Aplausos que son vida (+Video)

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Desde el 29 de marzo último, las noches cubanas tienen un rasgo distintivo. Justo a las 9:00p.m., en todos los rincones de este nuestros archipiélago rebelde, se baten palmas para agasajar así a quienes dentro y fuera de nuestras fronteras nacionales le ganan la batalla a la muerte; esa que pretende plantar— de todas, todas—  la Covid-19.

En Junco Sur, la barriada cienfueguera donde resido, cada noche, mis vecinos y yo no hemos faltado a esa suerte de “ritual” que nos conecta con quienes están en el borde delantero del combate que, medicamentos, terapias y protocolos sanitarios de por medio, se libra en el mundo hoy.

Niños, adolescentes, jóvenes, adultos, adultos mayores…; ninguna generación queda fuera de este homenaje que cada jornada a las nueve, detiene la cotidianidad, porque no hay compromiso más hermoso.

¿Por qué aplauden a los médicos? Espeté a mis vecinos de enfrente, los más cercanos a esa hora crucial. Sus respuestas no se hicieron esperar.

Eneida Mendoza García: “Los médicos están haciendo un trabajo muy bueno y merecen nuestro aplauso”.

José Manuel Caballero Díaz: “Eso es una cosa tradicional para mí, de siempre; elogiar a los médicos que me están atendiendo, son los que me salvan la vida”.

Ibrahím Castro Mendoza: “Los médicos a diario están demostrando su humanismo y dedicación, y sobre todo, están sacrificándose por salvar la vida del pueblo, y no hay mejor gratitud que salir cada día a las nueve de la noche a nuestros balcones y los frentes de nuestras casas a aplaudirlos; a los que están cumpliendo misiones fuera de Cuba y a los que están aquí, demostrando que somos una potencia médica”.

¿Por qué aplaudo yo?

Pues en esos aplausos va también el agradecimiento de mi familia toda, los de Camagüey, Las Tunas y Cienfuegos; el de mis amigos. Aplaudo porque esos mismos médicos que hoy salvan vidas dentro y fuera de Cuba, se desvelaron ante los múltiples ingresos de mi madre, hasta que su débil corazón no resistió más.

Aplaudo por la sonrisa de Kamila Beatriz, mi sobrina camagüeyana, que feliz ahora está en casa porque sabe hay una retaguardia que la cuida, y aplaudo por la vida.

Se me antoja que con cada uno de los miles de aplausos que se conectan cada noche insuflamos vida a nuestros galenos.

No hay dudas, esos de cada noche a las nueve, son aplausos de vida.

#FuezaCuba. ACN

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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