Bienal de Arte en Cienfuegos, un suceso en construcción
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Tras un largo periplo de proyecciones y tanteos, finalmente inicia el itinerario de la Bienal de Arte en Cienfuegos, prevista para la segunda quincena del mes de febrero de 2025. Esta vez, los artistas sureños que reaccionaron a la convocatoria tomaron como eje motivacional la conexión del Taller de los Artistas con el resto del gremio de las artes visuales en la ciudad de Cienfuegos.
En pos de consumar su propia identidad y favorecer los impactos socio-comunitarios deseados, el Taller propone la muestra colectiva La simplicidad: numen y elección. El proyecto resultará la primera visibilización nacional del colectivo, llamado a compartir una junta de ideas y prácticas posibles, con el debido respeto a las marcas de cada autor dentro de un concepto discursivo que les reta a ciertas negociaciones y experiencias grupales.
Intervendrán en esta faena un grupo de artistas de la comunidad sureña, en franco diálogo de generaciones, estilos y poéticas. Estas asociaciones permitirán, la democratización del espacio cultural y el robustecimiento del enfoque de la puesta curatorial y sus relatos. A su vez, posibilitarán la distención de las obras y los procesos comunitarios a otros perímetros de la ciudad como galerías alternativas, parques, avenidas y otros. Empero, necesariamente la puesta no supone un apartamiento de tipo intergremial, sino que las estructuras museográficas se supeditaran a las condicionantes tipológicas, los preceptos de orden, las calidades, los sentidos fabulatorios, atributos de los enunciados, etc. Dicho de otro modo, la naturaleza de los textos visuales y los bastimentos del proyecto determinan el recinto expositivo.

Por muchos años los cultores del arte visual han desatendido las potencialidades de la simplicidad como alternativa en las disciplinas artísticas. Prefieren los textos visuales colmados de un lenguaje y estructuras complejos, como si la “abundancia” fuese una receta para el éxito. Por el contrario, prodigado un tipo de fabulación tensada que olvida las claves del entendimiento público y en medio de tantas negruras obstruye la polisemia de las esencias, de la simplicidad.
Aquella elección de un modo de arte “complejo” pareciera que es una prueba de creatividad o novedad concebida para satisfacer los arbitrajes estéticos de los públicos; sin embargo, nada es más engañoso, pues la psicología experimental ha verificado que la belleza y la sencillez resultan mucho más seductoras para las personas. Por supuesto, la simpleza puede ser una forma compleja de expresión, toda vez que requiere de síntesis, de una adecuada visión de la armonía y estrategias minimalistas, entre ellas la economía del lenguaje, que agitan las capacidades intelectuales.
Kristen Cox manifiesta que nuestro mundo es dominado por culturas organizacionales que tienden a empoderar la complejidad y esta filosofía igual pudiera percibirse en los discursos del arte contemporánea (aunque algunos investigadores aseveran que la simplicidad se está convirtiendo en tendencia en el mercado del arte).
La mayoría de los fabuladores aman lo complejo y sofisticado, olvidando que lograr el máximo grado de sencillez requiere un encargo mucho más arduo. Por otro lado, la simplicidad difícilmente nos estafa, pues no encubre lo vital con ropajes fatuos y prefiere la claridad como instrumento. No es casual que muchos artistas experimentan con adaptaciones para lograr una obra definitiva, piénsese en el itinerario litográfico de El Toro o las versiones del Guernica de Pablo Ruíz Picasso en pos de lo esencial.

La simplicidad… emerge al calor de la fundación de El Taller de los Artistas en Cienfuegos. Este no es un mero escenario de confluencias, en el que 18 creadores de la vanguardia local reciben convenientes espacios de producción y venta, abiertos a potenciales consumidores de todos lados. También es un asidero de vínculos culturales, de proyecciones comunitarias y de relaciones grupales que permiten el crecimiento desde una perspectiva donde lo consensual y dinámico (en relación con el sistema de instituciones) favorecen los impactos sociales. Tampoco se trata de una cofradía ajena a las prácticas artísticas del resto de los creadores de la región. Por esa razón, incorpora a otros hacedores que han sustentado obras valiosas en las diferentes disciplinas; las que vendrán a engrandecer y matizar las puestas visuales de los miembros del taller.
El holandés Piet Mondrian fue ejemplar en el uso de la simplicidad, experimentando para conseguir el máximo de simplificación de sus laboreos. No es fortuito que este figure entre los precursores del arte moderno, dejando su impronta en la moda y el arte pop de los años cincuenta, especialmente en el empleo de las líneas limpias, colores macizos y una fuerte estructura. Igualmente, figura en este proyecto un poco del espíritu minimalista (1960-1970), al menos en el uso del color, que es mesurado, intervenido. El arte minimalista, que se desarrolla en la década de 1960, también potencia la cualidad de lo esencial, la sustancia de la simplicidad. Perceptiblemente, reduce las estructuras a lo fundamental, utilizando los elementos básicos y urgentes, en las que llegan a establecerse conexiones entre el espacio y el texto artístico, atendiendo a sus dimensiones y posición. Las obras minimalistas ponderan las formas elementales, procurando la mayor expresividad con la economía de los recursos.
Este proyecto recreará algunas de las regularidades del minimalismo, especialmente en la severidad de la composición y la ausencia de ornamentos o figuraciones innecesarias, si bien desjerarquiza la predominancia del color y las formas geométricas. La muestra redimirá de modo grupal, flexible y diverso el protagonismo de la simplicidad como arteria discursiva, sin que los artistas traicionen sus asideros topiculares o signos estilísticos. No obstante, las obras estarán condicionadas por el criterio de la simplicidad (presuntamente convertido en tema e ilación de la muestra), que se traduce como una renuncia a lo exuberante, churrigueresco, a las estructuras complejas (aunque metafóricamente no hay nada tan complejo como la síntesis o la sencillez). Ello infiere que se pueden a acudir a varias tipologías; por caso, la simplicidad cromática, estructural, como reservorio experimental, tema o discurso genérico, etc. Claramente, el camino será reconfigurar aquella antiquísima y valiosa fórmula de hacer “más con menos”, como expresara el arquitecto y diseñador industrial Mies Van der Rohe.

La simplicidad…, que es un tema y simultáneamente una filosofía de arte, se erige en este proyecto desde una obvia situación problémica: la corrupción de los discursos. El exceso como una forma de vacío y timo comercial. En un sistema donde la estafa es parte usual del mercado del arte, no podíamos menos que clamar por la noción de la sencillez, la posibilidad de devolver a los públicos el derecho de interpretar (sin oscuras mediaciones) las esencias de la obra artística; aunque, tal como hemos compartido, hay elementos simples que producen complejidad.
La simplicidad… (un sistema de obras, donde abundan las series, los trípticos, conjuntos, etc.) es un sumun de motivos contrapuestos en sus enunciados, de formatos liberados (se le permite a los autores elegir las dimensiones de sus textos visuales), de disciplinas y técnicas múltiples, que deben signar la poliédrica del proyecto, su diversidad en la unidad. En el registro de la muestra colectiva figuran: pintura, escultura, fotografía, instalación, muralística, dibujo, grabado, comic, video arte, performance, creación popular, intervención, etc.
Esta pluralidad de disciplinas y técnicas exige de modo personalizado la relación con los públicos (tránsitos, iluminación, textos, sonido, olores, etc.) También demanda los vínculos con los espacios (descripciones puntuales, maquetas, planimetrías). Todo lo cual podrá ser descrito en rigor luego de la planificación de los procesos a través de la idea, investigación, consumación y presentación de la obra. Igual, esa diversidad nos permite estructurar la puesta museográfica o curatorial en narrativas de la simplicidad, organizar los textos visuales a partir de las regularidades expresivas, tropos, temas, etc., acaso con posibilidades de capitularse para la consumación de los relatos, al modo de La estructura sólida, El color dormido, La simplicidad es compleja, Somos lo que adviertes, Lo esencial puede ser visible…

A este sistema de creaciones se sumarán ejes colaterales, relacionados con otras disciplinas artísticas, como una muestra de dibujos concebidas por niños (ajustada al tema del proyecto) y en combinación con expresiones de la música, el teatro y la danza. Por caso, se insertaría la labor comunitaria del proyecto Al compás de las Olas (Música) y el Proyecto Pintando en Azul (Artes Visuales), entre otros.
Entre los creadores que han insertado proyectos de obras figuran Alexander Cárdenas, Vladimir Rodríguez, Edgar González, Elías Acosta, Irving Torres, Jesús A. Rebull, Raúl Cué, Rafael Cáceres, Néstor Vega, Yoel de la Paz, Mario Moscoso, José Basulto, Ángel Fernández (Andez), Arcadio Tomás Capote, Erika Pino, Lizette Pérez, Alex David Medina, Laura de Jesús Climent, el Grupo Vía Directa II (Escuela de Artes Benny Moré), Loraine Morejón, entre otros.
Este proyecto, regentado por el Consejo de las Artes Plásticas, la Dirección Provincial de Cultura y el Taller de los Artistas, con el apoyo gubernamental y de instituciones culturales sureñas, acaba de iniciar su marcha para socializar el estado de la creación plástica de los últimos años y los decursos de la tradición de esta disciplina en Cienfuegos.


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