Aquel 30 de noviembre en Cienfuegos
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El acto histórico de hoy además de recordatorio devino declaración de principios de lealtad a la patria, como afirmara nuestro presidente de la UNEAC, Orlando García Martínez quien reseñó además como historiador la quema de las dos gasolineras de la Calzada, sitas en la zona conocida como Cartoqui, el 30 de noviembre de 1956.
Esta mañana estuvo en la ceremonia Antonio Espino Suárez, uno de los protagonistas de la gesta sureña. En su mente permanecen las memorias del fuego, la toma de la armería en el otrora colegio Los Jesuítas y todas las acciones del movimiento 26 de julio aquí.
Tales acciones sincronizaron con el alzamiento de Santiago de Cuba y contaron con la asesoría de Frank País, el objetivo de los sucesos era apoyar el desembarco del Granma.
Como expresara Orlando García el retraso obedeció al percance de la caída al agua de uno de los expedicionarios, el palmireño Roberto Roque Núñez, que venía como timonel.
No obstante el retardo de lo previsto, la gesta sirvió para demostrar la fortaleza del movimiento clandestino y lo corroboró el combatiente Espino Suárez con su testimonio sobre la presión sicológica del tirano, una semana después de los hechos al ser capturado:
Hasta paseos nocturnos por el cementerio me costaron las acciones, pero no faltó el apoyo de mis compañeros de lucha y la intransigencia de todos los involucrados por acá, seguimos y protagonizamos en 1957 el cinco de septiembre, tuve que partir luego al exilio y luego volver en 1959, tras el enero luminoso”.
Son los recuerdos de este cubano que ahora compara el empuje de la juventud ayer en El Trillo, con el arrojo de su generación a favor de la paz y el progreso social.
En el acto las máximas direcciones del Partido y el gobierno en la provincia de Cienfuegos otorgaron un grupo de distinciones de “Jóvenes por la vida”, así como carnéts de militancia del Partido y la UJC.
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