Alberto Alén Pérez, 20 años de su desaparición física

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Grandes pensadores comprometidos con su tiempo y la historia musical cubana han transitado por los caminos de la musicología en nuestro país. Uno de ellos fue Alberto Alén Pérez (La Habana, 21 de noviembre de 1948 – 14 de octubre de 2004). A 20 años de la fecha de su deceso, hoy recordamos su impronta.

Fue un importante musicólogo y violoncellista (chelista) cubano que, sin abandonar su instrumento de forma activa, recibió clases desde muy joven de Argeliers León, a quien llamamos “El Padre de la Musicología Cubana” y se graduó del Instituto Superior de Arte (ISA) en esta especialidad en el año 1982, para convertirse en uno de los primeros egresados.

Además de su preparación musical matriculó la carrera de Psicología en la Universidad de La Habana. Pudo unir profesionalmente estos saberes, al incorporarlos a sus investigaciones y praxis pedagógica. Argeliers León, con su ojo tan certero para guiar a cada uno de sus estudiantes a encontrar y desarrollar un flanco personalizado hacia sus posteriores investigaciones dentro de la musicología, apreció las habilidades de Alberto para las matemáticas y lo invitó a impartir contenidos de estadísticas como parte de sus clases de Metodología de la Investigación. Gracias a los resultados mediante el desarrollo de la estadística aplicada al estudio de los fenómenos musicológicos, años más tardes esta importante herramienta comenzó a formar parte del currículo de la especialidad. Alén, desde este flanco, realizó aportes trascendentales a la ciencia encargada del estudio y análisis de la música.

En el ISA estuvo a cargo de las cátedras de Metodología de la Investigación y Estadística aplicada a la Musicología. Escribió importantes textos, alguno de ellos premiados, como fueron Diagnosticar la musicalidad, que obtuvo el Premio de Musicología Casa de las Américas en 1986 (se publicó en 1988) y Aproximación al gusto musical: en busca de una metódica, laureado en la segunda edición del Premio de Musicología Argeliers León, que convoca la UNEAC. Otro de sus trabajos son Perspectivas de la investigación musical actual (1976); La forma de las formas musicales (1981) y La génesis del espacio musical; (1986).

Dentro de su muy activa vida cultural, dirigió el departamento de Desarrollo del Centro de Investigaciones de la Música Cubana (CIDMUC) desde la etapa fundacional de esta institución. Allí desplegó temas como “Gustos musicales de la orientación psico-sociológica”, impartió cursos para el desarrollo informático de especialistas. Desgraciadamente no pudo fraguar algunos de sus sueños, como fue la idea de un proyecto de Diccionario de la Música Cubana, que tenía como base fundamental la información y entradas aportadas por la institución al Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana.

Como violoncellista tuvo también una vida profesional activa, al ser integrante de la Orquesta del Instituto Cubano de la Radio y la Televisión (ICRT), institución con la que colaboró como parte de su comisión asesora. También fue jurado en concursos de televisión nacional e internacional y asesor de espectáculos artísticos.

A 20 años de su desaparición física los aportes de Alberto Alén al estudio y desarrollo desde diferentes flancos de la musicología cubana, continúan vigentes como parte integral de la carrera y de la praxis profesional de valiosos investigadores y estudiosos de la música en nuestro país.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

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