El otro Girón del ´61

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Aquel abril de 1961 coincidió con otra batalla muy diferente de la que se librara en las arenas de Playa Girón. En ese singular combate, el enemigo no eran ni el imperialismo ni sus mercenarios, sino la ignorancia. Y las armas, los manuales, las cartillas y los lápices.

El país se hallaba enfrascado en una campaña para declararse territorio libre de analfabetismo. Y Cienfuegos, no era la excepción.

La prensa local mantuvo una sistemática cobertura sobre la organización de la Campaña. /Fotocopias: Archivo del autor

El cuarto mes de aquel año se inició en esta ciudad con reuniones convocadas por el Consejo Municipal de Educación y la directiva de la organización de los Jóvenes Rebeldes, para recabar el apoyo de los padres ante tan importante tarea.

Se trataba de encuentros donde no se escatimaba detalle alguno acerca de la organización de esa cruzada contra el oscurantismo.

Así trascendió que los brigadistas se inscribirían en sus propios centros de estudio y no saldrían de los límites provinciales de Las Villas sin autorización de sus padres, quienes podrían acompañarlos y permanecer junto a ellos, aunque siempre iría como responsable un representante de las organizaciones implicadas en una cruzada que pretendía borrar de Cuba el estigma del analfabetismo.

Para garantizar el cumplimiento de ese objetivo, el Ministerio de Educación adoptó medidas para acortar el calendario docente. De manera que en los días previos a la invasión, ya el curso había concluido y se desarrollaba una denominada Semana del Brigadista, que concluiría con inscripciones masivas para participar en la Campaña.

Además de dar seguimiento informativo a todo suceso relacionado con la movilización, la prensa local contribuía a propagandizarla mediante la sistemática publicación de reportajes, artículos y comentarios.

Para el 17 de abril, que marcó el inicio de la incursión mercenaria, estaba previsto que los alfabetizadores de todo el país se concentraran en Varadero, donde recibirían un cursillo de adiestramiento y se les apertrecharía de todo lo necesario para cumplir con su cometido.

 

La agresión de que Cuba fue objeto entonces, no impidió que el país cejara en su intención de terminar con cuatro siglos y medio de ignorancia. Dos días después de la victoria, la Comisión Nacional de Alfabetización emitió una declaración que confirmaba el propósito de concluir la obra ya iniciada.

Los cienfuegueros comprometidos, tampoco detuvieron su accionar. Para los primeros días de mayo, ya estaban de regreso de su preparación en Varadero, dispuestos a enfrentar los retos que entrañaba la tarea que tenían por delante.

Siguieron meses de sacrificios, de experiencias inéditas, de entrega sin límites a un empeño compartido por decenas de miles de jóvenes en todo el país.

Y al final, cuando el 22 de diciembre, en la Plaza Cívica de La Habana, Fidel declaró a Cuba territorio libre de analfabetismo, allí estaban los casi 4 mil coterráneos que contribuyeron a lograrlo, en medio de las amenazas y agresiones de aquellos días de abril de 1961.

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Omar George Carpi

Periodista del Telecentro Perlavisión.

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