¿Qué es la Economía Circular?

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 25 segundos

En el mundo actual ─Cuba incluida, por supuesto─ se manejan infinidad de conceptos y variantes en el campo económico. Eso sucede no solo debido a la necesidad imperiosa de desarrollo, sobre todo de los países más desfavorecidos, sino porque los tiempos de crisis, como el que se afronta desde hace algunos años, precisan a buscar variantes diversas y aplicarlas. La economía circular (EC) es una de ellas.

Los expertos definen que “frente a la economía lineal (EL), el de la EC alienta un flujo constante, una solución virtuosa en la que los residuos puedan ser utilizados como recursos para reingresar al sistema productivo”.

El primero de los dos citados, propio del sistema capitalista en las naciones altamente desarrolladas, está llegando ya al límite de su capacidad física, de acuerdo con las precisiones hechas por sobresalientes economistas.

Por tanto la circular es una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento, con énfasis en los beneficios para toda la sociedad. Eso implica, según aseguran también estudiosos del tema, “disociar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos del sistema desde el diseño, respaldada por una transición a fuentes renovables de energía”.

Ese modelo crea capital económico, natural y social y se basa en tres principios: eliminar residuos y contaminación desde el diseño, mantener productos y materiales en uso y regenerar sistemas naturales.

Un acucioso artículo que pude leer en Internet señala que la actividad de una EC contribuye de manera positiva a la salud general del sistema. El concepto reconoce lo importante que es el funcionamiento de la economía en cualquier nivel de negocios, organizaciones e individuos, global y localmente.

La transición hacia ese tipo de economía no se limita a ajustes que reducen los impactos negativos, sino que representa un cambio sistémico. Ella construye resiliencia a largo plazo, genera oportunidades económicas y de negocios y proporciona beneficios ambientales y sociales.

El referido artículo agrega que el modelo hace una distinción entre ciclos técnicos y biológicos. El consumo ocurre solamente en los ciclos biológicos, donde alimentos y otros materiales de base biológica (por ejemplo, algodón y madera) son diseñados para regresar al sistema mediante procesos de compostaje y digestión anaerobia. Los ciclos regeneran sistemas vivos como el suelo, que ofrecen recursos renovables para la economía.

La circularidad tiene importantes orígenes históricos y filosóficos. La idea de retroalimentación y de ciclos en sistemas es vieja y surgió en varias escuelas filosóficas. Renació en países industrializados después de la Segunda Guerra Mundial, cuando estudios computarizados de sistemas no lineales revelaron la naturaleza compleja, conectada e imprevisible de nuestro mundo, que se parece más a un metabolismo que a una máquina.

Según refiere otro artículo relacionado con el tema, el modelo de EC sintetiza varias escuelas de pensamiento, incluso la economía del rendimiento, de Walter Stahel; la filosofía del diseño Cradle to Cradle, de William Mc Donough y Michael Braungart; la idea de Biomimética, presentada por Janine Benyus; la ecología industrial, de Reid Lifset y Thomas Graedel; el capitalismo natural, de Amory y Hunter Lovins y Paul Hawkens, y el abordaje blue economy, como el descrito por Gunter Pauli.

El material audiovisual titulado Repensando el progreso explora cómo un cambio de visión nos permite rediseñar toda la economía, con productos que sean proyectados para la manufactura y alimentados por el sistema con energías renovables. Mediante la creatividad e innovación, podríamos construir una economía reparadora.

Las siete acciones fundamentales del consumidor ecológico son: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar. Todas ellas propician una sumatoria de lo que podemos hacer como ciudadanos para respetar el medio ambiente y participar en la economía circular.

El reciclaje es una de sus bases principales. Existen ejemplos claros de los cuales Cuba está aún algo alejada, a pesar de la infraestructura tecnológica instalada, las intenciones, reclamos, explicaciones y la labor de comunicación, como el reciclaje de botellas de PET (tereftalato de polietilenodes) para transformarlas; neumáticos que se convierten en zapatos; construcción sostenible de viviendas y oficinas; decoración con desechos electrónicos y plásticos…

En una información publicada por la colega Alina Perera sobre una reunión del Consejo Nacional de Innovación (CNI), señaló que como “un tema apasionante, necesario, y sobre todo estratégico para un país que se desenvuelve en las condiciones del nuestro”, calificó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al que tiene que ver con la economía circular y la calificó de eje que atraviesa todos los procesos de la sociedad.

“Es un tema —afirmó el Presidente— que requiere también ir conformando una cultura y una transformación en el actuar”.

Y ejemplificó en su nota periodística que “tal vez una de las mejores historias de EC en Cuba sea la de la Cooperativa No Agropecuaria (CNA) Atres, impulsada por un grupo de creación de la provincia de Matanzas, cuyo admirable sello es la capacidad de convertir toneladas de desechos plásticos reciclados en hermosos y útiles objetos destinados a la ambientación de hogares y de espacios públicos”.

Alficsa produce un alcohol considerado entre los de mejor calidad en el área del Caribe y Centroamérica.

En el territorio de Cienfuegos puede resaltarse lo que sucede en la Unidad Económica de Base (UEB) de Derivados, perteneciente a la Empresa Agroindustrial Azucarera (EAA) Antonio Sánchez en la localidad de Covadonga, municipio de Aguada, en la que los residuos de la producción del alcohol, cuya materia prima esencial es la miel final de la fabricación de azúcar en la Destilería Alficsa Plus S.A., son utilizados para la obtención de levadura torula y el CO2 (dióxido de carbono), en plantas aledañas.

Si unos pueden, otros también.

El momento que vivimos requiere obviamente del estudio y dominio de ese modelo económico, sobre todo por quienes cuentan con poder de decisión, como los directores de las empresas estatales socialistas y jefes de otras formas de gestión.

Visitas: 43

Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *