Elena Herrera: con música se hace el arte de la vida

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La maestra Elena Felicitas Herrera López, un ser humano con un nivel de sensibilidad encantador, forma parte de quienes han entregado su vida a la pedagogía musical en tierra sureña. Posee un legado indiscutible a través de su genuina entrega. Al preguntarle sobre su obra, contestó:

“He hecho lo que tenía que hacer en homenaje a la vida que Dios me ha regalado y a mi maestra, que me enseñó con tanto amor desde que tenía cinco años de edad, Ada Lydia Fernández de Alonso. Ella tenía la Academia Santa Cecilia en Cienfuegos, y me inició en el aprendizaje de la música con cantos y cuentos que creaba; yo no sabía leer ni escribir todavía. Después continuó enseñándome en su casa, donde al final recibí clases de Merceditas González Cano, quien era además de concertista, una enciclopedia que caminaba en nuestras calles por sus conocimientos extraordinarios de música. Me gradué a los 16 años con los títulos de Piano, Solfeo y Teoría. Entonces Ada Lydia me dijo que me iba a enseñar a enseñar y me fue entrenando con los niños más pequeños”.

¿Cómo llega al Conservatorio Manuel Saumell? Y ¿qué ha significado para usted la pedagogía musical?

“Llego a la ‘Manuel Saumell’ por la misma Ada Fernández, que me dice que fuera a matricularme, porque ella quería que yo continuara mi formación con lo que se iba a ofrecer en esa escuela. Matriculé Apreciación e Historia de la Música y Armonía. En ese momento no era requisito la edad. Posteriormente, me mandan a un seminario de Solfeo en La Habana y el 21 de octubre de 1970 empecé a trabajar como profesora de esa asignatura. La escuela comenzó en el local dónde es hoy la Biblioteca Provincial. Luego pasó a una antigua casa en la calle de Santa Clara y Cristina, y luego se amplió. En ese tiempo estuvimos frente a la Casa Mimbre y después en lo que es la emisora Radio Ciudad del Mar, frente al Malecón. Todos esos caminos los recorrió antes de llegar a lo que es hoy la ‘Benny Moré’, que era antiguamente el Instituto de Segunda Enseñanza de Cienfuegos. Allí me jubilé. También fui fundadora de la Escuela de Instructores de Arte, cuando residía en el municipio de Palmira, donde trabajé varios años.

“Por un tiempo asumí en la Escuela de Arte la jefatura de la Cátedra de Piano Complementario, que es el que reciben los instrumentistas. Luego tuve como jefa de cátedra a Silvia Rodríguez, una alumna a quien enseñé la música, los sonidos, cómo solfear. La escuchaba decirme: ‘yo quiero ser maestra como usted’. Llegó a lograrlo y a ser maestra, mejor, superior a lo que yo pude haber sido. Murió de cáncer hace unos años. Ella resultó para mi vida como esos diplomas que no tienen marco ni están en ninguna pared, pero que son los que se quedan en la vida de uno.

“Me da mucho gusto escuchar a Alexander Abreu, porque sé que un granito de todo lo que él hace se lo enseñé en aquella escuela de Santa Clara y Cristina. Me acuerdo hasta en el asiento donde se sentaba, y si yo daba algún contenido nuevo que no entendía, se ponía la mano en la cabeza y se rascaba un poquito el lado derecho. Como ya lo conocía, iba entonces para donde él estaba y volvía a explicarle, porque era un niño muy interesado en cada clase.

“Muchos pasaron por mi aula en aquel momento, entre Solfeo y Teoría. Después, cuando ya mis cuerdas vocales no me lo permitieron, seguí impartiendo nada más que piano complementario. Mis alumnos han sido un tesoro. Traté que descubrieran esa riqueza y pudieran expresar la música desde su mundo interior. No sabía si llegarían a ser músicos, porque comienzan muy tiernos y se van del lado de uno solamente con trece o catorce años, pero buenas personas sí deben ser y llevar dentro el arte de la vida: melodía, para el trato con los demás; armonía interior y ritmo, para hacer la vida. Es lo que aprendí y es lo que he llevado en todas las dimensiones de mi existencia, con todas las disonancias que trae por supuesto, pero que también son música”.

Elena Herrera es otro de los pilares de la enseñanza de la música en Cienfuegos. En su aula crecieron semillas importantes que hoy son árboles con frutos propios. “Enseñar para el arte de la vida”, es la naturaleza por excelencia de la educación humanista, preparar al ser humano para crecer paralelamente como persona y profesional. No hay como agradecer la hermosa obra de todos nuestros pedagogos.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

3 Comentarios en “Elena Herrera: con música se hace el arte de la vida

  • el 20 abril, 2022 a las 2:45 pm
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    Una persona excepcional…!!! Toda amor y dulzura..

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  • el 19 abril, 2022 a las 10:33 am
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    La escuela de música Manuel Saumell es uno de esos lugares a los que uno debería ser capas de volver en el tiempo. El ambiente de la escuela era tan especial que preferíamos estar ahí antes que regresar a casa. Elenita fue mi profe de Solfeo y con ella el aprendizaje era tan fácil que adoraba ese momento del día. Con una paciencia extraordinaria y un trato especial para sus alumnos, si hoy somos músicos o llevamos la pasión por la música, en buena medida se lo debemos a ella. Gracias, profe, por esos años de dedicación.

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    • el 19 abril, 2022 a las 8:15 pm
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      Elena fue mi vecina, mucha humildad, clase y espiritualidad, una cátedra que desanda y cuenta la cienfuegueridad, gracias Sandra por traerla a este sitio para socializar su extraordinario quehacer en la enseñanza de la música

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