Cuando la tiza toca su mano…

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Una pausa en el teclado. Ya Susel de Lourdes Moya Herrera no habla por los audífonos, esos que desde hace varias horas dictan al tímpano periodístico su historia. Se abre un libro de poesía en el intento de describirla, de encontrarla entre tantas palabras que riman y producen música. Nada es lo suficientemente bueno como para recomenzar la escritura detenida.

Los audífonos cuelgan en el cuello como si fueran un collar de semillas, el libro un mar sin letras y la noche enmudece la ciudad. No es fácil escribir de los demás, no es fácil escribir de la maestra Susel.

Ella no necesita de esas conexiones que solemos buscar los periodistas para tejer historias; ella por sí misma es poesía, es sol y luna, mar y tierra… ¿Cuánta sombra ha visto surgir y ponerse?, ¿cuánto estío y otoño madurar y caer? Y los niños lo notan, lo aplauden desde cualquier rincón de su aula, porque cuando Susel toca la tiza todo cambia…

¿Qué mensaje lanza la sociedad, cuando sus hijos, sus jóvenes, no quieren ser maestros?

“Que no es tan importante, que cualquiera puede serlo, que no es una carrera donde haga falta una preparación especial y donde haga falta un talento especial. Da igual…”.

Tú volteaste esa realidad. Estudiaste en el pre de ciencias exactas Carlos Roloff y pudiste haber escogido otra profesión. ¿Esa decisión tiene algún por qué?

“Es una cuestión vocacional. Siempre quise ser maestra y eso viene desde mi primer grado (…) No la he querido apagar, siempre he vivido apasionada con ello y no renuncié a ese sueño. Es como si te preguntaran por qué te gusta el chocolate y uno responde: por qué me gusta. Yo disfruto dar clases, aun con lo adverso de la cuestión salarial, por lo que mis compañeros pudieran pensar, por las condiciones de las escuelas… Estaba muy consciente de todo eso y nada me hizo cambiar”.

Susel, como todos la conocen, lleva diez años en la escuela Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos, único trabajo al cual ha asistido desde su graduación como licenciada en Educación Primaria. Sus niños no solo la reconocen por la pausada manera de decir las cosas, sino por el modo particular de explicar las matemáticas: siempre se entiende aunque los números asusten.

¿Se necesita algún requisito especial para ser maestro?

“Primero querer serlo, aquel que no quiera es mejor que no lo sea. Y lo otro es cultivarse como persona; cuando educa uno debe estar cultivado, de lo contrario no lo hace bien. Para ser educador me debo vestir de esta manera, debo hablar de este modo, debo tener los conocimientos para enseñar”.

Al inicio de la conversación mencionaste tu primer grado…, lo retomo para preguntarte algo que siempre he pensado: ¿son los profesores la propia formación vocacional? ¿La inspiración y luego el sueño?

“No es suficiente. Muchas veces los niños reconocen la destacada labor del maestro, pero luego no optan por el magisterio. Existe algo más. Es muy importante el reconocimiento social e institucional. La Educación como institución debe trabajar en concederle mayor credibilidad al maestro, y la sociedad, por su parte, respetar más el rol del educador; igual la familia. Si todos esos factores se unen, entonces surgen jóvenes deseosos de estudiar esta carrera”.

La profe Susel, según me han contando, puede impartir inglés, matemáticas, español… ¿Preparación o motivaciones constantes?

“Puedo hablar Inglés, y siguiendo una metodología de un especialista puedo ofrecer una clase, pero no me creo preparada metodológicamente.

“Entré a la escuela de música para cuando me tocara dar esas clases en una primaria saber impartirlas. Luego elegí el pre de Ciencias Exactas, porque era el mejor, y ello garantizaba entonces la preparación suficiente (…) Asistí a la escuela de idiomas y me supere en Inglés, pues pensaba que si lo hacía, podía brindarles esas herramientas; siempre pienso en ellos, el aula no se aparta de mí”.

El docente no solo educa a los alumnos, sino a la familia. ¿Cuán importante es aprovechar las escuelas de padres?

“Resulta fundamental. La familia debe colaborar en la conducción del aprendizaje y la formación de nuestros niños como personas. Muchas veces, es más práctico hablar de los objetivos, de las notas y no le damos la importancia a otros asuntos. Existen escuelas para formar maestros, sin embargo, ¿cuál enseña a ser padres?; nadie nace con los saberes para ser mamá y papá. También tenemos responsabilidad en eso…”.

En cada inicio del curso escolar escucho a algunos educadores quejarse de que sobre sus espaldas está una carga insoportable de papeles, que le cambian de un año a otro las metodologías. Uno con mucha experiencia me dijo hace poco: “no dejan al maestro dar clases”.

“Hay de todo un poco. En ocasiones nos identificamos con lo dicho por el de experiencia. Uno necesita espacio para crear, respirar, para soñar con la clase. Siempre llevo conmigo la escuela, el aula…, hoy mismo en la mañana pensaba cuánto tiempo dedico a controlar la disciplina, si pudiera aprovechar ese tiempo en enseñar.

“También nos enfrentamos al cambio de dosificaciones, en las cuales se incluyen nuevos contenidos. Cuando un maestro, creo yo, repite durante varios cursos el mismo sistema se le da la oportunidad de enriquecerlo, porque tiene conciencia de los errores que cometió, y si es maestro, no los volverá a repetir. Ahora, si cada año cambian el programa o cambian el grado, humanamente es difícil (…) También están aquellos que se justifican con esos argumentos… y los que se ahogan, no pueden más”.

Crees que el paternalismo existente en nuestra sociedad contribuye a que se haya perdido el respeto hacia las personas mayores, hacia el maestro frente al aula…

“Cuando llevas el niño al psicólogo este casi siempre termina en un análisis de los padres. Soy del criterio de que cuando el educando presenta problemas de disciplina, de conducta, debes recurrir a la familia, cómo ha sido educado, cuál son los patrones de esa familia (…) Creo que la génesis de ello está en los modelos educacionales de la familia y de la sociedad (…) Si uno educa gritando, el niño grita. El adulto con su actuación hace que el menor adquiera un patrón diferente. Lejos de que los niños tengan otros patrones hoy, pienso que la sociedad y los padres han cambiado la forma de educarlos”.

A un maestro le es más fácil educar a sus hijos…

“No sé. Llevo mucha carga de lo que yo veo en mi aula a la educación de mis hijos. No es difícil educarlos, sino agotador. No me exigen demasiado, pero aquí son 33 y allá otros tres, termino a las diez de la noche exhausta y amanezco exhausta igual. No obstante, trato de renovarme”.

Las personas ya no van a los conciertos a bailar, sino a grabarlos en sus dispositivos electrónicos. Igual pasa con un espectáculo infantil. ¿Qué opinión te merece los niños con celulares en el aula?

“Es un reto educacional. Un educador, y lo digo desde el sentido amplio, debe darle la oportunidad a las nuevas generaciones de que el índice y el pulgar no sean los únicos que se muevan. Con los demás dedos se puede tirar una pelota, estrujar un papel cuando el dibujo no salió (…), esas son habilidades necesarias. Lo he dicho en reuniones de padres: un niño de 11 años no tiene la madurez para responsabilizarse con la información que se puede transmitir al utilizar la tecnología. No podemos abandonar los espacios educativos donde los alumnos puedan discernir, opinar (…) Soy amante del juego, de saltar, correr, de tirar el dado”.

Mis maestros de primaria no me dejaban recortar los libros, debía dibujar, calcar… Ahora noto que abundan las tareas donde el niño reproduce, recorta, pega…

“Las orientaciones del sistema educacional permiten todas las variantes, no están encaminadas a repetir ni recortar. La repetición es muy buena, pero no es lo único bueno en la educación. No creo que sea un problema de norma institucional, sino de la preparación del docente y de la familia”.

Tú construyes, educas a ese hombre nuevo, sigues la ruta sin mirar atrás ¿Llegará el día en que no puedas más?

“Ese día puede llegar para cualquier persona. La clave está en renovarse. Necesito un espacio donde pueda inspirarme y soñar. Tuve una amiga de carrera que hizo muchos esfuerzos en su vida para ser maestra y no pudo seguir después de graduada porque otras realidades fueron más fuertes, y tuvo que elegir. Y a uno le puede pasar… No quiero renunciar a mi sueño, nunca quisiera”.

Una sociedad sin maestros sería como la noche sin estrellas, un verdadero tumulto de ciegos que intentan caminar. La historia de Susel nos llegó por un niño de su aula. Ella dice que lo ha visto despertar, cuando le pregunto por él, y sonríe de felicidad; sonríe y se sacude la tiza que tiñe su mano.

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Zulariam Pérez Martí

Periodista graduada en la Universidad Marta Abreu de Las Villas.

19 Comentarios en “Cuando la tiza toca su mano…

  • el 31 enero, 2019 a las 2:37 pm
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    Lindo testimonio…linda vida, linda historia.
    Me gustaría puedan contactar a la periodista para que participe en el premio internacional INFANCIAS 2019.
    Con esa entrevista creo cuba puede ser premiada.
    presidencia@amee-omedi.org
    Enviaremos la convocatoria…que nos contacten.

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  • el 3 diciembre, 2016 a las 10:03 am
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    Mi nombre es Lilian María Peraza Vilorio; fui profesora de Susel en su primer año de licenciatura. No había tenido la oportunidad de comentar el artículo; es muy difícil hacer justicia con palabras tratándose de una estrella. Susel no solo es una joven de envidiable talento y cultura; es un ser humano pleno de bondad y abnegación; con todas aquellas cualidades que se necesitan para ser un verdadero maestro. Recuerdo cuando visitó junto a mí el Preuniversitario Carlos Roloff, para realizar actividades en pos de la orientación profesional hacia las carreras pedagógicas; en esa oportunidad, fue objeto, en mi presencia, de numerosos reproches de algunos profesores que sin pudor alguno, le criticaron su elección.
    A ella le digo: Susel, eres el orgullo nuestro, felicidades por estar en el lugar que escogiste, por tu buen juicio de continuar ejerciendo en el aula; por tus enseñanzas, por el amor que despiertas en tus niños; gracias porque en tí veo mi continuidad, la labor de todos los que me formaron y la oportunidad de que otros jóvenes sigan tu ejemplo.
    La profe Lily

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  • el 28 noviembre, 2016 a las 1:37 pm
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    Susel es tremenda persona , fue mi profe en 5 y 6 grado y gracias a ella es q hoy estoy cursando el segundo ano en la UCI , ella es única, me gustaba su manera de entendernos a nosotros los alumnos , y no olvido esa hora de lectura q hacia todos los días a las dos de la tarde , también como tenía un vasito con agua detrás del televisor para mojar la tiza xq le hace daño el polvo q suelta. Extraño mucho esa etapa de mi vida, en la q Susel era mi profe, es verdad el día q no iba la profe de inglés ella nos impartía las clases, pero nunca nos dejaba sin dar clases. En aquel momento la veíamos como pesa’ y muy estricta pero después nos dimos cuenta que teníamos la mejor profe del mundo. Nos organizó fiesta de disfraces, juegos de pelota, de todo, ojo, en todo lo que se organizaba ella participaba. Le hicieron varias entrevistas cuando era su alumno, salimos todos en el periódico y como niños al fin, estábamos contentos de haber salido en el 5 de septiembre, después, pasó el tiempo, volví a ver ese auncio y lo leí y me di cuenta del calor q tiene. Ojalá y ella pueda ver este comentario mio , profe le deseo lo mejor , y siga dando clases , q s le da muy bien.Besossss , Daniel el travieso

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  • el 19 noviembre, 2016 a las 11:01 am
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    Bella maestra, abnegada, laboriosa, y esa vocación nació con ella. ¡Estamos orgullosos! Tu primo Javier.

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  • el 17 noviembre, 2016 a las 3:29 pm
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    Llevo 36 años en el magisterio y he pasado por varios caminos en él y cada vez que encuentro a mi paso maestros como Suzel siento el inmenso orgullo de esta profesión y aprovecho para unirme a la felicitación por la labor que realiza esta joven, que sin lugar a dudas, en unos cuantos años sentirá el placer de haber contribuido a la formación de muchos jóvenes. Esa es una de las recompensas más gratificantes de los educadores.

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  • el 16 noviembre, 2016 a las 11:29 am
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    Yo fui uno de los que pensó que Suzel estaba loca en el IPVCE cuando casi al terminar 12 grado puso en la primera opción de la boleta que quería Pedagogía. Era de los mejores expedientes de su año y, a decir verdad, podría haber cogido cualquier carrera universitaria con su capacidad. En el IPVCE aquello era una herejía, porque todo el mundo ponía Pedagogía como 5ta o 6ta opción y porque para Pedagogía estaba el preuniversitario vocacional pedagógico “Batalla de Santa Clara”, o sea en la mente del resto no cabía que ella se hubiera sometido 3 años a exámenes de suficiencia (más de 85 puntos en las asignaturas básicas) y mayor rigor evaluativo, si al final podía haber hecho una vida de presuniversitario relativamente más tranquila.
    Hoy tengo a mi niña en la misma escuela donde ella imparte clases y ojalá en algún momento de la rotación le tocara Suzel de maestra, porque sé que debe ser la mejor en su profesión, esa que escogió porque la ama. Muchas gracias Zulariam por el trabajo y ojalá sirva para motivar a otras personas como Suzel que tienen la vocación de ser pedagogos, y les impulse a no dejarse anonadar por los estigmas que sobre esa profesión ha puesto la sociedad cubana en los últimos años.

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    • el 16 noviembre, 2016 a las 1:42 pm
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      Gracias por el comentario. Y si hacen falta muchas Suzel…

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  • el 16 noviembre, 2016 a las 8:18 am
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    Espectacular entrevista, una periodista que siempre toca puntos importantes de la vida de las personas y de toda la sociedad. Suzel, una de esas personas imprescindibles, toda dulzura, con una cultura vasta. Felicidades a las dos; esto nos hace seguir luchando por nuestros sueños. Saludos, Marianela.

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  • el 16 noviembre, 2016 a las 5:13 am
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    “De Tal Palo tal Astilla” fue lo primero que me vino a la mente cuando comencé a leer la entrevista, pues la educación comienza desde la cuna y Suzel ha tenido la suerte de tener una familia magnífica; su madre es una de las personas más maravillosas que conozco, como madre, amiga, maestra, vecina, siempre tiene una buena respuesta, un buen consejo, fue maestra de piano de mi hija, ella nos ayudó a entender que debía estudiar Pintura, que era lo que más deseaba, y gracias a su consejo, mi hija Dagne es hoy Lic. en Bellas Artes. Entre Elenita y Moya han criado a sus cuatros hijos con una educación, cariño y un respeto excepcional, y qué decir de su tío, el Padre Oscarito, quién no lo conoce en Cienfuegos. Mis felicitaciones, Suzel, y me alegro mucho que se reconozca tu esfuerzo por educar a esos niños que seguro te tienen mucho cariño. Un Beso. Te queremos.

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 10:41 pm
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    Felicidades, Zuli, por la entrevista. Estoy lejos de mi Cienfuegos, cumpliendo misión y hoy encuentro esta excelente entrevista en el 5 de Sepiembre. Gracias, excelente como tú nos tienes acostumbrados… Conozco a Suzel de oídas, pues fue compañera de mi cuñado en el IPVCE y siempre hablaba de ella con admiración, porque fue el primer escalafón de su año y eligió ser maestra, sin dudas una vocación real, verdadera, signo de madurez y fortaleza de la personalidad. Hacen falta muchos y muchas Suzel a nuestra sociedad… sin maestros no hay futuro… y maestros como ella, que dan lecciones para la vida. Gracias Zuli. Un abrazo desde Guyana.

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 9:05 pm
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    Me gustó mucho, felicitaciones. Es bueno que se conozca a esas personas que se entregan con alma, vida y corazón.

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 8:20 pm
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    Conozco a Suzel hace muchos años y verdaderamente es una excelente persona y ama su profesión. Como educadora también me ha tocado un poco. Asimismo es excelente madre, así que me encantó esta forma de presentarla, me hago eco de esto para agradecerle también todo lo que me ha aportado.

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 5:12 pm
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    Gracias. Suzel es un ejemplo para todos los cubanos. Tuve temor al escribir sobre ella, porque creía que ninguna palabra era suficiente para honrar su humildad, su manera de soñar, su sentido de pertenencia. La conocí por mi sobrino, él fue mi informante, él me la presentó y él aprendió Matemáticas con ella.

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 2:47 pm
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    Una hermosa vocación, porque es muy cierto, sin vocación no hay maestro, y no es una pose, pero dondequiera que esté es maestro, las 24 horas, los 365 días, es observado, imitado, tienen un reconocimiento social inmenso en el barrio, la comunidad, la cuadra… Excelente entrevista, qué bueno conocer personas así, auténticas, jovenes, con optimismo y fe en el mejoramiento humano. Yo tengo una maestra a la que recuerdo siempre, porque ella me enseñó TODO, y es así, como la entrevistada, se trata de mi madre, maestra desde los 17 años y aun hoy, a los 73, enseña en una escuela, es mi ejemplo, mi guía, mi paradigma. Buen trabajo, enhorabuena para Zulariam Pérez

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 2:36 pm
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    Me gustó mucho la entrevista. Hermosas y muy bien fundamentadas las palabras de Suzel. Respeto mucho la labor de los educadores, pero los que trabajan en la Enseñanza Primaria son imprescindibles. Me quito el sombrero ante ellos y les hago una reverencia. Felicidades Suzel, eres un magnífico ejemplo a seguir.

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 2:11 pm
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    Zuly, también creo excelente tu entrevista. Personas como Suzel deberían abundar, nuestra sociedad las pide a gritos. Necesitamos maestros(as) como ella, inspirados, fieles a su vocación, amantes de su trabajo. Ella constituye un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. Sin conocerla, ya se ha ganado mi afecto por su entrega y la dignidad que imprime a su profesión, que es la madre de todas las demás. Gracias por presentarnos a esta gran cienfueguera.

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 12:21 pm
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    Ella fue compañera mia en el IPVCE; muy buena alumna (creo que era la 1ra. del escalafón); me alegra saber de ella nuevamente, luego de no verla desde el 2000

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 11:52 am
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    Bella Maestra, gran ser humano. ¡Felicitaciones!

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  • el 15 noviembre, 2016 a las 10:49 am
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    Muy buena entrevista, Zuly, y ojalá los padres cienfuegueros la leyeran, pues en ella se abordan puntos bien importantes sobre la educación de los hijos. Falta reconocimiento social para los maestros, pero este reconocimiento comienza desde la posición de ganarse el cariño y la admiración de los educandos, lo demás llega, como es el caso de Suzel, bien querida por padres y alumnos. Enseguida pensé en el comentario de Yudith y la decisión de optar por el magisterio en la primera opción. La genética también hizo lo suyo, pues es hija de una de las maestras que más ha influido en mi vida y en la de varios cienfuegueros, sin temor a equivocarme: Elenita Herrera, excelente músico y excepcional ser humano. Muy buena entrevista, Zuly.

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