Producción de alimentos: sueños cumplidos con los Guirola Ortiz
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La finca Mis sueños, del municipio de Cienfuegos, contribuye con la producción de alimentos para las comunidades cercanas e instituciones de Salud pública. En Carolina viejo, los hermanos Guirola Ortiz demuestran que con la unión familiar todo resulta posible, pues hasta su madre Ana Luisa ayuda con el ganado vacuno, ovino, caprino, las aves y los cultivos varios.

Relata Elder que, “desde niños, junto a mis dos hermanos Efrén y Erik, aprendí cómo hacer el trabajo y todos los días tratamos de mejorar la cría para un mayor desarrollo de la finca, tanto animal como agrícola”. Y además de la diversificación alimentaria que han logrado, “también producimos carbón vegetal – dijo Erik – contratado con la Agricultura para, de esa manera, lograr una independencia económica, pues nos lo pagan en divisas y como es un carbón con calidad, de marabú, se utiliza para la exportación, algo que el país necesita actualmente.
“Yo ayudo mucho a mis hijos – afirma Ana Julia Ortiz – y les doy mucho ánimo. Y cuando escuchó la pregunta ¿qué hace usted? Enumeró que, “desde el amanecer echo comida a los animales, a todos. Barro el patio, limpio la casa…” y atiende con mucho amor a Efrén, el mayor de la prole, hoy postrado en su cama.
Este resulta solo un ejemplo de cuánto hacen los campesinos de la Cooperativa de créditos y servicios Jorge Alfonso Delgado en el municipio de Cienfuegos para aportar alimentos a su pueblo, aseguró su presidenta Yasleidy Hernández Ramos al mencionar la cifra de 480 asociados, de ellos 290 como propietarios.

Otra gran satisfacción para los Guirola Ortiz es la entrega de leche de cabras para los niños que intolerantes a otros lácteos y “tenemos un incremento de esos niños; a través del Hospital Pediátrico Paquito González sus padres vienen los domingos desde Rodas, Palmira y hasta de Manicaragua, en Villa Clara.

Hasta Carolina llegamos una mañana sabatina en la que unos traviesos chivitos nos acompañaron en todo momento, pero el instante inolvidable fue al escuchar a la hermosa Ana Luisa, con 81 años de edad. “Yo tengo que darle ánimo a mis hijos porque son muy buenos conmigo. Tuve tres varones, ninguna hembra y me han salido excelentes. Muchos me criticaron cuando decidí no entregar la finca; yo dije ¿por qué? Si tengo a mis hijos y yo mis manos buenas. Y aquí seguimos luchando. No quiero riquezas. Yo quiero luchar la vida honestamente porque de otra manera no quiero nada”.

En la finca diversificada Mis sueños, los anhelos se cumplen y ¡de qué manera! Hay manos de buenos hombres y de una gran mujer que contribuyen al beneficio con su esfuerzo diario. No esperan mucho a cambio y con sus acciones afirman que allí la tierra sí sirve.
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