Ariadna Cuéllar, entre cuerdas, acordes y emociones

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Cuentan que una hermosa cortesana de la ciudad italiana de Ferrara que escuchaba embelesada a un juglar, exclamó exultante en pleno auge de la música del Renacimiento: “Arpas, cítaras, guitarras… ¡Oh, la Música…; hermosura del tiempo! ¡Qué placer es vivir…!”.

Puede que tal expresión resuma la magia que despierta en los sentimientos más profundos del ser humano el sublime impacto de los acordes tras ser rasgadas con maestría las cuerdas del instrumento. Justo ahí, están los misterios que cautivaron desde niña a Ariadna Cuéllar Pérez.

“La guitarra siempre me llamó la atención, principalmente por estar entre los más populares de la música. Sin lugar a dudas, esta, junto al piano, es de los más visibles en el universo del arte. La veía en la televisión, la escuchaba en la radio y me incliné por hacer las pruebas en la escuela de nivel elemental.

“Pero una vez que comencé la carrera me di cuenta de que lo que yo apreciaba era un mundo totalmente lejano a lo que inicialmente creía. Entonces percibí las enormes potencialidades sonoras, las inmensas posibilidades tímbricas para explotar. Supe que a pesar de su limitado volumen, tiene una gama de colores muy grande.

“Por supuesto, este instrumento posee particularidades técnicas que los guitarritas vamos conociendo a medida que la estudiamos a fondo. Por otro lado, como ejecutantes tenemos la facilidad de independencia al concepto de sonido que tiene cada cual, hasta llegar a un sello propio.

“Debo confesar que la diosa de las cuerdas fue la manera que hallé para expresarme y catalizar muchas de mis emociones, inquietudes… En otras palabras, pienso que en mi caso, y supongo que también en el los demás, resulta el modo de expresarnos artísticamente y encontrar las vías para exteriorizar ese mundo interior tan fuerte que llevamos dentro”.

Ariadna es una de las guitarristas jóvenes más reconocidas del país y comparte su apretada agenda diaria entre la enseñanza, creación musical, instrumentista y subdirectora de la orquesta de guitarras Ensemble, además de los conciertos unipersonales y la vicepresidencia del Comité de la Unión Nacional de Escritores y Artistas (Uneac), en Cienfuegos.

Junto a su colega Michel Rodríguez Pérez, la destacada concertista cienfueguera es fundadora y a la vez organizadora del reconocido Festival de Guitarra Edgardo Martín, con una visibilidad más allá de las fronteras del país. Sus presentaciones en eventos nacionales e internacionales han merecido el reconocimiento de consagrados, prensa especializada y público en general.

A propósito del homenaje de “Ensemble” por los 35 años de constituido el Comité provincial de la Uneac, Cuéllar Pérez dijo sentirse doblemente regocijada en participar en las festividades como integrante de la orquesta y a la vez ser miembro de la directiva de la vanguardia artística en el territorio sureño.

¿Ejecución o composición?

“Ambas. Comencé por la ejecución, pero una vez que me inserté en el mundo de la creación, me atrapó completamente y hasta el día de hoy me tiene en sus redes. Aunque disfruto mucho la interpretación, siempre hay un lugar y un tiempo en mi vida para componer”.

¿Qué espera aún Ariadna de la guitarra?

“Espero que las condiciones físicas me permitan estar hasta el último día de mi existencia junto a este maravilloso instrumento, rasgando sus cuerdas, desgranando acordes y develando más sus secretos y, como es lógico, espero que las musas acudan a mí siempre que las convoque.

“¿Mi paradigma? Sin discusión alguna ese grande de la música que es el maestro Leo Brouwer”.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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