Reordenar la pirámide salarial en Cuba: luces de una reforma

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Una reforma integral del salario no solo creará las premisas para rectificar la pirámide invertida, sino que, además, puede influir positivamente en la recomposición de la oferta, pues habrá mayores incentivos para producir y crear riquezas

Hablar del salario en Cuba nos lleva, casi instintivamente, a tocarnos el bolsillo, a repasar gastos, sacar cuentas y volver a echarle un ojo a la billetera o a la cartera, pues no siempre la remuneración que recibe el trabajador estatal es garantía para la satisfacción de sus necesidades y las de su familia, con lo que llega a desvirtuarse el principio de distribución socialista «de cada cual, según su capacidad, a cada cual según su trabajo».

La llamada pirámide salarial invertida ha dejado, por mucho tiempo, sinsabores que se reflejan directamente en la fluctuación de la fuerza laboral hacia otras actividades, que a veces están por debajo de la capacitación del asalariado, pero que deja mejores gratificaciones monetarias y el desestímulo al trabajo en determinados sectores.

No son estas cuestiones ajenas al Estado cubano, especialmente, cuando en la propia Constitución de la República se refrenda el trabajo como un derecho, deber y motivo de honor de los ciudadanos, y también se hace énfasis en la labor remunerada conforme a criterios como la calidad y el desempeño profesional.

Proyectar entonces una reforma salarial que coloque, primeramente, al trabajo como valor primordial de nuestra sociedad, que sustente de condiciones dignas a la población, a partir de los ingresos que obtiene por esta vía, y que establezca, además, la distribución de la riqueza creada en correspondencia con la cantidad y la calidad del trabajo aportado, no solo es imperante, sino que responde a una necesidad reflejada en el propio Código de Trabajo, y en los Lineamientos de la Política Económica y Social de Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso y su actualización para el periodo 2016-2021, aprobada en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Así explicó María Molina Gutiérrez, viceministra del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), quien recordó que hasta ahora no se han logrado resolver las complejidades de la suficiente motivación hacia el trabajo y los proyectos personales de vida.

«La necesidad de la reforma salarial viene dada, además, por la integralidad que va a tener el proceso de unificación monetaria y cambiaria, que trae aparejado la devaluación de la moneda, la eliminación de subsidios y gratuidades indebidas y, consecuentemente, ajustes de precios», explicó la funcionaria.

Si no se reordena la distribución de los ingresos personales, cuando ocurran esos otros cambios, la población no estaría en condiciones de asumir dichas transformaciones, precisó la Viceministra.

Incluso –señaló Molina Gutiérrez– no estamos hablando solo del salario en el ámbito laboral, sino de que la reforma salarial incluye igualmente al sistema de pensiones y prestaciones sociales.

En el país hay aproximadamente 1 600 000 pensionados y un grupo considerable de ellos, aun con los incrementos que se realizaron en 2019, no pueden cubrir con su pensión actual necesidades básicas, aseveró. «En el caso de las prestaciones de la asistencia social –con cerca de 114 000 núcleos familiares beneficiados– las cuantías otorgadas tampoco satisfacen», manifestó.

El ordenamiento monetario y cambiario en Cuba tiene un carácter interdisciplinario y transversal, incluye la unificación monetaria y cambiaria, la eliminación de los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, así como la transformación de los ingresos, y su aplicación es una necesidad impostergable y un paso imprescindible para avanzar en la estrategia económica del país.

Como dijera el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la unificación monetaria y cambiaria no constituye la solución mágica a los problemas económicos y financieros, «pero sí nos debe conducir a la elevación de la productividad del trabajo y a un desempeño más eficiente de las fuerzas productivas».

DIFERENCIAS DENTRO DEL EMPLEO Y OTROS DESEQUILIBRIOS ECONÓMICOS

Contrarrestar algunas de las consecuencias que dejó el periodo especial para la economía del país, conllevó a abrir otros espacios de concertación y producción de riquezas; cambios que, a su vez, se reflejaron en el ámbito laboral.

Con la ampliación de la apertura a la inversión extranjera y el trabajo por cuenta propia en actividades seleccionadas, la creación de unidades básicas de producción cooperativa, mercados agropecuarios y la entrega de tierras en usufructo, comenzaron a crearse diferencias dentro del empleo, expuso la Viceministra del MTSS.

«Por otra parte, en materia monetaria y cambiaria fue necesario adoptar diversas decisiones, como la legalización de la tenencia y circulación de divisas extranjeras dentro de la nación, apertura a las remesas desde el exterior, establecimiento de un sistema de dualidad monetaria con dos tipos de cambio, uno para las relaciones entre las entidades de propiedad estatal y el otro para la población», añadió.

Todo ello, dijo, condujo a la sobrevaloración del peso cubano en el sector de las entidades, lo cual no estimula las exportaciones, abarata las importaciones y dificulta la medición de los gastos y la formación de precios en la economía.

Además, la depreciación de la moneda nacional (CUP) en la esfera de las personas naturales distorsiona el papel del salario que, unido al exceso de subsidios y gratuidades, han traído los efectos negativos que hoy conocemos, significó Molina Gutiérrez.

«Se nos dio entonces la situación de que el ciudadano, con el salario que recibía por su trabajo, no cubría sus proyectos personales», afirmó; una situación que, según la Viceministra, adquirió matices más complejos ante la coexistencia de otros ingresos en la vida de los ciudadanos, como las remesas familiares que, a consecuencia de la dualidad monetaria y cambiaria, desvalorizaron cada vez más el peso cubano y, consecuentemente, el salario.

Para suplir la función que debía cumplir el salario, y ante las limitaciones de la economía para enfrentar un proceso coherente de incremento, se adoptaron medidas parciales en sectores, actividades y entidades, en concepto de estímulos adicionales como el pago por resultados, refirió.

«Asimismo, se utilizaron en el sector estatal sistemas de retribución salarial en pesos convertibles y otros pagos adicionales, ya fueran en CUP y CUC que, si bien contribuyeron a elevar el ingreso, generaron –de cara a las empresas– otras distorsiones que hacen más complejo enfrentar la solución de la pirámide invertida.

«A ello podemos agregar las distorsiones en la pirámide salarial que llevan a que una persona que desempeña un oficio de gran complejidad y responsabilidad obtenga una retribución muy similar a otro asalariado que desempeña un cargo menor, pero que está beneficiado por otros estímulos adicionales», acotó.

En tal sentido, la vicetitular del MTSS afirmó que el fenómeno de la dualidad ha sido un freno en el camino de que el salario refleje, monetariamente, el trabajo realizado por el ciudadano y que, por ende, pueda satisfacer sus necesidades y las de su familia.

Por otra parte, a partir de la apertura de nuevas actividades de gestión no estatal y la flexibilización para el trabajo por cuenta propia, se ha acentuado la fluctuación de la fuerza laboral, ya que estos actores económicos operan en condiciones diferentes a la empresa estatal y con sistemas de pago a veces también distintos, destacó.

Según datos ofrecidos por el MTSS, entre los años 2006 y 2018 la tasa anual del crecimiento del salario medio en Cuba fue del 6 %, incrementándose de 387 a 781 pesos cubanos, influenciado por las medidas antes mencionadas y la aplicación de sistemas de pago por resultados en el sistema empresarial, fundamentalmente a partir de 2014, en el que se realiza un aumento salarial al sector de la Salud, se eliminan restricciones administrativas en los sistemas de pago, y el sector de la inversión extranjera duplica sus salarios.

En 2019, el incremento a los trabajadores del sector presupuestado elevó el salario medio del país a 879 pesos, y el mínimo de este sector a 400 pesos, que en el sistema empresarial se mantuvo en 225.

Sin embargo, a pesar de esos incrementos, la relación salario y poder adquisitivo del trabajador no tuvo un abordaje integral, ni pusieron en igualdad de condiciones a todas sus entidades.

Una reforma integral del salario no solo creará las premisas para rectificar la pirámide invertida, sino que, además, puede influir positivamente en la recomposición de la oferta, pues habrá mayores incentivos para producir y crear riquezas.

PRECISIONES

Hasta la fecha, en Cuba se han aplicado dos reformas salariales:

  • 1980, que abarcó tanto la actividad empresarial y presupuestada, y estableció una escala general y tarifas que determinaron el salario para las distintas categorías ocupacionales. Propició, en los siguientes años, un incremento del salario medio en el país.
  • 2005, regulada básicamente por las Resoluciones del MTSS: 27/2005 Reglamento General sobre la Organización del Salario, 30/2005 Escala Salarial Única, y un conjunto de disposiciones que pusieron en vigor nuevos calificadores de cargo. El salario mínimo se elevó de cien a 225 pesos.

(Granma)

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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