Las armas de nuestra resistencia (+Video)

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Pareciera que para los cubanos sería imposible llegar hasta aquí, aferrados a las huellas de la resistencia y también traspasando límites en un 2021 difícil y retador,  confirmación de lo expresado por nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez durante la más reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder  Popular, cuando dijo que ¨en Cuba hasta lo imposible, es posible¨.

La COVID-19 dolió y duele. Cuba tuvo que desdoblarse, multiplicarse, crecerse, probarse a sí misma desde la entereza de cada compatriota, su capacidad para ser resiliente y a pesar de todo, poner la mirada hacia un futuro cercano y posible, necesario.

Nos tiraron con todo, pero aquí estamos. Porque no solo fue la capacidad de un país de repensarse como nación en medio de la pandemia, sino también la de enfrentar el incremento de las acciones de bloqueo del gobierno de los Estados Unidos que han llegado hasta límites nunca antes visto durante estos meses, acompañadas del abierto y desenfrenado apoyo para impulsar la subversión interna, y buscar derrotar el proyecto social cubano.

En cada compatriota que luchó, amó, resistió, combatió desde la fidelidad y el compromiso,  renació la estirpe mambisa, el ejemplo de Fidel y Raúl, la necesidad de convertir estos duros meses en una batalla donde la única alternativa posible era la de ganarla y ganarla, a pesar de todo y como dijera el poeta, ¨Cuba Va¨.

 

La Revolución cubana se demostró a sí misma que puede, que manteniendo el principio de defensa de la justicia social, podemos y debemos siempre mirarnos hacia dentro, aprender, interactuar, escuchar, perfeccionar, potenciar la participación y la inteligencia colectivas, porque son ingredientes de nuestra democracia, y forja de nuestra unidad.

Entre tantas cosas ratificadas o aprendidas durante el difícil año 2021 está que solo con un proyecto social socialista como el nuestro donde la ética y el humanismo son consustanciales, se pueden superar todos los obstáculos posibles, aun los más duros y complejos, porque cuando se pone al ser humano en el centro de todo somos capaces de remover cada milímetro de reserva, inteligencia y compromiso para avanzar.

Por un lado el enfrentamiento a la COVID19. Un hecho inédito, épico y desgarrador. Nuestros científicos y personal de la salud se superaron a sí mismos, crecieron hasta tocar sus propios límites, y lograron situar a esta pequeña y bloqueada nación en el mapa sanitario de los países que mejor control han ejercido frente a la pandemia.

Como abanderadas nuestras vacunas, ellas han sido soles que alumbran cada sendero cuando pensamos que la luz desaparece. Nuestras vacunas son expresión del potencial de inteligencia, ética y compromiso de nuestros hombres y mujeres de las ciencias, de resistencia creativa, confirmatorias de que la vida de los seres humanos constituyen el mejor tesoro que debemos y tenemos que defender.

El 2021 ya termina y nos deja enseñanzas, también pérdidas humanas que duelen hasta la médula, pero nos empinamos para seguir adelante porque somos y seguiremos siendo guerreros.

Lo otro es el reto que se impone desafiante pero también enaltecedor, para cambiar todo lo que deba ser cambiado sin violar ninguno de nuestros principios.

El bloqueo de los Estados Unidos no desaparecerá. Y en este escenario tendremos que seguir siendo capaces de ganar nuevas batallas. Desde el impulso a nuestra economía, tomando como punto de partida el fortalecimiento de la Empresa Estatal Socialista y su encadenamiento con otros actores de la economía y las formas no estales de producción, la identificación y mejor aprovechamiento de las reservas internas, el potenciar cada proyecto de Desarrollo Local, la exportación de rubros de calidad, la dinamización de las 63 medidas para alcanzar mayores producciones en el sector agropecuario. Pensar como país en el 2022 nos pone en el camino de la auto- sostenibilidad gestionada desde la Ciencia y la Innovación como pilares del gobierno en Cuba.

Avanzar en el terreno económico es también un asunto de seguridad nacional que junto a la batalla política ideológica nos conduce no solo a resistir sino también a desarrollarnos por nuestros propios esfuerzos, en un escenario donde la contracción de la producción bienes y servicios es cada vez más evidente a nivel mundial, llevando la peor parte las naciones del llamado Tercer Mundo.

Y no menos importante es mantener el diálogo del gobierno con todos los sectores y grupos de nuestra sociedad. Los jóvenes que además de demostrar compromiso y lealtad, han hecho un aporte extraordinario en medio del enfrentamiento a la COVID19. Ellos son la continuidad generacional que no podremos perder de vista.

A nuestras familias, el mayor tesoro espiritual, donde se cobijan todas nuestras alegrías y tristezas,  nuestro reconocimiento más extraordinario porque ellas son el oasis de paz y amor donde recargamos nuestras ¨pilas¨, para salir a darlo todo y luchar por una nación cada vez mejor y fortalecida.

Y para hacer sostenida nuestra obra, esos esfuerzos de los que tanto hemos hablado, también necesitamos cuidarnos y protegernos ante la COVID19, para honrar cada esfuerzo de nuestros científicos y el personal de la salud. La pandemia no ha concluido, y cada sueño por alcanzar, cada propósito por consolidar y cada peldaño por subir dependerán de cómo logremos hacer sostenible el control de la pandemia.

Hace solo unas horas, nuestro presidente en mensaje a todos los compatriotas nos invitó a ¨emprender el camino del Año Nuevo con optimismo y alegría¨. Son armas de nuestra resistencia.

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