre sí y con el medio que les rodeaba. Es probable que las formas de danza primitivas surgieran antes del lenguaje; incluso que ellas mismas hayan propiciado su surgimiento posterior.

En el proceso de aparición y desarrollo de la danza, lo relacionado a lo mágico-religioso desempeñó un rol cardinal. Movimientos repetidos, muchos de carácter imitativo,llegaron a constituir un tipo de diálogo sin palabras donde quizá algún tipo de música o percusiones fuesen el vehículo por el cual se desplazaron emociones, sentires, creencias, necesidades y deseos.

La llegada del ballet aconteció como expresión compleja de la civilización. Posee un código comunicativo dado en movimientos corporales y gestos. Los sentimientos se hacen visibles en la intencionalidad dramática de la música, y en una historia que con todo propósito es contada con desplazamientos, posiciones de pies, manos y mímicas. Con el ballet, la danza dejó de ser una eclosión espontánea para transformarse en un diálogo entre los bailarines y con el público.

Arte de artes es el ballet. Todo cuanto manifiesta se construye en función de una historia y su mensaje. A él se incorporan la creación musical, una narrativa literaria original o adaptada, el vestuario, la escenografía y los códigos que paso a paso van tejiendo la fábula.

Es posible disfrutarlo como se hace con obras de teatro, óperas y zarzuelas. Al igual se ejecuta encima de las tablas del escenario, aunque el ballet, sin duda, aporta más al ejercicio de la imaginación.

El ballet propone descifrar cada historia con perspectiva novedosa. De ahí su complejidad. Comprenderlo y ser capaces de disfrutarlo, son condiciones del gusto estético que propicia.

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