Día del Arquitecto Cubano: Salvaguardar la historia y construir el futuro
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Algunos definen la Arquitectura (que hoy celebra su Día en Cuba en recordación de la figura de José Antonio Echeverría, que un 13 de marzo irrumpió en la historia patria) como el testimonio cultural de una nación, otros, como la naturaleza creada por el hombre, o quizás ese diario abierto de la sociedad y así reconocen sus implicaciones sociales, por enriquecer la vida de forma sutil, e integrarse con el entorno físico y espiritual.
Testigo del tiempo es este arte desde épocas remotas, y en el contexto del siglo XXI genera importantes retos: contribuir al diálogo entre permanencia y renovación en el panorama urbanístico de la Cuba de hoy.
Figura entre los antecedentes de la actual centuria, el crecimiento arrasador de las ciudades en el siglo XX, que empujó al hombre masivamente hacia ellas y con ello aumentó el riesgo de borrar espacios históricos, de ahí la urgencia de sacudir memorias.
En la arquitectura popular la retentiva se puede rastrear en multitud de símbolos que nos revelan huellas pretéritas o que se originan en hechos de índole social, étnica y psicológica y arrojan luz sobre formas y estructuras.
En las construcciones hay señas de identidad de nuestro pasado, la trama urbana es articulación orgánica y viva de tradiciones materializadas en cosas.
Las edificaciones guardan misterios escondidos en sus recuerdos, en ellas permanecen secretos y objetos milenarios, muchos de índole simbólica.
Las ciudades actuales enfrentan problemas propios de las edificaciones, entre ellos los estructurales y culturales. Sobre estos tópicos se proyectan la mayoría de los profesionales en el mundo, pues la pérdida de la identidad actúa en detrimento de la urbe.
La inserción de la nueva hornada de arquitectos conlleva a que comprendan la necesidad de adaptar sus proyectos y perspectivas, acordes a los preceptos estéticos predominantes, para que no discrepen ante las tendencias urbanísticas y renueven sin momificar.
Como expresión de identidad, cultura y arte, la arquitectura se debate cada día ante nuevos derroteros, hallar la fórmula propicia para salvaguardar la historia y construir el futuro.
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Quizas de esa inconformidad nazcan tantos logros,enhorabuena para los que salvaguardan nuestra memoria
CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL ARQUITECTO CUBANO. Los arquitectos cubanos celebramos hoy con especiales motivaciones el 13 de marzo, nuestro día. Agrupados hace 105 en el Colegio de Arquitectos – fue pujante vanguardia que iniciaba el siglo XX con su propia escuela en La Universidad de La Habana. Entre la asimilación de estilos foráneos y la búsqueda constante de lo nacional, se instituye este día de 1935 la celebración oficial. Avanza el medio siglo, la modernidad y la cubanidad irrumpen en el escenario de la Arquitectura Cubana; son tiempos de conflictos políticos y gesta libertaria, el joven líder estudiantil, futuro arquitecto, y jefe del Directorio Revolucionario, decide aniquilar al dictador Fulgencio Batista en este día de 1957, “…día en que se honra a los que han consagrado sus vidas a la digna profesión de arquitecto…” (del Testamento político de José Antonio Echeverría al pueblo de Cuba). Luego, la Revolución triunfante reorientó los destinos de la profesión – diáspora, nuevos bríos, y pérdidas esenciales matizaron el decursar; contexto en el que la UNAICC ha integrado socialmente y reflejado aspiraciones. A 86 años de la primera celebración, orgullosos herederos del valioso patrimonio urbano arquitectónico, inconformes con nuestra deuda cultural, nos unimos en el empeño por el ejercicio pleno creativo para el mejor futuro de la nación.