El Nim: árbol bendito (II parte)

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Luego de ciertas observaciones hechas en Africa, en 1959, y de otros estudios publicados en la India, a partir de la década de los 90, en el mundo cientos de científicos fijaron su atención en el árbol de Nim. En Cuba el Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales de la Agricultura Tropical (INIFAT), conjuntamente con otras instituciones, ha estado ejecutando un programa para conocer la utilidad de esta planta en la producción agropecuaria.

Gracias a las pesquisas, está comprobado que los insecticidas Nim pueden controlar un número considerable de insectos considerados plagas de los cultivos agrícolas en Cuba. Tal es el caso de la palomilla del maíz, la polilla de la col, mosca blanca, el minador de la hoja del tomate, la chinche del arroz, el gusano del pepino, diferentes gorgojos, los ácaros Tetranichus urbicae y Panonychus hyalinata y el nemátodo Meloidogyne. Asimismo, se sabe que este árbol no afecta a las arañas, mariposas, abejas, mariquitas y avispas, entre otros animales útiles en la polinización y en el control biológico.

El INIFAT ha desarrollado diferentes líneas de productos comerciales; sin embargo, la preparación de un insecticida casero es bastante fácil, incluso, en algunos países, los campesinos simplemente dejan un saco de semillas partidas en un barril de agua durante la noche, y al otro día extraen el envase y riegan un “té de Nim” sobre lo cultivos.

Si es para fabricar extracto acuoso se recomienda triturar las semillas en un molino manual o eléctrico. Luego se disuelven unos 20 gramos del polvo resultante por litro de agua y se agita varias veces. Se deja reposar entre 4 a 6 horas antes de filtrar.

Uno de los problemas en fomentar nuevas áreas el Nim es la viabilidad de las semillas, ya que las recién cosechadas nacen bien, pero después de tres semanas la germinación se ve afectada. Los especialistas del INIFAT recomiendan establecer un vivero, sembrar las semillas a 1,5 centímetros en bolsas llenas de una mezcla de tierra y materia orgánica, en proporción de tres a uno. Debe regarse cada dos días previos al brote y dos veces por semana hasta el transplante, este último debe hacerse a los tres o cuatro meses.

Si se va a establecer una plantación es recomendable que las posturas queden a una distancia entre 6 y 8 metros una de la otra. Si es para un organopónico, se plantarán a una distancia de 6 metros, a 4 de los extremos de los canteros, y, al lado contrario de la salida del sol. Después del primer año, al inicio del período lluvioso, deben realizarse labores de deshijamiento y poda de ramas laterales bajas de yemas terminales.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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