Entre espinas y flores, salvar la cultura
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“La cultura es, ante todo, una forma de vida”, expresó el intelectual cienfueguero Carlos Rafael Rodríguez en enero de 1988, durante la clausura del IV Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac). Sus palabras fueron redimidas por la vanguardia artística de Cienfuegos en la Asamblea de Balance de la organización, rumbo al décimo cónclave.
Cinco años de trabajo por el arte y la literatura locales quedaron bajo la lupa en el informe presentado por Orlando García Martínez, presidente de la Uneac en la provincia, quien refirió, con espíritu crítico, las luces y desaciertos en la gestión de la cultura.
El diálogo plural, la proyección foránea de los escritores y artistas, el vínculo estrecho con las autoridades políticas, las acciones de conservación y restauración del patrimonio citadino con financiamiento del Gobierno, la incidencia de los creadores en la enseñanza artística y el cada vez mayor ejercicio de la crítica en los medios de comunicación del territorio —especialmente en 5 de Septiembre y Radio Ciudad del Mar―, afloraron entre las fortalezas que, según García Martínez, signaron el periodo 2019-2024.
Ahora, la persistencia de trabas burocráticas, junto a la emergente irrupción de criterios economicistas ―sobre todo a la luz de la actual etapa de crisis—, devinieron escollos en los caminos de la creación y su impacto en la sociedad, lo cual suscitó la reflexión de varios asociados.
Richard Eleaga Alderete, director artístico, expresó su inquietud por la poca atención al espectáculo como arte de primera. “Salvo por la Uneac que nos menciona, no tenemos respaldo de ningún tipo, ni económico ni social”, dijo. En esa misma línea, Nelvys González Lima, directora del Conjunto de Danzas Lembranza, abogó por entender el arte y la cultura como una inversión, y no un gasto, en tanto exhortó a repensar las estrategias institucionales para lograr la sostenibilidad.
Al respecto, la actriz y directora Daysi Martínez Ojeda afirmó que “no es posible un resultado profesional sin un presupuesto mínimo”, en alusión a las condiciones que hoy existen para las artes escénicas, golpeadas también por la disminución de artistas de formación académica en los grupos de teatro, lo cual —apunta el informe― genera incertidumbre sobre los futuros estrenos.
En sintonía con tales opiniones, el músico Eduardo Rodríguez Saura cuestionó el desempeño de las empresas de la música que, además de carecer de infraestructura, tampoco gestionan el producto artístico. “Es ―comentó― un sistema que no invierte un peso para tener resultados económicos. Entonces, por otro lado, está la Banda Municipal de Conciertos, con 123 años, en situación crítica y sin local propio para guardar las sillas e instrumentos”.
Las preocupaciones en torno a estos temas, y otros, como la perdurable ausencia del cine, fueron comprendidas por Fernando León Jacomino, viceministro de Cultura, quien llamó a explorar nichos del mercado ante la imposibilidad del presupuesto de subvencionar los espectáculos e importar equipos.
En sus palabras a los más de 200 escritores y artistas de Cienfuegos agrupados en la Uneac, el dirigente enfiló la mirada hacia los fenómenos de la colonización cultural y la pérdida de identidad. El asunto emanó a raíz de la deficiente gestión de la Librería Dionisio San Román, ubicada a la entrada del Bulevar de San Fernando en la Perla del Sur. Ello fue remarcado en el informe de la organización y señalado por algunos de sus miembros, entre ellos la doctora Lilian Martín Brito, quien argumentó que la necesidad económica no puede llevar a que las mipymes se apropien del espacio cultural, y este pierda su esencia. “Toca sensibilizarse con esto porque es parte de nuestra identidad”, subrayó.
Al reflexionar sobre la cuestión, León Jacomino dijo: “Después que tanto nos costó restaurarla, ahora no nos preocupamos de que funcione como una librería. Si eso nos pasa en Prado y San Fernando, qué no ocurrirá en una institución remota”.
Mejorar la atención a los graduados de las artes plásticas, revitalizar la revista Ariel y otras publicaciones culturales, incentivar la crítica de las producciones audiovisuales del Telecentro Perlavisión y poner en la diana las condiciones precarias del inmueble de la Uneac en el territorio ―sede de numerosas peñas artísticas y literarias—, despuntaron también entre los elementos añadidos en el informe de balance y suscritos luego en el debate abierto con la membrecía de la organización.
Desarrollada con la presencia de Armando Carranza Valladares, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia de Cienfuegos, la asamblea encontró su momento más emotivo en el reconocimiento a Orlando García Martínez, quien por 36 años lideró la vanguardia artística en la región centro sur del país, una tarea que lo llevó, como él dijo, por senderos de espinas y flores.
Tras realizarse el proceso eleccionario, el nuevo ejecutivo de la Uneac en Cienfuegos quedó compuesto por Ariadna Cuéllar Pérez como presidenta y Jorge Luis Marí en el rol de vicepresidente primero; los dos acompañados por los vicepresidentes Alexander Cárdenas Pérez y Eduardo Rodríguez Saura.
Defender lo bueno, lo bello y lo virtuoso fue la exhortación hecha por la presidencia nacional de la Uneac, encabezada por Marta Bonet de la Cruz, en un espacio donde la crítica y la honestidad en los criterios encumbraron el propósito mayor: salvar, por encima de todo, la cultura.
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