A 45 años de su desaparición física: Haydée, en su propia voz

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Del pensamiento de la heroína, «resultado de su época y de su compromiso, pero siempre audaz, nunca dogmático ni retórico», da fe la compilación de textos suyos, Hay que defender la vida

La vida y la obra de Haydée Santamaría no puede restringirse de ningún modo, como ha ocurrido a menudo, a unos pocos hechos o a un periodo en específico. La coherencia de sus actos y de su conducta está presente también en su pensamiento y en su liderazgo, que se extendió mucho más allá del espacio de la cultura y de las fronteras de Cuba.

Admirada y querida por políticos, intelectuales, artistas y luchadores sociales de toda la América Latina y el Caribe, esta mujer cubanísima se convirtió en un símbolo en el que se articulan, de manera perfecta, la campesina, la guerrillera, la martiana, la comunista, la promotora de grandes creaciones culturales y la internacionalista solidaria con las causas progresistas de todo el mundo.

Entró en la historia con el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en cuya organización participó desde el inicio. Perdió en esas acciones a entrañables compañeros. Su hermano Abel y su novio Boris Luis Santa Coloma se cuentan entre los combatientes que fueron cruelmente torturados y asesinados.

La declaración de Haydée en la quinta vista de la Causa 37 constituyó una contundente denuncia de la maquinaria de terror y muerte que la dictadura de Fulgencio Batista desató tras la captura de los asaltantes. Fue excarcelada después de casi siete meses de prisión y continuó desde la clandestinidad, entregada a importantes y complejas misiones. Había que conseguir la liberación de Fidel Castro y del resto de los moncadistas, y resultaba indispensable publicar y difundir el alegato del líder revolucionario ante sus jueces: un documento crucial que, a partir de su primera impresión, sería conocido como La historia me absolverá.

Haydée participaría, además, en la fundación del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, cuya Dirección Nacional integró desde el primer momento. Fueron decisivas sus contribuciones a los preparativos del levantamiento armado del 30 de noviembre de 1956, en Santiago de Cuba; a los esfuerzos para dar a conocer internacionalmente la verdad de la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, a través de medios influyentes; y ya en el exilio, en Estados Unidos, a la recaudación de fondos para comprar armamento y otros recursos imprescindibles para las tropas rebeldes.

Una vez alcanzado el triunfo, se consagraría al proyecto revolucionario en ámbitos disímiles. El más conocido y perdurable fue su intensa labor al frente de la Casa de las Américas.

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Haydée fue una mujer apasionada e íntegra. Su lealtad a la Revolución Cubana y al liderazgo de Fidel no tuvo fisuras. Su fe en el triunfo de la justicia y su comprensión del papel de la cultura en la liberación del ser humano no decayeron jamás.

Su pensamiento está indisolublemente ligado a su vocación revolucionaria. Su modo peculiar de imbricar la historia, el presente y el porvenir da cuenta de una sensibilidad que reaparece en todos sus textos y en aquellas obras que impulsó.

Pocos temas de su tiempo le fueron ajenos. Siempre preservó el compromiso y la solidaridad con las luchas por la total independencia de los pueblos del Sur, en especial con Vietnam, con Puerto Rico, con los movimientos antirracistas en Estados Unidos, con el Chile de Allende, con la Nicaragua sandinista.

Sus insuficientes estudios –apenas culminó la enseñanza primaria– no le permitieron alcanzar un título universitario; pero su afán de autosuperación, la experiencia ganada en la construcción revolucionaria, su especial don de gentes, su asombrosa intuición, y su modo de pensar y crear la cultura, la convirtieron en una figura excepcional dentro de la Revolución Cubana; ajena a todo dogma, a todo esquema, a toda falsa solemnidad; capaz de comprender en profundidad y de un modo único la historia y los desafíos de su tiempo, y de pensar de manera enteramente original, con inteligencia y corazón.

El pensamiento de Haydée Santamaría, resultado de su época y de su compromiso, pero siempre audaz, nunca dogmático ni retórico, puede seguir aportando al ideario de la emancipación en el presente y en el futuro, así como a las luchas de Cuba y otros pueblos por toda la justicia.

Es por ello que, como escribió Retamar en el poema que le dedicó a su muerte, la seguimos necesitando.

Haydée Santamaría, una mujer excepcional. /Foto: Archivo
Haydée Santamaría, una mujer excepcional. /Foto: Archivo

 

 

HAY QUE DEFENDER LA VIDA

La investigación de la cual resultó el libro Hay que defender la vida (publicada por la Casa de las Américas en alianza con Ocean Sur, en 2022; con una segunda edición en 2023, impresa con apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo), y que compila intervenciones, entrevistas, cartas y escritos diversos de Haydée Santamaría, exigió la revisión de numerosos documentos, especialmente de los archivos de la Casa de las Américas; por medio de los cuales se pueden comprender todavía mejor los contextos y los principales rasgos de la personalidad de la heroína.

La mayor parte de estos archivos, sin embargo, había permanecido intocada por mucho tiempo y, aunque algunos textos aparecieron en publicaciones periódicas, la posibilidad de presentarlos en un solo volumen permitió ofrecer un panorama abarcador del pensamiento y de la obra de Haydée, en su propia voz.

En la Casa de las Américas se conservan copias de documentos de la época insurreccional, cartas en su mayor parte, y que para la edición del libro fueron cotejadas con los originales del fondo Haydée Santamaría, de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República. Así se conformó el primer núcleo de los materiales reunidos en Hay que defender la vida, que abarca en lo fundamental los años desde 1953 hasta 1959.

Junto a cartas enviadas desde la cárcel a familiares o amigos y a otras remitidas a sus compañeros de lucha, se incluyen los textos siguientes: una nota enviada a Roberto Fernández Retamar en la que le comenta sobre una anotación hecha por ella a un ejemplar de La Edad de Oro, en 1946; la reconstrucción de su declaración durante el juicio del Moncada, tomada de La Generación del Centenario en el Moncada, de Marta Rojas, cuya primera edición prologaron Haydée y Melba Hernández; y su airada Respuesta al Dr. Andreu, publicada en Bohemia a fines de 1955.

Las otras dos partes de este libro recogen cartas, entrevistas, charlas, discursos, conversatorios, artículos o fragmentos de intervenciones suyas tal como aparecieron en la prensa, y otros materiales correspondientes al periodo desde 1959 hasta 1980.

Una buena parte de estos documentos tiene que ver con su trabajo en la Casa de las Américas; pero otros son memorias sobre lo acontecido en las horas del Moncada o sobre sucesos de la gesta revolucionaria. Muchos abordan temas de actualidad de Cuba y del continente.

En dos de las entrevistas, Haydée comparte las respuestas con dos de las compañeras de lucha que más quiso y que estuvieron más cerca de ella: Melba Hernández y Celia Sánchez.

Desconocidas, por inéditas hasta la publicación del libro, son las cartas en que Haydee contesta directamente a demandas de la población. Esta correspondencia forma parte de una serie muy valiosa que permite apreciar nítidamente el enorme respeto que merecían, ante una mujer como Haydée, los problemas y las preocupaciones de las personas más humildes que integraban esa enorme masa de cubanos que recuperó su dignidad con el triunfo de enero de 1959.

Los interesados en la historia intelectual de nuestra América encontrarán, igualmente, en Hay que defender la vida, cartas de mucho valor dirigidas a descollantes creadores de las artes y las letras del continente. La mayoría de ellos se mantuvo siempre cerca de la Revolución Cubana y de la Casa de las Américas. Muchos sostuvieron con Haydée una relación muy fraterna. Lo demuestra la selección de cartas Destino Haydée Santamaría, publicada por el Fondo Editorial de la Casa.

Los textos reunidos en el libro contribuyen a descubrir la estatura deslumbrante de una heroína con aristas hasta entonces desconocidas. No es esta, sin embargo, una selección definitiva, sino que podría estimular nuevos acercamientos que continúen aportando luz sobre su figura y sobre las ideas que abrazó y defendió siempre.

Descargar PDF del libro

*Versión de las palabras de presentación del libro Hay que defender la vida

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Granma

Órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Fundado el 3 de octubre de 1965. Disponible en la web como diario desde julio de 1997.

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